viernes, 1 de julio de 2011

lealtad como viaje de ida

Cuando uno hace un bizcochuelo, jamás abrir la puerta  del horno apresuradamente por que no se leva y el bizcocho queda como una tortilla indigerible.

Algo parecido afirmaba Ezequiel Meler ayer:

Los candidatos elegidos, en la mayoría de los casos, no tienen otra base de maniobra que su “lealtad” hacia la conducción. Peor aún: han sido elegidos precisamente por ese dudoso mérito. Pero después no les pidan que hagan lo que no podrán hacer, esto es, representar algo o a alguien, porque sencillamente no tienen esa capacidad... 
En estas condiciones, quisiera resaltar dos corolarios. En primer lugar, aparece como evidente que el peronismo deberá darse un nuevo liderazgo, en la Provincia de Buenos Aires como en el resto del país, más temprano que tarde. En pocas palabras, muchachos, si queremos comer carne, tenemos que merecerla primero. En segundo lugar, dada la naturaleza de la apuesta de Balcarce, cabe preguntarse si, aún ganando en octubre con las cifras que se difunden hoy, el neokirchnerismo es una fuerza sustentable. Mi opinión es taxativa: no, no lo es...
Seguido de un buen comentario del SOLDADO DESCONOCIDO
... muchos nos quedamos con esta sensación de que en pos de la gobernabilidad se terminó con un armado que, más que orgánico, es sectario… tal vez siendo menos duro, concuerdo con la mayoría de lo que decís… agrego que la idea de sembrar los Consejos Deliberantes con militantes de La Cámpora o afines para condicionar, peca por lo menos de inocente: no es una asamblea universitaria un municipio, se los van a comer crudos… por lo demás, los obligas a dar el salto a la superestructura antes de tiempo, vaciándolos de militancia en su momento de ascenso, es decir, cuando más la necesitan para seguir desarrollándose… 
Mejor leer completo el posteo  cliqueando aquiimperdible.

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