La nota empieza diciendo
La relación enfermiza entre Buenos Aires y el conjunto del país viene de antiguo, es en realidad anterior a la independencia y ha pasado por distintas etapas que no viene al caso enumerar ni analizar acá, aunque sí, tal vez, tenerlas presente...Su lectura me inspira a ratificar los dichos de Artemio Lopez cuando citando a su numen inspirador clava en nuestro pechito argentino la frase: "mi universo de pensamiento fue abolido", refiriéndose al progresismo al que hasta hace poco adhirió.
Y cuando hablo de que ha sido abolido, hablo tanto de izquierdas como de derechas, cuyo macartismo es igual de ridiculo al control social progresista. El sesentismo y setentismo y su hijo intelectual el progresismo ha caido en desgracia.
El problema que surge de no admitir esta verdad (el progresismo de las clases medias urbanas ha muerto en 2001) es como explicamos desde la defensa (no importa en que grado) de un gobierno nacional y popular que el marco ideológico-doctrinario/relato del kirchnerismo, basado fundamentalmente en lo adelantado por el frepasismo en los lejanos años noventa se ha derrumbado y que en lugar de su abandono y reemplazo lo que prometemos es su profundización.
Me pregunto no cabe hablar de la sustitución de la narración por otra que contenga más al nuevo tiempo que se vino. No cabe invitarnos a nosotros mismos a revisar nuestra actitud en el anterior momento aun cuando lo que se ve a simple vista en el horizonte es una victoria electoral suficiente (no contundente) en octubre que no puede ser leida como resultado de esta particular manera de ver y manejar el poder. No cabe revisar también aquello que es secundario pero que tienen que ver con la comunicación cotidiana de la gestión como lo fueron y son aquellos gestos que refuerzan el quien manda en la Argentina y que algunos han dado a llamar el "estilo" confrontativo, intansigente, del gobierno y que otros hemos relatado como "recuperación de la autoridad presidencial. Ya todos saben quien la tienen mas larga, ahora ofende a muchos más que antes las acciones que tienden a demostrar que no se es empleado de otros. Antes sonaban a necesidad, hoy a innecesaria fanfarronería o tal vez a -y peor aún, nos genera suspicacia al hacernos pensar mal sobre alguna carencia emocional que debiera ser contenida.
Me atajo por las dudas. No se trata solamente de la supuesta superación (por aniquilación) del peronismo, sino más bien de esa propensión a mantener una sociedad en vilo más allá de lo prudente.
Algo de ese estilo confrontativo debe pervivir, pero no se puede confrontar desde Techint, altamente justificado por que en poco ha ayudado una corporación como esta que es primus inter paris en los últimos años al desarrollo del país cuando el país en los casi 70 años de radicación del grupo fue beneficiado por las políticas una y otra vez, hasta llegar a los votantes del macrismo en capital o a Mirtha Legrand. No tenemos límites, nos rompe las pelotas lo muy grande y hasta lo insignificante.
No hay amenaza al gobierno de nadie, no hay "clima destituyente", la oposición (económica y política) fue manejable sin votos, con votos lo serán más aún. Dejemos de pedirle "leña" a un ejecutivo nacional que es percibido hasta por quienes lo votan una y otra vez (por sus méritos que no son estos justamente) como demasiado afecto al embrollo y eso en esta sociedad a la que el kirchnerismo ayudó a construir ha empezado hace rato a verse muy mal.
El clima de buena parte de la población es que esta Argentina está saliendo del purgatorio, y confiemos o crucemos los dedos para que este proceso termine bien. En virtud de este convencimiento cada argentina hoy ya no critica a la Presidenta por sus carteras, ahora sueña con tener una louis vuitton. No nos podemos quejar de que después de elevados tanto las expectativas (aún tímidamente) como el standard de vida algunos sectores sueñen con ese Primer Mundo que tanto el menemismo abiertamente como el kirchnerismo -solapadamente- bajo la fantasía "salida del purgatorio" le ofrecieron como recompensa por su acompañamiento.
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