lunes, 3 de marzo de 2014

El peronismo de los pobres

Norberto "Croqueta" Ivancih pegaba justo en el clavo, añares antes, respecto de lo que es uno de los puntos nodales de la pifia grande en el comportamiento del kirchnerismo posterior a la victoria electoral de 2011. Esos errores groseros que según explicaba Perón no debían cometer ni los movimientos ni sus conductores.

Hablando de las elecciones internas entre Menem y Cafiero,  parado en la renovación cafierista batida electoralmente por la renovación menemista, afirmaba Ivancich:
Perdimos. El 9 de julio la decisión mayoritaria (poco más del 53% de los votantes) respaldó la fórmula que yo no voté. Reconozco que el triunfo fue totalmente legítimo y como miembro del PJ acepto que la fórmula presidencial va a ser esa y lo lamento...
En cuanto a la base social de cada corriente interna se cae en análisis simplistas e idealistas. La simplicidad aparece nítida cuando se pretende explicar el resultado electoral del 9 de julio desde un corte horizontal en la estratificación social dentro del peronismo ¡nada menos que un corte entre un 53% y un 47% de los afiliados peronistas! . Mágicamente aparece un anclaje social de Menem, una figura que ha podido romper la inercia participativa que tiene vigencia en la sociedad argentina y ha convocado al “subsuelo de la patria sublevada” al centro de la escena política. La clase media, los intelectuales culposos, los sectores no vinculados a “la clase” se convertían en la expresión de un racionalismo de raza blanca, que había equivocado el camino de las “verdaderas doctrinas”, de las “esencias revolucionarias”. La “alegría de ser” peronista, tendría, según esta posición, mucha más vigencia con Menem que con Cafiero. La justificación de su posición pasa por señalar la representación “antisistema” de Menem y lo vinculan con su propia visión política. Esta sería la bisagra que articularía su ubicación dentro del espacio “movimientista”. Culmina esta afirmación en que su propio crecimiento organizacional de encuadramiento sectorial garantizará que la política de Menem sea la correcta...
http://www.croquetadigital.com.ar/p10romanzas.html
Respecto del yerro actual del kirchnerismo me refiero a lo que fue señalado tantas veces como el corte horizontal en la interna peronista (por fuera)  que tuvo lugar en la PBA en 2013 entre el cristi-sciolismo y el -por entonces- massismo y que sirve de antecedente para proyectar el 2015.

Mil y un veces se afirmó que los soldados mas fieles del kirchnerismo eran los sectores populares, los de menores ingresos. Al massismo -en esta desviada visión-, en cambio, lo habría acompañado "la clase media" convirtiéndose el Frente Renovador en la "expresión de un racionalismo de raza blanca, que había equivocado el camino de las “verdaderas doctrinas”".

Ni un puto dato acompaña esta verdad indiscutida y el Frente Renovador no la discutió en su momento porque le convenía que el kirchnerismo continúe desorientado.

Pero en la distorsión cayó tambien una buena parte de los territoriales que hoy se nuclea en la conducción de la cascara vacía del pejota bonaerense. (*)

Soy de los que piensa que este kirchnerismo que acompaña a CFK se va con ella en 2011 y los que van a continuar después de esa fecha con posibilidades a futuro de disputar poder no van a arrastrar la rémora de esta pésima lectura, así que es mejor ir corriendo velos: señores, señoras tanto al kirchenrismo como al massismo lo votaron desde distintos lugares de la pirámide social por ingreso, y no hay un corte horizontal, no podría haberlo tratándose de dos peronismos que se disputan el power.

Algo de esto deslizó en el diario El Dia (que ayer cumplió 130 años) Mariano Sprezapria
“Después no los quiero ver en la calle protestando”, había advertido Kicillof en la semana al referirse a la quita de beneficios que proyecta para la clase media. Con semejante advertencia, el ministro no hizo más que blanquear que el Gobierno sigue pensando que ese sector de la población es su “enemigo natural”, en una equivocación paradójica porque en los últimos años contribuyó a su fortalecimiento. Sin embargo, el kirchnerismo se empecina en condenar su “enajenación”. Y repite ese mantra sin reparar en que esa franja de la sociedad se guía por expectativas, proyectando su anhelo de “movilidad ascendente” con la mira puesta en el mediano y largo plazo. Precisamente en ese punto es que el kirchnerismo ha dejado de representar a las grandes mayorías, a las que no les importa tanto la discusión política como la imperiosa necesidad de que la acción gubernamental -en sus distintos niveles- se vea plasmada en mejoras para la vida cotidiana.
http://www.eldia.com.ar/edis/20140302/La-batalla-viene-opinion3.htm
El kirchnerismo quisiera hacerse de la representación de un bondi social que a todas luces no es lo suyo. La practica de los dirigentes del núcleo duro kirchnerista no incluye la militancia en barrios donde no tengan asegurados todos los servicios. Por lo general, las demandas de estos sectores no pueden ser satisfechas por el menú de políticas publicas que contiene el manual del centroizquierda urbana. 

Ademas, estos sectores quieren hacer de la política una actividad atendida por sus propios dueños (o sea ellos) o al menos por representantes genuinos. La representación kirchnerista de las clases populares será siempre putativa.
Ob

(*) Algún desorientado de estos llega cada tanto a las filas de la renovación -no estamos libres- y hay que explicarle que no es asi, que el FR no será la fuerza política de la dra Alcira Pignatta y vuelve sobre sus pasos y se aleja. 

1 comentario:

uno dijo...

Carlos Saúl..Massa, se va consumiendo como una pasita...Cuestión de tiempo, nomás.