“usan la ideología de manera instrumental, lo cual quiere decir que revisten de motivaciones elevadas y frases extraídas de discursos nacionalpopulares a medidas de gobierno que tiene un carácter menos ideológico y más anclado en la pedestre conservación del control sobre los recursos indispensables para mantener el poder,” La conversión de la ideología en instrumento de políticas que no responden necesariamente a ella es uno de los rasgos más característicos / … el uso instrumental de la ideología es un arma más venenosa que la violación de alguna norma institucional, cuyo resguardo puede confiarse a la Justicia o al Parlamento. El uso instrumental de la ideología implica la implantación de políticas tacticistas y sin principios, cuya paradoja es, justamente, que destruyen un sustrato simbólico, afirmando, al mismo tiempo, que lo hacen para defenderlo. Un paisaje político desierto puede resultar de esta manipulación de las ideas en función de cualquier medida de gobierno…juegan con un fuego en el que terminan consumiéndose los fundamentos mismos de su legitimidad simbólica. Son políticos de vendetta y de revancha; con esos gustos, es difícil que sean, al mismo tiempo, políticos de grandes ideas. / Son, por otra parte, personajes belicosos."
La pregunta que se deben hacer quienes desde la condena al peronismo centran su ataque en su aparente debilidad ideológica es si al peronismo tiene o no que importarle la ideología.
Carecemos de una, si consideramos ideología a una matriz potente de conocimiento de todos y cada uno de los aspectos de la realidad desde la cual un colectivo político define su ser y su hacer y desde donde el político práctico y el estudioso de los fenómenos políticos analizan el mundo desde lo general a lo particular.
Para muchos la ideología es imprescindible, pero quien escribe estas lineas entiende que hay vida después de la ideología. Para muchos peronistas es secundaria, pero andá a explicárselo a los polítologos, a los diarios tipo La Nación o Página12, a los analistas de las embajadas del primer mundo que regresan a sus homes sin haber entendido la política argentina (¿no es asi Karol?).
Esa cobertura totalizadora de la ideología (casi totalitaria) es descrita por muchos. Pierre Ansart, autor que ahora citamos, es solo un ejemplo de ello:
Una ideología política se propone señalar a grandes rasgos el sentido verdadero de los actos colectivos, trazar el modelo de la sociedad legítima y de su organización, indicar simultáneamente a los detentores legítimos de la autoridad, los fines que la comunidad debe proponerse y los medios para alcanzarlos. La ideología política provee una explicación sintética en que toma sentido el hecho particular, en que los acontecimientos se coordinan en una unidad plenamente significativa. [...] todas las formas particulares de ideología, aspiran nada menos que a dictar los principios esenciales, las evidencias irrefutables a partir de las cuales asumen sentido y justificación los actos particulares
No somos derecha ni izquierda. Esta indiferencia ideológica no nos sitúa en terra cognita. Algunos actúan como si el peronismo nunca hubiese existido y con esa negación siguen adelante sin tener que cambiar las plantillas que le dan forma a su razonamiento. Compraron moldes importados, esos que no tienen recambio, ni repuesto, y de ahí les viene esta necesidad de pegarnos a las "dielogías".
El "tano" Salvador Ferla en su momento supo explicar la aparición de las ideologías
“En el Medioevo, la sociedad occidental no elaboraba ideologías porque segura de vivir en un orden inmutable, no pensaba que las civilizaciones o las culturas pudieran crearse a voluntad. Con el renacimiento el intelectualizado occidente descubrió de pronto algo tan sencillo y fácil de presumir como esto de que la vida no había sido siempre igual, de lo cual dedujo, sin mucho esfuerzo que si había sido diferente en el pasado, también podía serlo en el futuro. Como simultáneamente el desarrollo de la ciencia y la técnica fue creando instrumentos de cambio, hubo una fuerte incitación a modelar el futuro, surgen entonces las ideologías como propuestas de cambio que forman una escatología laica basada en una dimensión de la esperanza: la redención social y la felicidad humana en la tierra…
Es necesaria incluir aqui la noción de ideología del “tano” Ferla , que resume en pocas líneas:
“ideología es la prefiguración de una sociedad futura en pos de la cual se expresa un conjunto de objetivos con los correspondientes medios para alcanzarlos"
Como se ve, en esto no es original. Más adelante categóricamente afirma que
“todas las ideologías… se han mostrado impotentes para interpretar en forma global, coherente y estable el pasado, presente y futuro de la humanidad. La realidad del pasado siempre está por encima de sus intérpretes y el cambio suele burlarse de sus profetas”
Quizás sea por que los protoperonistas hicieron una lectura de la historia del pais antes del 4 de junio de 1943 y sacaron la conclusión que ninguna de las ideologías que tenían a mano les servía para mantener en la periferia del mundo un proyecto de pais justo socialmente y al a vez industrializándose de manera autónoma. Cabe suponer que también pudo ser por mero capricho de Perón o su intuición. Por lo que haya sido, lo cierto es que el peronismo tiene ideas, doctrina, pero ideología no. Cabalga sobre la historia, surfea, pero no se coloca estrechísimos corsés y menos anteojeras y eso es por que para Perón y sus seguidores hacerlo equivale a debilitarse en términos de alcanzar objetivos. También es casi como enviar una copia del plan al equipo contrario para que conozcan nuestros movimientos, fortalezas y debilidades de antemano.
