sábado, 27 de noviembre de 2010

descatable en televisión

Flavio Mendoza en el acquadance del show de Marcelo Tinelli.

Lejos uno de los mejores espectáculos populares que brindó esta semana la TV argenta, por la calidad del espectaculo promedio que se ve, si le sacamos los "bueno", los "bravo" al audio y el contexto agresivo, conventillero que lo rodea que sin embargo suma puntos al rating del minuto a minuto que es el gran enemigo de la calidad en ese medio
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Mas allá de todo lo criticable que tiene el programa, que no es una isla en la TV de masas , se nota en Tinelli un esfuerzo por salir de lo chabacano o al menos por hacer que lo grosero no sea lo hegemónico en su producto. Ni piensa cambiar el formato -aquello que no implique ningún esfuerzo para comprenderlo y disfrutarlo-, pero si que deje de parecer hecho a la medida de lo zafio, apenitas se mechan finas hierbas para cambiar el sabor. Tinelli hizo en el curso del año hizo varios intentos como este, no es mucho dirán, pero es alentador.

El programa de Tinelli es la horma de la mayoria de los programas mas vistos y encima, muchas veces, es el contendio sobre el cual giran. Si esta tendencia continúa y es acompañada por el público tendremos a la TV en un escalón más arriba en cuanto a calidad.

La calidad de la programación y de su contenido es una materia previa que nos ha quedado libre.

Los empresarios mediáticos con sus intereses totalmente en claro y algunos famosos y queridos trabajadores de los medios confundidos o asociados se desgañitan qritando que se les ahogan las libertades (expresion, prensa y empresa). "Libertades" que hacen de la apología del consumismo su evangelio y de la defensa de la rentabilidad empresaria sin ningun tipo de restricciones el primer mandamiento de las tablas de la ley.

Desde la política solo se hizo incapié en la instrumentalidad política de los medios de comunicación. El relato, la batalla cultural, etc acaparó la atención de todos, los arrastró al lodo del albañal y ahora todos sucios y crispados siguen tirándose trompadas sin reconocer amigos de enemigos en una lucha que es percibida como lejana y ajena por las mayorías populares.

Solo les ha importado a unos y a otros la lucha por el sentido común. Si lo que se vende es basura no ha importado en esta etapa. Para colmo y en sintonía con la chatura de los dirigentes que liderando los enfrentamientos de una orilla a la de enfrente, ambas margenes del rio se han dedicado a demostrar quien la tienen más larga, es decir quien es la representación del poder. Pelea que había que dar y que se dió con sus reglas de juego, ahora hay que ir por mas.

La televisión argentina no ha sido tratada como asunto de estado, existe un "laissez faire" que avergüenza. ¿Es de esperar entonces que la respuesta surja de las entrañas mismas del monstruo (el ministerio de educación y cultura real de los argentinos)?.

Pocos han abordado la calidad en los medios. La "elevación" de las masas, que si tenía presente la cultura y educación de los años 50, 60 y 70, quedó para mejor momento. Podemos recordar a titulo ilustrativo al pianista Estrella tocando en los cañaverales de Tucuman, al grupo "Gente de Teatro" y los bailarines Fontella y Neglia popularizando el espectáculo de la danza que hasta ese momento estaba dedicado a elites economicas, pero esos son signos de una epoca que pasó.

Ahora es tiempo de hacer.

O.b

1 comentario:

Anónimo dijo...

descatable es una síntesis de rescatable y destacable. Me gusta. Lo incorporo.
Berisso al tope