Contra el shock macrista y el cruzarse de brazos y disimular efepeviano-sciolista Ricardo Delgado desmiente que Clarin sea el problema mas grande que debe afrontar el pueblo trabajador argentino e individualiza a la inflación como el enemigo a vencer.
El nuevo gobierno tiene cien días para poner en juego medidas consistentes y creíbles. Deberá orientarse desde el momento cero a recuperar el crecimiento perdido.Una estrategia de shock es desaconsejable, dada la ausencia de una crisis terminal. El ajuste contractivo de una terapia de shock impediría equilibrar el flanco social y profundizaría la recesión. Para ser sostenible, el cambio debe ser gradual pero a la vez intenso de reformas, que recree rápido las condiciones para la inversión local y externa y reconstruya instituciones como el Banco Central y el INDEC.El ataque a la inflación -la madre de todas las batallas- tendrá que ordenarse con un programa consistente que incluya compromisos monetarios y fiscales trimestrales para coordinar expectativas hacia alcanzar un dígito en dos años y acuerdos de precios y salarios a dos años. Para que la actividad crezca, el cepo debe eliminarse y el mercado de cambios, unificarse. La reducción de los subsidios y la recomposición tarifaria atada a nuevas inversiones tienen que estar en línea con el objetivo de reequilibrar el frente fiscal. Nada de la noche a la mañana, pero sí con intensidad y rapidez para regenerar la confianza. Ricardo Delgado
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