domingo, 19 de enero de 2014

Maputo, el pan y las chapas

Profundizando la africanización
¡Que no se corte!!! dijimos el ultimo día del 5to año en el Nacional de Morón y no nos vimos mas. Lo mismo repetimos ahora pero respecto a los servicios esenciales de luz, gas en invierno, comunicaciones, etc.


Medio barrio sin luz, me siento privilegiado. Las ensambladoras fueguinas fueron un negocio de amigos o directamente testas. "Electrodomesticos para todos y todas" terminó en cortes programados como los de aquel locuaz presidente, que tampoco leía los discursos y que sirve para recordarles a los radicales del boliche de la calle México que ellos tienen la cola muy sucia en cuanto a calidad de gestión se refiere.


El agua no sube, ya ni de noche, no hay presión, se ve que "agua para todos" se olvidó de calcular que en verano consumimos un poco mas de lo acostumbrado y zas, ahora nos quieren conformar con folletitos donde explican que hay dejarles agua a las demás generaciones. Debe haber suministtro (presión) para los primeros metros del caño maestro, después la absorben con bombas y los que estamos mas lejos fuimos. Bue... es la ruleta hidrica, espero que los demás vecinos míos cuenten con la guita que tuve que poner para que "me llegue agua al tanque" (una bomba centrifuga de 3/4, un tanque cisterna de 500 lts, automático de corte, cañitos y firuletes varios + cavado de fosa e  instalación con remoción de tierra, todo por $4000.-).

Por las tardes tengo que ir a Congreso, ni en pedo tomo el Sarmiento, es la anomia hecha medio de transporte. Si tomo el semi rápido de la linea 96 (que pasó de $2,50 a $4,75 y de allí sin escala a $7,90.-) me agarran los cortes en autopista a la altura de Lugano o los chicos de DÉlia en Casanova y no te escapás, con suerte te tienen en micro sin aire acondicionado en virtual  privación de tu libertad  (que no vale nada, te cuento) por dos horas. Seguro que son correntinos, entrerrianos, tucumanos, santiagueños y cuyanos protestando y yo me tengo que morfar su bronca.

Por padecer hay que agradecer y plebiscitar el modelo, parece que es la idea.

La pandorga y el maternalismo
El amigo Lucas Carrasco toca el tema con sorna que es mejor que agarrar una metralleta y tirar (cuando se tope con puntos sucesivos es que actuó la censura de este blog que quiere mutar en políticamente correcto y pasar a ser un blog militante y serio)
Los cartelones de "Precios Cuidados" de un gobierno más interesado en la propaganda que en la política, son el primer síntoma del gusto de Cristina por fracasar ...

La obturación de la competencia de precios no conlleva, tampoco, una decisión por controlarlos. Sino que en el inmenso paternalismo de una presidente..., nos quiere hacer creer que algo vale un peso por su intermediación bondadosa y lo mismo, sin su intermediación, vale cuatro veces más. 
Lo siento, pero esta pavada no puede sino resultarle contraproducente a un gobierno a la deriva. 
El mismo efecto político, pero mejorado, y un mayor efecto económico se lograría si se quita toda la propaganda tilinga, se ponen los precios a competir y se incide, verdaderamente, en los márgenes de ganancias.
http://lucascarrasco.blogspot.com.ar/2014/01/precios-cuidados-relatos-de-un-naufrago.html
Claro que para que esto último ocurra hay que sacar el manejo de las manos de los inútiles, de los alcahuetes y de los cometeros y eso a esta altura parece un imposible.

