jueves, 12 de febrero de 2015

Del Sel no vale un Potosí



"Si yo te hubiera de pagar, Sancho -respondió don Quijote-, 
conforme lo que merece la grandeza y calidad deste remedio, 
el tesoro de Venecia, las minas del Potosí 
fueran poco para pagarte; toma tú el tiento a lo que llevas mío, 
y pon el precio a cada azote".
Miguel de Cervantes Saavedra, Don Quijote de la Mancha

El virreinato del Rio de la Plata fue una creación de la monarquía absoluta española en las últimas décadas del siglo XVIII. La aldea de Buenos Aires por razones que hoy podríamos calificar de geopolíticas pasó a ser la cabeza administrativa de un vasto territorio compuesto por un archipiélago de ranchadas pobres junto a zonas ricas dedicadas a la extracción de metales preciosos. Cuarenta años después, y sin haber consolidado una identidad comunitaria, sus elites comienzan en la región un proceso independentista. 

A partir de 1810 los cuatro locos lindos que en Buenos Aires y otras ranchadas similares proyectan un pais gobernado por una minoría ilustrada entienden que las minas de plata del Potosí desequilibrarán la pulseada del poder mas temprano que tarde a favor del Alto Perú. Buenos Aires será entonces, otra vez, la ultima ranchada del nuevo pais como antes lo había sido para el virreinato del Perú. Había que evitarlo.

El 9 de mayo de 1825, el Congreso Argentino le responde a Sucre, que auscultaba la voluntad de las Provincias Argentinas sobre el destino de la actual Bolivia, que: “…es voluntad del Congreso General y Constituyente que las provincias del Alto Perú queden en plena libertad para disponer su suerte, según crean convenir mejor a sus intereses y a su felicidad”. Abándonicos a designio echaron el lastre por la borda y así nacía un nuevo estado que ni nombre tenía por eso tomó como suyo el apellido de su libertador, Simón Bolivar.

Es probable que para Miguel del Sel no haya sido buena noticia que su partido a nivel nacional haya sellado un acuerdo con Elisa Carrió. Del Sel necesita, para ganar la gobernación provincial, morder parte del voto del electorado peronista santafesino y un Mauricio Macri en linea con Carrió junto a la porción del radicalismo que pone el acento en su no peronismo, que se parece mucho al mas rancio antiperonismo, los espanta.

Está claro que el nucleo duro macrista sabe que la candidatura presidencial de su jefe maximo es un bleuf que solo sirve para instalarse y que debe jugarla obligado debido a que ya se bajó y de no tomar el toro por las astas esta vez puede quedar definitivamente fuera de juego. La cosecha planeada es otra, nutris los bloques legislativos, conquistar alguna que otra intendencia, fisclaizar la elección del distrito unico nacional, y buenos performances en gobernadores aunque no planean ganar ninguna y por lo visto se aseguran que ninguno gane. Caso Miguel del Sel en Sta Fe.

La victoria de cualquiera de los candidatos a gobernadores que tendrá la fuerza promete mover, por peso propio, la composición del centro de adopción de las decisiones del PRO y rompe con el actual equilibra+io de poder de sus miembros, ergo: podrían quedar fuera. Para el circulo rojo del macrismo el capocomico es solo eso y en ese estado -de tipo macanudo- debe continua.

Otra vez la City porteña abandona a su suerte a ese interior que no comprende, y que considera inferior, cuando ve amenazado su tan calculado protagonismo, solo que esta vez en una escala menor.

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