Los peronistas queremos ser muchos, no hay en el MOVIMIENTO vocación de minoría. Siempre muchos porque en la periferia semicolonial y subdesarrollada el número cuenta si querés ir para adelante y derribar -aunque sea de vez en cuando- algún que otro paredón.
El número tiene como contrapartida la dispersión disfrazada de "diversidad" y bienvenida que sea esta.
El peronismo se nutre de todas las vertientes. Una vez captado el militante lo reconfigura en un peculiar cursus honorum.
Hacemos del tragar sapos todo un arte.
Los peronistas toleran que creas o no creas en Dio´s.
La creencia en una omnipotencia -o varias- no es materia de discusión para el peronismo que se concentra en la pelea con el Cesar de los poderes fácticos y deja el dominio espiritual para los especialistas en cuestiones trascendentales.
Quizás por eso podés integrarte profesando una auténtica fe en la existencia de un ser supremo, lo que no implica que pretendas que los demás nos sometamos a los dictados de sus intermediarios.
Los amantes de la realpolitik (entre ellos los peronistas) no se pueden permitir descreer de los poderes terrenales de la católica iglesia que no siempre son funcionales al status quo, eso es algo a negociar porque los curitas hacen política desde antes que nosotros y si les aseguramos algunas cositas no va a jugar decididamente en nuestra contra.
Hacia el interior de la hermandad vaticana algunos son peronistas, otros son gorilas, en su inmensa mayoría ni una cosa ni la otra. Y no soy tan ingenuo como para pensar que los que pueden dialogar y convenir con un gobierno peronista se vuelven peronistas. No... que va, solo afirmo que la iglesia será un coto arrebatado al cambio por los poderes facticos siempre y cuando los de este lado del rio nos neguemos a darle a Dio's lo que es de Dio's y exijamos que todo sea del Cesar.
Entre los sacerdotes que pelearon por la posibilidad de ser
Obispo de Roma podemos intuir como cercanos al peronismo al ex papable Jorge Bergoglio. Peronista si pero no precisamente de la idealizada "izquierda peronista". La edad mas la enfermedad que se insinúa y no
"la vinculación de Bergoglio y el catolicismo argentino con el genocidio de la última dictadura militar" (ver aqui
http://lucascarrasco.blogspot.com.ar/2013/02/acefalia-de-dios.html) lo complican como aspirante.
Los que vienen del tronco Izquierda/Derecha, esos que quieren justificar a toda costa que en los 70 no se equivocaron (
y vaya que le erraron fiero al viscachazo los de dos palos) pueden llegar a impugnar a alguien por haber estado en el otro bando -y a veces a las mayorías por no seguir sus locuras-.
El peronista cuando se asienta sabe que al menos hay que cruzar los dedos y rogar que se le de a ese compañero eso a lo que aspira. El universo peronista sabe que hay que acompañar al cumpa alli donde se abra una puertita. Hacer fuerza para que llegue a ser presidente de la sociedad de fomento, de clubes de futbol, de cooperadoras, de organismos interestatales y organizaciones privadas internacionales. Cada espacio que llene un peronista es un avance y a la vez un reaseguro.
Durante el kirchnerismo hubo un sector cercano a la casa Rosada que atacó a Bergoglio por haber estado en contra de la minoría lúcida que decidió tomar las armas para construir una utopía socialista que nadie pidió.
Hablando con nombres propios: Bergoglio fue crucificado mediaticamente por Verbitsky aunque eso no tenga nada que ver con sus posibilidades pasadas y actuales de ser "
Vicario de Cristo en la tierra".
Hubiese sido lindo tener un Papa peruca, me duele que no se le haya dado.