Leemos a Sol Prieto
Todo un paro
¡Qué parazo! Hoy pasé por todos estos lugares:
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Nunca, en toda mi vida adulta, vi un paro así. Fue como ir al centro un sábado. Un parazo, el primero gigantesco que le hacen al kirchnerismo, puede ser, pero también, el primero en toda una época, que coincide con el kirchnerismo pero también con el lulismo, el evismo, el frenteamplismo, el correísmo. Nuestro primer paro bolivariano.
¿Por qué?
a. Porque lo convoca Moyano y acá no se trata de discutir sus capacidades como líder político , como líder sindical, como referente de la clase trabajadora, como empresario, como secretario general de la CGT. Se trata de Moyano al frente de camioneros.
Es esto lo que explica su rol en los 90 y lo que explica que sea, hoy, el último bastión de la defensa de los trabajadores en la puja por lo que producimos todos.
En la convocatoria hay dos problemas: uno está teñido de caoba, es anciano, y se llama Pablo Micheli. Este hombre partió una central de trabajadores y pasará a la historia como el dirigente que hizo que ATE fuera el sindicato más chico del Estado en la época en la que se incorporaron más trabajadores al Estado. Todo esto gracias a su lectura tosca y oportunista del kirchnerismo y su incapacidad de contener y abrir la discusión política a los sectores más dinámicos de su espacio sindical. Nadie entiende bien qué es por su insignificancia material, política, y hasta simbólica.
El segundo problema es incluir a las entidades patronales agrarias en el paro, porque en los últimos 4 años demostraron ser, más allá de sus antiguos matices ideológicos, el sector que más trabó la distribución del ingreso en la Argentina. Incorporar a estos sectores en el reclamo es perder a los “aliados naturales” de la clase mañana y deslegitimar un pedido legítimo.
b. Porque Caló es un burócrata estructural. Así como camioneros es uno de los sectores menos permeables a las crisis en términos de desocupación, la UOM es el más permeable. Apenas atrás del discurso de “vuelve la industria, vuelve la UOM”, lo que subyace es: “vuelve el cuello de botella de la industria argentina, vuelve el sindicalismo que negocia a la baja”. Que la central obrera oficial no pueda negociar salarios desde una posición de ofensiva y que una central obrera opositora pueda garantizar un paro general va a generar en el mediano plazo un cúmulo de planteos desde las bases, capaz invisibles al principio, pero que van a ir volcando voluntades en torno a otra coalición sindical.
c. Porque hay mucha inflación que se morfa los salarios y este es el único tema que debería estar en la cabeza de cualquier militante popular. La respuesta a “parás con Buzzi” no puede ser “vos gobernás con Gioja”. La respuesta del kircherismo a un problema de puja distributiva tiene que ser más distribución. Entender al sindicalismo como una corporación más de presión es desconocer lo mejor del propio kirchnerismo, que son sus nuevos trabajadores.
d. Porque hay expectativas crecientes. Tener más que ayer y querer más mañana. Esto es lo característico de la época y lo que hace que este conflicto sea hermoso. Este es el mejor fruto del kirchnerismo: es generar los actores, las instituciones, y las expectativas de que se puede siempre un poquito más. Expulsarlos es también un fruto característico del último kirchnerismo, que con el crecimiento del Estado como Estado pero también como dinámica de poder, busca disolver a todas las representaciones intermedias, aún las agrupaciones populares y las de la clase trabajadora. "Unidos y organizados" es borrar los nombres de las agrupaciones también, y es, por lo tanto, disolver el congreso imaginario donde todas esas organizaciones discuten el futuro.
Una primera cosa que se me ocurre es que si para pedir más y discutir el futuro hay que irse del kirchnerismo, el problema no es pedir más. El problema es el kirchnerismo.
http://tigresasdelanuevasensibilidad.blogspot.com.ar/2012/11/todo-un-paro.html