Del Sel, escrito por Ruben Weinsteiner el 16 de julio de 2011.
Resulta fácil y casi inevitable caer en la simplificación cuando se analiza el fenómeno Torres Del Sel en Santa Fé. Un tipo sin formación, con un léxico de 500 palabras, predicador por default de la antipolítica y que las cosas funcionen. No hace falta mucha creatividad para imaginar a Del Sel como bufón de Menem, o de los jerarcas militares si los tiempos hubieran matcheado.
Como con el voto de Macri, el análisis requiere otro compromiso, Del Sel es un tipo exitoso, un self made man, gracioso, creativo, y que encarna un recorrido y equipajes que se constituyen en focos aspiracionales para muchos santafecinos.
Nadie le pide propuestas ni un plan de gobierno, aquellas que pueden acercarle equipos que se las redacten, ya que le estaría vendiendo algo a sus electores que no le estan demandando. Del Sel interpela al mercado de un modo paternalista, no es simplemente alguien famoso que da besos y firma autógrafos.
Lo quieren, lo admiran y por eso toleran la asimetría de ese paternalismo, que a la vez se constituye en su reason why.
Una anécdota reciente da cuenta de esa empatía que habilita el paternalismo constitutivo de su discurso de poder, que el cómico le propone a la gente. De visita en un barrio del plan federal de viviendas, un vecino le gritó: “Miguel, ¿Qué nos vas a dar? Ayer vino Bonfatti y nos dio tres bombitas”. La respuesta del cómico dejó perplejo a todo su equipo: “Una patada en el culo te voy a dar. Mirá como tenes esto de sucio y te vendes por tres bombitas”, le recriminó.
No fue el único caso en el que Del Sel ensayó un diálogo tan cercano a la gente que le permitió ser políticamente incorrecto. Con frecuencia admite que está en contra de los planes sociales. “Hay que laburar”, repite. Y todos lo miran.
Lo quieren, lo admiran, demandan y suscriben esa asimetría legitimada en el éxito mediático, económico y en la constitución superyoica cercana y por lo tanto posible.
Destabicar esta propuesta de valor para sacarle votos, no es fácil. Hay que subsegmentar por variables muy blandas, no lo que la gente es, sino lo que la gente hace, siendo lo más específico posible.
Lo mas difícil de pronosticar es el futuro. No se que pasará con Del Sel, si evolucianará hacia modelos como Reutemann- Scioli, o será un nuevo Macri, mucho dependerá si decide articular o no dentro del peronismo, y si vino para quedarse o se aburre y se vuelve a Midachi.
Lo que no podemos hacer, es cargar de emotividad el análisis y enojarnos, por más anácronico y noventista que resulte el fenómeno. Del Sel está, existe y como a Macri mucha gente lo va a votar, en este caso no la mitad, quizás un tercio. Un tercio que existe, que vota, que trabaja y que no ha sido interpelado por propuestas que se supone los piensan e incluyen mas eficazmente.
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Ruben Weinsteiner http://weinsteiner.blogspot.com.ar/
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