domingo, 10 de marzo de 2019

A vos amigo, Manolo Barge


Manolo Barge, el ultimo bloguero peronista (la resistencia en la ultima frontera) le explica a los del hemisferio norte que el peronismo es resiliencia, y que el tiene toda la fe puesta en la habilidad levantisca de los peronistas del conurbano para una victoria este año.

Lo hace aqui: https://deshonestidadintelectual.blogspot.com/2019_03_08_archive.html.
El posteo empieza con una nota de un medio no argento en la que se afirma que el peronismo de Comodoro Py puede regresar.

Manolo les aclara que es mejor que quiten el potencial "puede" y que lo troquen por un "va a". Refuerza su optimismo con un poco de cosecha propia que le viene del manual de conducción politica y luego pasa a Lasalle que nos enseña a mirar  "la suma de factores reales y efectivos que rigen en la sociedad".

Lo que Manolo dice es que la economia estalló y estamos a unos dias de la indignacion masiva, obvio que adscribe al pensamiento "no vamos a volver, nos van a ir a buscar".

Hoy hace un tajo al campo Nac&Pop, y escribe sobre: "la no tan sutil diferencia entre los "reclamos" de las proletarias y las burguesas", en el tema igualdad de genero y aborto y en algun punto tiene que ver con lo de ayer.

Mi pregunta a Manolo es esta: 

-¿cuanto ha permeado el pensamiento gramsci-laclausiano (y esas demandas sectoriales en las que se dicotomiza para tomar posición por una parte y hacerse del discurso de la parte para inscribirlo junto a otras muchas  muchos discursos parciales provenientes de otras luchas en un discurso general y, por lo que veo muy alejado a la division numericamente mas abarcativa surgida de las luchas por los derechos de segunda generación) en el peronismo?.
-¿se resiente el numero (+del 50%)  por fuga proveniente de cada cachito de sectores ofendidos por la toma de posición a favor en cada  pequeña lucha y eso, cuando nos enfrentamos a quien se define menos en muchos temas y ha capturado mejor que su oponente al partido de los indecisos, entre ellos indecisos que solían votarnos?


Al lector invito a releer una parte de la nota a Juan carlos Torre de mayo de 2005
-Contrastes son los del peronismo... ¿Cómo lo definiría hoy?
-Como fenómeno político y cultural, el peronismo se ha enfriado. Ya no suscita los entusiasmos y los odios que lo acompañaron durante tanto tiempo. Se ha despojado de todo proyecto, de todo lo que le era propio. Hoy es un aparato político en el gobierno, antes era un territorio donde se cruzaban momentos calientes de la vida argentina. El abrazo Perón-Balbín, que reconcilió tradiciones antagónicas, hizo que se convirtiera en un partido más, que se desacralizara y dejara de ser contestatario. Ahora es un viejo partido, aunque con una capacidad de renovación permanente que los otros no tienen. Gana elecciones, pero también pierde gobiernos, porque dejó de ser un movimiento transformador y no suscita el mismo entusiasmo, excepto en algunos rincones del país donde aún se vive del pasado. El peronista es hoy un operador político, no el portavoz de una promesa alternativa. Lo han enterrado los propios militantes. Lo han convertido en un aparato de conquista y de mantenimiento del poder.
-¿Acaso no fueron ésas las enseñanzas del fundador?
-El principal legado de Perón a los peronistas fue su manual "Conducción política". Si otros legan valores, ideas, en el peronismo el proyecto es cómo se conquista, se mantiene y se reproduce el poder. Esta manera de hacer política contiene un agnosticismo ético, pues no se somete a valores y descree de las ideas. Sólo son vistos desde una perspectiva instrumental, lo que permite una gran capacidad de innovación.
-Podría decirse que se combina con el estilo autoritario de los sindicalistas, que negocian cualquier cosa con tal de mantenerse en el poder.
-No hay que olvidar que el primer auditorio de Perón en sus clases sobre conducción política fueron los dirigentes sindicales. Ellos absorbieron de su jefe una nueva manera de hacer política.
-Perón se consideraba un catedrático de la conducción, pero a la hora de pelear abandonaba el comando. Lo hizo en 1945 y en 1955.
-Perón diría que el conductor no debe exponerse en el terreno. Para eso están sus lugartenientes y su tropa. Para él, la conducción era, por sobre todo, una idea de orden. En 1955, estaba temeroso de que las masas generaran una instancia que él mismo no pudiera controlar. Si triunfaba, tenía que radicalizar la situación y realizar una justicia social en serio, pero los trabajadores no tenían la disciplina de antes, pues el Congreso de la Productividad había sido un fracaso. El Perón del 55 se había metido en un callejón sin salida. Ya no manejaba las fuerzas que había puesto en movimiento y la coyuntura le era muy desfavorable. https://www.lanacion.com.ar/707972-el-peronismo-no-se-somete-a-los-valores-dice-juan-carlos-torre