martes, 26 de agosto de 2014

Los cuentos de Rossi (o Fariña es un pillo y los villeros criminales)

El camino de las buenas intenciones está repleto de sabios principios que a simple vista parecen progresistas.


La Convención de Viena, por dar otro ejemplo, dice que serán fuentes del derecho internacional "los principios generales de derecho reconocidos por las naciones civilizadas", la misma expresión suena redentora e impone la diferencia entre estados, toda vez que la estructura jurídica  traduce en su construcción su carácter oligocrático revela la resignación de las demás de permitir que las potencias ejerzan su predominancia sin mayores trabas.

El contexto consagra de unos derechos y deberes, el otro en su condición proto-humana no tiene -aún- derechos y deberes. Los "civilizados", asi, están obligados a "civilizar" a los "incivilizados" y por supuesto esto es un orden natural ya que los "civilizados" están por encima de los "incivilizados" sin necesidad de demostrarlo. Ahhh, me olvidaba: muy por encima.

Lo que sigue se refiere al  “espíritu de los tiempos” kirchnerista, un espíritu que se niega a irse, pero que se va de todos modos.

¿Que une a Damian Szifron y Axel Kiciloff?

Hay algo que los une, es el hablar en nombre del otro, trabajar para el otro, pero un otro sometido socialmente, uno que se nota está un escalón mas bajo que el, mucho mas bajo. Los civilizadores contra los naturales incivilizados es un guión plagiado un millón de veces en estas costas abandonadas por Dio's. Los civilizadores que lo hacían de forma tal que pusieron en duda el concepto mismo de civilización, portando en el alma  la intima convicción de que la resolución de las diferencias políticas mediante métodos violentos puede mejorar la vida social devinieron en estos chicos k que hoy vemos tan íntimamente ligados por el subsidio estatal.

Hay algo que queda en duda siempre en estos casos. Si el que no siente el dolor en carne propia puede comprender cabalmente el ajeno sin tergiversarlo en su lectura y en su descripción por el prisma de sus propios prejuicios.

Benedetti los (se) describía muy bien:
"Mirá, Pequebú, con vos quiero ser franco. La militancia viene brava, ¿tamo?" y él no estaba claro, ¿era eso? "Puede ser que me equivoque, no soy infalible. Pero tenés muchos resabios: en tus gustos, en tus costumbres, en tus lecturas, hasta en lo que escribís". ¿Porque escribía sobre cosas lindas? "No sólo por eso. Por ejemplo, en tus cuentos nunca hay obreros". Era cierto, no había. "Y eso está mal. Si vos supieras que la clase trabajadora..." Lo sabía, lo sabía. " ¿y entonces?". Él trataba de hacerles comprender que en sus cuentos no había obreros, sencillamente porque los respetaba. Y algo más: "Vos sabés que yo vengo de una familia de clase media, ¿no?" "Bastante que se nota". "Nunca he frecuentado los medios obreros. Varias veces he tratado de poner laburantes en mis cuentos y no me sale. Después releo el fragmento y me suena a falso. Todavía no logré la clave para hacerlos hablar, ¿comprendés? No incluyo obreros para que no suenen a hueco. Porque yo sé que cuando hablan, y menos aún cuando actúan, los laburantes no son nada huecos". Aquí el otro le ponía como ejemplo los cuentos de Rossi, que ya tenía dos libros publicados. “Él también es clase media, y sin embargo escribe sobre obreros".¿Realmente le gustaban los cuentos de Rossi? "Eso es otro asunto. Vos todo lo subjetivizás;¿no te gustan? ¿no te gustan? También esa pregunta es pequeñoburguesa".    http://es.scribd.com/doc/24533708/Pequebu-Mario-Benedetti
Hoy veo hipocresía, pose, en esos pequebú que están tan lejos de emular a Sabino Navarro y mucho mas cerca de lo que creen de ser  "transgresores"  como Pergolini, que lo simulaba eficientemente en su intención de consolidar fortuna mientras se empomaba sin pasión y sin amor al anciano Zar.

Martin Rodriguez, ese amigo del alma,  se encarga de retratar a Axel Kiciloff y Damian Szifron
La ideología es un salto desde los lugares comunes hacia el lugar donde nada es natural, un salto sin red hacia la complejidad del mundo.
Szifrón hizo la película del zeitgeist kirchnerista (“Relatos salvajes”) y en su promoción de prensa (que incluyó la visita a ese almuerzo institucional de la TV) se sintió precipitado a nombrar los camellos del capitalismo: ¡nos rodea la injusticia social! “Yo, así como me ve, rubio, bello, con mi esposa que acaba de mostrar su ropa y sus joyas, podría ser un asesino”, dijo. El “sistema” es una máquina de producir pobres. La “pobreza” es una máquina de producir asesinos. Un mundo fácil, didáctico y filoso. “¿A quién me sentaron en la mesa?”, habrá pensado Mirtha Legrand. Al autor de una versión de la vida social de estos años construida en seis piezas, seis relatos cuyo hilo invisible es el salvajismo latente bajo la corteza de la civilización. Seis “un día de furia” que pintan en cada una de sus aldeas el desierto de lo real, el desierto argentino sin nación.
Sin embargo, lo que dijo Szifrón sobre la violencia social, se enmarca dentro de lo que Marcelo Saín considera “relatos bien intencionados sobre el delito”.
(cilc aqui) http://www.lapoliticaonline.com/nota/buendiasenora/
Rebeldones sin mas causa que su ideología, una ideología que no es clamada por las mayorías populares.

Debieran preocuparse mas por vivir una vida propia y no andar liberando las ajenas que no se los exigen.

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