Maputo, el pan y las chapas
El escrito de Miquel Correa, el subrayado corre por cuenta y orden de un servidor, sirve para explicarnos el porque  cada fin de año aumentan los riesgos de saqueo en las sociedades que ya no soportan las tocadas de culo de tipos y tipas que quieren que vivamos solo para agradecerle las cagadas que se mandan.
Revueltas populares demuestran que el progreso económico de Mozambique no es tal - 

El 5 de febrero del 2008, la capital de Mozambique, Maputo, vivió un episodio histórico de revuelta popular. Multitud de jóvenes, mujeres y niños se manifestaron por las calles de la ciudad en protesta por el aumento del precio del transporte privado urbano. Las protestas consistieron, principalmente, en ataques con piedras a los vehículos encargados de realizar el servicio de transporte, conocidos como "chapas". También atacaron gasolineras, quemaron neumáticos, construyeron barricadas con árboles cortados y contenedores de basuras. Incluso algunas panaderías fueron saqueadas, en este caso en protesta por el aumento del precio de otro de los bienes de necesidad básica: el pan. El resultado de la revuelta fue la paralización de la actividad de la ciudad: las "chapas" dejaron de circular, las vías de entrada y salida quedaron bloqueadas y las gasolineras, algunos comercios, bancos, mercados y colegios cerraron. Por otro lado, ante la magnitud de la protesta social, la policía reaccionó lanzando gas lacrimógeno y disparando balas indiscriminadamente, matando a seis personas (cuatro chicos y dos mujeres de mediana edad) e hiriendo a un centenar, según informa el semanario SAVANA del 8 de febrero.

El gobierno del FRELIMO, dos días después de la revuelta, y como resultado de intensas negociaciones con la FEMATRO (Federación Mozambiqueña de Asociaciones de Transporte Ferroviario), anunció la supresión del incremento del precio de las "chapas". Las tarifas se mantendrían gracias a las ayudas gubernamentales. De esta forma, el gobierno daba por zanjado uno de los episodios de tensión social más importantes que ha vivido Mozambique desde que terminó la guerra civil en 1992.

