viernes, 15 de enero de 2016

El valor de un pito


La secta cristinista y los gorilas cool ( aquellos que bien definido por Juan Amondarain son las personas que creen en una Argentina idílica que se derrumbó el 17 de octubre de 1945 con el advenimiento del peronismo, han generado debates inconducentes por cientos los últimos años y pretenden seguir con ellos. El último es aquel que brota a partir de la frase de un economista “Encontramos un Estado lleno de militantes pero vacío de contenidos", “Los ñoquis son parte de la herencia. Encontramos un Estado lleno de militantes. Queremos que al Estado no le sobre la grasa de los militantes"

Así las cosas, las banditas beligerantes se trenzaron a los puños como si el estado fuese el botin de la militancia o como pudiese coincidir la existencia de un funcionario publico que ademas de idóneo fuese militante y para peor peronista, todo a partir de una frase que en argot gimnástico-económico significa "lo que está demás y debe ser quemado". Hubo excesos de nombramientos (no va a ser la primera ni la última vez) y ahora hay que poner las cosas en orden o, sincericidio mediante, necesitamos remover baldosas flojas para colocar las nuestras, en estos términos debió haberse planteado la discusión pero obvio que ambos bandos tienen mucho que esconder y lo plantearon tratando de robar agua para sus molinos.

No hay que trenzarse en los intercambios huecos. 

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