Es la mañana del domingo 14 de junio y casi me dejo llevar por las operaciones que nos quieren hacer suponer que estamos condenados a un bipartidismo con cabeza en el FPV y en el PRO. Escenario bastante simplificado y fantasioso como para caber en la compleja realidad argentina. Sería cumplir, por la poda de actores, el sueño del lobotomizado que no tiene capacidad para operaciones que vayan mas allá de un escenario uno mas uno.
El Circulo Rojo (el empresariado), el Circulo Amarillo (la prensa amarilla) y unos políticos de vuelo bajo que en virtud de la debacle del 2001 se encaramaron al poder decididos a tornar sustentable el status quo anterior a esa fecha, para lo que pergeñaron una tímida distribución del ingreso de arriba hacia el pobrerío, que algún desprevenido podía tomar como transitoria, asi esperaban disciplinados mientras los intensos lucidos "profundizaban" el "modelo", demasiadas comillas para que el final fuese feliz.
Decíamos en posteo anterior que se estaba abriendo una grieta provocado por la ansiedad de Macri y el macrismo capitalino de alcanzar objetivos por sobre sus pares
El empresariado es el escorpión de la fábula. Son pre-capitalistas que bajo el escudo de la libertad de empresa lloran y presionan al estado para obtener siempre, no importan las circunstancias, ganancias extraordinarias. Hay que ajustar, dicen, pero no se les ocurra tocar la nuestra. Scioli y Macri terminaron siendo sus candidatos.
El PRO, apresuradamente, les avisa a que quiere conducir las corporaciones de hombres de negocios negocios y que va a mantener la puja por la titularidad de los negocios que le planteó el kirchnerismo con amigos y estado, con la novedad que los empresarios macristas ocuparán el lugar de los empresarios kirchneristas. Fotoshop del Capitalismo de amigos, posible grieta.
Macri quiere renovar, no ya la política cuestión secundaria para el, mero medio para un "para que" que si escarbamos es la eterna lucha interna de un hijo al que le cuesta superar a "papá", mambos que todos tenemos. Macri quiere renovar el circulo rojo, conducirlo con puño de hierro, presume que manejado por el va a llevar al país a la meta del desarrollo (y buenos negocios para sus leales).
Macri cree que Massa no debe llegar, y que Scioli tendrá que hacerse cargo del bolonqui que le deje CFK y procesarlo a un altísimo costo. Presume que en algún momento la relación entre DOS y CFK se romperá en malos términos y ella paseará por tribunales y a el ex motonauta tendrá un destino de helicóptero (como buen presidente radical que será) mas que de bronce y con los trabajos sucios hechos el 2019 será suyo.
En buen romance, Macri no le quiere ganar al kirchnerismo en este turno.
Por eso aparece el duranbarbismo como vedette del momento diciéndole "no" al que le venga con propuestas indecentes. Massa le plantea una interna con "muerte súbita", el que gana sigue como candidato único y el que pierde vuelve casa casa a ver el partido desde la tele. Massa se arriesga a ser eliminado, Macri está interesado en mantener con formol al kirchnerismo. No hay tal "desafío de la blancura" en el PRO, no hay miedo a la contaminación, hay especulación. Lo que busca es quedar como la única referencia opositora en un escenario de victoria oficialista para la que contribuye invisibilizando a Massa y dividiendo a la opo.
Surge aquí el tema de quien será el chivo expiatorio de esa derrota común ante el que se dice es el "enemigo" común. Para Macri será Massa, para Massa es Macri.
Si Macri no puede instalar que es Massa y el kirchnerismo gana será el director técnico el que pasará una temporada con la cola entre las patas para regresar tiempo después como si nada hubiese pasado. Es la ventaja de gerenciar política con fondos de una metrópoli.
Los radicales que quisieron embarcarse en un negocio político fantástico y, a la vez, satisfacer los dictados de sus prejuicios y ser centrales se dan cuenta de error y también buscan culpables.
Carlos Pagni en La Nacion esta semana mete al final este párrafo:
"La diáspora massista no resuelve el enigma de Macri: cuál será la estructura con la que competirá en la provincia de Buenos Aires. Los alcaldes de Massa regresaron al kirchnerismo. La promesa de Jaime Durán Barba es muy poco convincente. El asesor ecuatoriano pronostica que habrá una ola a favor de Macri, que sólo se levantará si el candidato consigue no contaminarse con la política convencional. Esa ola, supone, será tan poderosa, que permitirá prescindir de toda maquinaria. El entusiasmo de Durán Barba alrededor de esta creencia es tan intransigente, que resulta difícil saber si quiere que gane Macri o quiere que gane su teoría."
Morales Sola defiende esta mañana al Circulo Rojo de las "patrañas" que le endilgan Massa y Macri
Massa denunció que él es una víctima, porque los sectores económicos poderosos del país buscan la polarización entre Scioli y Macri. Fue al revés: el "círculo rojo" empujó un acuerdo entre Macri y Massa para batir al kirchnerismo, que Macri rechazó.
El acuerdo del circulo rojo parece no a la PASO presidencial (al que le desconfían mas que al kirchnerismo) consistía en bajar a Massa a la gobernación, o sea un imposible, porque ese paso solo podía hipotéticamente darse dentro del UNA y allí era plan "Z".
No tiene significación electoral pero ya vemos la grieta existente entre el status quo del 1er decil, Macri se arriesga a comprobar la certeza de las teorías duranbarbistas o a ser el mariscal de la derrota sostenido algún tiempo como "chief" de la opo hasta que el circulo rojo encuentre alguno que los cachondee mas.
El Frente Renovador piensa en ganar, via balotaje, veremos a cual teoría le va mejor.
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