La revuelta empezó en los barrios periféricos de la ciudad, los más castigados por el aumento de los precios. Es allí donde la población vive en unas condiciones precarias, y donde impera la ley de la supervivencia. Estas zonas contrastan con el centro (la "ciudad del asfalto" como se conoce en los suburbios), donde viven y trabajan los políticos, la clase media y la diplomacia internacional.
Según el sociólogo mozambiqueño Carlos Serra, con un alto grado de legitimidad entre la población, se trata de "luchas inmediatas, espontáneas, sin un comando central, estrategia previa ni líderes convencionales. El objetivo no era una revolución, no era cambiar las relaciones sociales, sino los iconos del poder, todo aquello que en el imaginario popular significa fuerza, represión, propiedad, bienestar, opresión. [...] Asistimos a luchas anárquicas". (SAVANA, 22/02/2008). Así pues, la revuelta no es el resultado de la acción de una sociedad civil organizada (embrionaria en el país) que presente una alternativa al actual funcionamiento político, social y económico de Mozambique. Es una revuelta del pueblo, de la población sumida en la pobreza. No obstante, esta versión de los hechos fue desmentida por las fuentes oficiales que, debemos añadir, durante todo el día 5 daron un ejemplo de censura informativa. La televisión y la radio pública abrieron los noticiarios con la Copa de África de fútbol y las inundaciones que afectan al país. Según Edson Macuácuá, portavoz del FRELIMO, "las manifestaciones tienen origen en una mano invisible" (Noticias, periódico gubernamental, 6/02/2008). La hipótesis de una mano invisible externa, sin embargo, no se sostiene debido a la espontaneidad de la protesta y la falta de organización. Sobre las causas de la revuelta En las familias de los suburbios de Maputo, la mitad del presupuesto familiar se destina a cubrir las necesidades del transporte, ya sea para llevar a los niños al colegio, ir al mercado o desarrollar actividades en el marco del sector informal, la única fuente de ingresos debido a la falta de oportunidades laborales. El transporte privado, las "chapas", cubren esta necesidad ya que el gobierno ha sido incapaz de articular un sistema de transporte público que garantice el servicio básico. Es más, tal y como informa O País (8/02/2008), el ministro de Transporte y Comunicaciones, António Munguambe, tuvo la desfachatez de inaugurar recientemente una flota de automóviles de lujo de la TPM (Transportes Públicos de Mozambique) destinados al turismo de cara al mundial de futbol del 2010 que se celebrará en la vecina Sudáfrica. En la actualidad, el precio de un viaje con "chapa" por un recorrido corto (menor de 10 kilómetros) es de 5 meticais (35 meticais = 1 euro), y por un recorrido largo, de 7,5 mts. La FEMATRO, visto el espectacular aumento del precio del petróleo desde el 2005, año de la última subida de precios, acordó con el gobierno un aumento de 2,5 mts. por viaje, lo cual significa unas tarifas de 7,5 y 10 meticais respectivamente. Es decir, un incremento del 50% en el primer caso y de el 33% en el segundo. De hacerse efectivo, peligraría el ya de por sí frágil equilibrio financiero de la mayoría de la población de la periferia, que es la que necesita realizar los trayectos más largos. El salario mínimo se sitúa en 1.640 meticais, pero en el sector informal esta cifra raramente sirve de referencia, y suele estar en los 1.000 mts. El motivo que desencadenó la revuelta es evidente y "visible": la ineptitud del gobierno para facilitar a la población oportunidades de obtener ingresos, en un contexto donde los precios internacionales de las materias primas (no sólo del petróleo, que causa el aumento del transporte, sino también del trigo, que encarece el pan) están en una subida constante. La dependencia a los precios internacionales de importación de estas materias primas utilizadas en las actividades productivas del país (debido a la ausencia de una producción nacional), junto a la fuerte dependencia de los recursos externos del estado (el 56% del presupuesto del 2008 proviene de la ayuda financiera internacional, principalmente del Banco Mundial), configuran un escenario económico ya de por sí totalmente inestable. Conclusiones La forma en que el gobierno resuelve la crisis abierta el día 5 (anulación de la medida política de incrementar precios y el posterior subsidio a los transportistas), no constituye una solución sostenible a largo plazo para la futura estabilidad económica, política y social del país. A nivel económico, por una parte, la introducción o bien agrava el déficit presupuestario (y por tanto la dependencia de la ayuda internacional y con ella de las políticas marcadas por el Banco Mundial), o bien reduce los recursos disponibles para otro tipo de actividades más productivas. Por otra parte, el subsidio no ataca una de las causas del problema, que es la dependencia del petróleo y la vulnerabilidad frente a las oscilaciones en su precio. Así, nuevas subidas bruscas de los precios pueden anular el efecto del subsidio, y estaríamos otra vez en la situación inicial que ha desencadenado la revuelta. A nivel político, crea un precedente peligroso para la gobernación del país, pues la población se ha dado cuenta que la única manera en que el gobierno le hace caso es cuando utiliza la violencia. Y a nivel social, el subvencionar sólo el transporte urbano crea un agravio comparativo con los otros sectores de la sociedad que se ven afectados también por el incremento del coste de materias primeras (transportadores inter-provinciales, productores de pan). La situación a la que se enfrenta Mozambique requiere políticas más ingeniosas que las que está mostrando hasta ahora el gobierno. Por una parte, hay que repensar el modelo económico que quiere seguir el país en lo que a creación de riqueza y empleo se refiere, orientándolo a la obtención de una menor desigualdad social. En este sentido, la dependencia del modelo del Banco Mundial, seguido desde 1984, constituye un obstáculo para la generación de propuestas surgidas desde el propio país. También hay que tener en cuenta que la población de Mozambique es mayoritariamente rural (cerca de 15 de los 20 millones totales), y la revuelta del día 5 es la revuelta de la pobreza urbana. Mientras tanto, las comunidades rurales, que ya hace años que recorren largos quilómetros a pie para desplazarse (como tuvo que hacer la población urbana durante los tres días que no circularon las "chapas"), continúan estancadas económicamente, facilitando así los flujos migratorios hacia los núcleos urbanos, sobretodo a las periferias, originando de esta forma nuevas necesidades de transporte, con el consiguiente coste económico y ecológico. Por otra parte, hay que destinar los recursos disponibles del estado de una forma que satisfaga mejor las necesidades de la población, en este caso las de transporte. Hay que priorizar la implantación de un sistema de transporte público adecuado a la demanda de la sociedad, reduciendo la dependencia hacia el petróleo, lo que traería beneficios tanto económicos como ecológicos. En este sentido, para los recorridos cortos, se podría intentar aplicar en Maputo el modelo de Quelimane, capital de la provincia de Zambezia, en el Norte del país, donde el transporte urbano es realizado por jóvenes que cargan a las personas en sus bicicletas. La revuelta popular del día 5 de febrero expresó algo más que la protesta por la subida de los precios. Como afirma Carlos Serra: "El pan y las chapas son los depositarios de las relaciones sociales. [...] La revuelta popular fue contra las relaciones sociales que favorecen a unos y perjudican a otros". (SAVANA, 22 de febrero). De la interpretación que puedan hacer de estas relaciones el gobierno y el Banco Mundial dependerá la futura estabilidad económica y social de Mozambique. 
Original en: http://www.nodo50.org/tortuga/Revueltas-populares-demuestran-que#sthash.sar640m4.dpuf

