martes, 2 de octubre de 2012

el tren, el zocalo y vos (I)

Publica Gerardo Fernandez (en "Tirando al medio")
La idea de Ricardo (Rouvier) es que los grandes medios son instrumentos de una hegemonía más profunda que se manifiesta en la defensa de un estilo de vida, en el individualismo, en la defensa de la propiedad privada como un hecho natural, en aceptar el éxito, también como un hecho natural, y que todo eso es una hegemonía que debe ser enfrentada políticamente mediante la batalla cultural, que no termina, ni mucho menos, el 7 de diciembre.

Para mantener esa hegemonía trabajan sobre el suceso más que sobre el concepto, ya sea en la cuestión cambiaria como en la inseguridad y todos los temas coyunturales.  Operan con latiguillos y frases rimbombantes sobre la coyuntura, eludiendo el análisis profundo. La era del zócalo como orientador y organizador del "en qué pensar".
 http://tirandoalmedio.blogspot.com.ar/2012/10/el-suceso-como-reaseguro-de-la-hegemonia.html

Y ahí es donde la critica, que aun teniendo sustento, pierde consistencia frente a una  adaptación de la tarea de informar-formar buenos consumidores para el capitalismo a la que han llegado los medios de comunicación por evolución como sendas  empresas capitalistas de medios de comunicación de masas en nuestro tiempo que son y nada mas.

Esto que digo ahora, por Dio's, espero no sea interpretado como ataque a la libertad de prensa; considero que la ley de medios es buena simplemente porque los principios y la legislación que de alguna manera regulaban libertad de prensa, expresión, etc hoy fueron pensadas para el diarito artesanal de Mariano Moreno y Bernardo de Monteagudo. Obviamente ni Magneto, ni Hadad, ni Spolski, ni Lanata, ni Cristal Lopez, ni Verbitsky, ni ... son románticos, ni los multimedios son gacetas filantrópicas y revolucionarias, ni son un punto suspendido en el espacio, tienen su razón de ser dentro del modelo de sociedad en el que vivimos.

Vió lector/a como uno aunque no parezca tiene sus principios también, Y ampliando el concepto puedo afirmar que siendo coherentes con nosotros mismos,    así como peleamos contra Magnetto hoy, habrá que estar abiertos y  prepararse para enfrentar mañana  al propio kirchnerismo si es que este nos deja como herencia su propia red de medios en posición dominante, y enfrentarlo hoy si es que notamos que esa es su intención.

Todas estas consideraciones previas son para afirmar algo que Ud ya sabe: que para este humilde y artesanal escriba la batalla cultural es central. No lo es, porque mientras esta se da, hay sectores que cambian de dueños, unos que les va bien (no soy envidioso) y otros al que se le terminó el currito, desplazamientos, etc es decir el capital sigue su camino y la brecha pobres-ricos no se achica ni ahí.

Entonces podremos dar un paso importante en materia de medios el 7D o cuando puta sea, pero habremos retrocedido, por tiempo perdido, en muchos otros campos y quizás después de la finalización de la experiencia K tendremos que  lidiar contra las corporaciones que "el Modelo" deje en posición dominante en los distintos espectros económicos, sea como daño colateral o expresa voluntad de sus creadores.



Y digo yo...
... lo que ensayó Rouvier fue una explicación de porque CFK aparece -para algunos- derrotada en la coyuntura frente a los medios en una lucha encarnizada que algunos advertimos que ocurriría  (3/4/2008) y lo cierra echándole la culpa al "suceso" como instrumento para masificar el flujo informativo, direccionarlo y fundamentar su centralidad dentro de la sociedad capitalista por su alta capacidad de internalizar consignas: "compre en Garbarino", "esto es una dictadura", "los trenes andan bien""Jacobo tiene un chizito", "la revolución productiva y la distribución del ingreso ya van a llegar". 

No me parece que discutir acerca de la importancia del pie de pagina de una imagen sea mas importante que otros temas. El subtitulo -o el contenido mismo de la información- en definitiva nunca podrán estar -por ejemplo- por  sobre el análisis que hagamos con miras a la transformación de las condiciones objetivas en las que sobrevive la mayoría de los argentinos. La comunicación, el marketing porque no?, las relaciones de poder en el espectro comunicacional, etc será un punto a transformar, si se quiere, pero no será ni condición sine qua non ni la niña que nos quita el sueño de ningún proyecto transformador que se precie.