Luis Taruselli en su libro: ”El Pensamiento Nacional”, del cual extraigo todas las citas de Ferla que incluyo aquí, arroja un argumento más:
“El contenido revolucionario del peronismo, no fue por su ideología sino por la presencia en él viva, real y dinámica de los trabajadores argentinos…”.
Cuando se habla de revolución, algunos creen que se hace a fuerza de bombas y de balazos. Revolución, en su verdadrea acepción; son los cambios estructurales necesarios que se practican para ponerse de acuerdo con la evolución de la humanidad, que es la que rige todos los cambios que han de realizarse.
El hombre cree a menudo que él es el que produce la evolución. En esto, como en muchas otras cosas, el hombre es un poco "angelito". Porque es la evolución la que el tiene que aceptar y a la cual debe adaptarse. En consecuencia, la revolución por los cambios del sistema periférico, que es lo único que el hombre puede hacer, es para ponerse de acuerdo con esa evolución que él no domina, que es obra de la naturaleza y del fatalismo histórico. Él es un agente que crea un sistema para servir a esa evolución y colocarse dentro de ella.
Quiere decir que la revolución de la que nosotros hablamos no es una causa, sino un efecto de esa evolución, que nosotros debemos poner al dia a través de sistemas.
Eso no quiere decir que somos tipos vacíos de proyecto, tanto que no nos fijamos en los medios o nos subimos a todos los colectivos. Haciéndonos cargo de las críticas que escuchamos ahora sobre la versatilidad, ubicuidad, oportunismo, funcionalidad a los poderes económicos y debilidad ideológica del peronismo y debido a que estamos surfeando sobre una ola de época de salida del neoliberalismo, no somos pocos los que seguimos soteniendo que el peronismo es un “socialismo de tercera posición”.
Esta definición intenta dar un salto sobre las ideologías dominantes en la época que parió al peronismo y desde ese “Ades” ver las disputas ideológicas como distantes, superfuas e innecesarias, pero tiene vigencia hoy. Para precisar que es eso de “socialismo de tercera posición recurro por última vez al tano antes mencionado
"Este socialismo de Tercera Posición exige como presupuesto básico el fin de la dominación que el imperialismo ejerce sobre nosotros a través de esas entidades de lucro a las que con elegancia eufemística se suele llamar empresas multinacionales y el fin de la oligarquía vernácula y otros grupos parasitarios en que esas empresas se apoyan. En esta segunda etapa de la experiencia de gobierno peronista (se refiere a 1973/4) tiene que entrar a funcionar forzosamente la marchita “de los muchachos” en aquella parte que dice ”combatiendo al capital”… Pero ese socialismo apunta a distribuir la propiedad, no a suprimirla totalmente, ordenándola en categorías que podrían ser: estatales, cooperativas, sindical, privada y mixta.”
La moraleja que os deja este escrito es que: a pesar de que nunca me enamoraron y no perdono el intento de superar al peronismo asesinándolo, considero que los Kirchner han sido un peldaño hacia arriba en la larga escalera hacia esa sociedad mejor.
El tiempo que viene parece que trae vientos de cambios, de esos que no suelen ser buenos cambios.
Nos queda aguantar los trapos. Eso significa que nos refugiaremos en "Saúl querido" y desde allí seguiremos buceando para avanzar en ese socialismo de tercera posición, sin cambiar de anclajes, con los mismos clivajes.