No son fenómenos argentinos los que estamos viendo.

He abusado de "infraestructura africana" y "africanización" de esto y de aquello y pido disculpas a los africanos.

Incluso los negros argentinos nos sentimos casi europeos y encima por dentro sentimos que lo europeo es to much, y Africa el espejo en el que nos miramos para no ser iguales a ellos. Lo que consideramos africano se nos vino encima, su infraestructura, sus servicios, su todo y no es porque África sea una vergüenza, porque África es muy digna, sino que ha sido saqueada por los asiáticos poderosos por milenios y también por milenios por los europeos y no tienen mas que mostrar que improvisación, precariedad, miserias, y esa sensación que ser africano es delatarse auto-exiliado, ganas de escaparse de ella, con lo bonita que debe ser, con lo hospitalaria que debe ser.

Salgo de África y me voy cerca, una sucursal de Africa en Europa, la España mediterránea y ese llamarse gitanos para no asumirse musulmanes culturales.

Los gitanos, los de aqui al menos no, pero si muchos europeos y -especialmente-grupos españoles de gitanos, en el casamiento se rasgan las vestiduras en señal de regocijo por la unión, o como el ecuatoriano Correa  se rompen la camisa en tono desafiante.


Y con este aporte a la confusión generalizada me despido deseándoles que pasen este domingo de rechupete.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

Dejate de joder, mudate a la 31. Que ahi tenes todo a un toque. Y no tenes que ensuciarte por las toscas callejuelas de las tierras de "fernandito".

ari_peruca dijo...

cuando quieras omix te invito a obsservar lo q se hizo en agua y cloaca, lo q se hacía antes con la empresa privada y lo q se hace ahora.

Anónimo dijo...

No podes salir con esas cosas Omix... Pareces mi tia Susana. Te falto decir que te matan en cualquier esquina. Vamos morocho que usted esta para mas que quejitas o mejor dicho para explicar mejor porque está estancado el progreso. Por mi casa hace unos años me hicieron el asfalto, las cloacas, el agua corriente y mi viejo se jubilo sin tener los aportes necesarios. Dije hace unos años. Que pasó que no se resuelven esos detalles que yo llamo quejitas. Te escribo desde una pc (ademas de la banda ancha) que compró mi vieja con la jubilación también sin los aportes necesarios.

Anyuletta dijo...

Excelente post. Igual te olvidaste de agradecerle a Cristina la gran gestión que realiza sobre el aire que respirás. Ingrato.

Anónimo dijo...

Anyuletta agradecer no es arrodillarse y lamer medias. Agradecer es reconocer las decisiones políticas que se tomaron , se sostuvieron y te beneficiaron. Si se critica también se tiene que reconocer los logros. Critica no es negación.