Hace rato que no hablo metiéndome en un tema tratando de explicarme a mi mismo el registro del kirchnerismo en ese punto y aportando, o intentando hacer un aporte, al debate que enriquece el punto de vista del sector que protagoniza la política argentina desde hace una larga década . Y es que ya no comparto, habitamos dos mundos distintos. 
- No sos vos kirchnerismo, soy yo. 

Hubo y hay un desenganche de la militancia que reflejó muy bien el zequi Meler hace unos dias que surge de no compartir enfoques y prioridades. Déconnexion que el kirchnerismo no sabe, no puede o no quiere abordar y que no fue -y tal vez nunca vaya a ser- explicada a través del prisma de  una batalla cultural que suena tan imaginaria como ajena,   mas propia del Sr de los Anillos que de la Argentina o del peronismo, al menos.
Y ahí (2009) apareció el tema de la comunicación. Que es el tema Clarín , no mucho más. El gobierno necesitaba un chivo expiatorio para un año que parecía promisorio en materia de reveses. Y Clarín , que había sido uno de los grandes beneficiarios de la pesificación asimétrica, parecía un candidato ideal. Justo ahí, sus editores le estaban soltando la mano al gobierno, delito imperdonable para un “proyecto” que empezaba a inscribirse menos en el registro de la institucionalización y más en el barro de la lucha facciosa propia de la primera etapa.
...
 No sé cuando se rompió la sintonía personal con un proyecto que defendí en muchas de sus instancias. En un momento, circa 2010, el relato empezó a importar más que la realidad. Y, peor aún, sus  mismos autores comenzaron a creerlo. Desde ahí, sólo se podía derrapar. En un año veremos si la Argentina puede despertar de esta pesadilla en que se convirtió el sueño de unos pocos hombres comunes. Mientras tanto, me gusta pensar y recordar que supe ser uno de ellos . Si mi vida política terminara en estos meses -y aunque a alguno le gustaría pensarlo así, no parece que vaya a suceder- sólo por haber sido parte de esa experiencia estaría razonablemente satisfecho.
Creo que el suceso -"el chizito de Jacobo"- nunca será motivo de preocupación de buena parte de la militancia que hoy se aleja.

Creo que algunos -básicos, elementales, claro- seguimos preocupados por (repito) las condiciones objetivas en las que sobrevive la mayoría de los argentinos y es ahi donde queremos batallas.

1 comentario:

Mordisquito dijo...

La verdad es que en esta oportunidad has expresado con mucha elocuencia el dilema que te ocupaba (digo ocupaba porque a mi modo de ver, lamentablemente, has resuelto).
Es un dilema en el que nos encontramos muchos. Sabemos que de lo que se trata es de mejorar las condiciones de vida objetivas de las mayorías. Sin duda ésa debe ser la principal ocupación.
Ahora bien, nada es tan lineal como para decir me dedico al frente económico, laboral, social y me desentiendo del frente comunicacional o cultural, como quieras llamarlo.
Porque son frentes de una misma batalla.
Nosotros avanzamos con lo que tenemos y ellos hacen lo mismo por su parte.
Frentes que se desarrollan con ejércitos cuyas fortalezas y debilidades no son simétricas.
No podemos pecar de ingenuos, cada avance que se ha intentado o conseguido en cuanto a la cuestión ecónomida, laboral, social, no ha sido enfrentada políticamente en un campo establecido de común acuerdo.
Ellos tienen más fortaleza en algunos aspectos y nosotros en otros.
Lo que sí pienso, y en esto quizás podamos estar de acuerdo, es que hay prioridades. En nuestro caso la prioridad es buscar fortalecer nuestras propias capacidades a partir de la gestión y la militancia. Es decir buscar que la batalla se desarrolle en el frente o campo donde podemos tener mayor ventaja. No en las pantallas, ni en las redes sociales, no en general en las virtualidades, de la que la comunicación y el zócalo forman parte.
Pero prioridad de una cosa no significa tampoco desentenderse de la otra.
Neutralizar un frente avanzando en el otro.
No es fácil, no sé si hay capacidad de hacerlo, pero creo que sería lo más acertado.