jueves, 30 de agosto de 2018

La Crisis de los 5 Presidentes

“EL ROL DEL CONGRESO NACIONAL EN LA CRISIS INSTITUCIONAL ARGENTINA DE 2001/2002”
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Introducción
En 1983 se abrió en la República Argentina un periodo signado por la sucesión de gobiernos elegidos por vía democrática.
Sobre finales del año 2001 acaeció una crisis política, social y económica que llevó a la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa dando por terminado el gobierno de la Alianza para el Trabajo, la Justicia y la Educación (en adelante “la Alianza”). Sin Presidente de la Nación y sin VicePresidente que lo reemplazara -por renuncia de su titular Carlos Alvarez tiempo antes-, y en el medio de manifestaciones populares y turbulencia social, el Congreso Nacional dispuso de todos los mecanismos a su alcance para cumplir con la tarea de no dejar que el país quede sin conducción política.
En el presente trabajo me propongo indagar las razones por las que el parlamento argentino llega a imponer un gobierno que transite la salida de la crisis e investigar la legitimidad y legalidad de los procedimientos que utilizó para cumplir con ese objetivo.
De acuerdo a lo expresado anteriormente se llega a las siguientes preguntas:
-   En qué circunstancias en el sistema presidencialista el Congreso puede formar el gobierno?
-     Como aseguró el parlamento argentino la salida de la acefalia presidencial de fines del año 2001?
-     Puede considerarse estable un presidencialismo en el que los Presidentes no terminan su mandato?
Este escrito intenta mostrar que nuestra Constitución Nacional agrega al Congreso en caso de vacancia del Ejecutivo una función propia del régimen parlamentarista que es la de formar gobierno, al igual que la figura del Jefe de Gabinete que se introdujo en la reforma Constitucional de 1994 con el fin de hacer de fusible y elemento de atenuación de un presidencialismo donde el liderazgo es muy marcado. Tarea  que constituye por si misma un puntal democrático y constitucional suficientemente firme para la continuidad de los asuntos de Estado cuando la conducción política queda temporariamente vacante.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Una característica indiscutida del sistema político latinoamericano y en especial del sistema de gobierno presidencialista es el acentuado protagonismo de la figura presidencial. Es de rigor comparar al renunciante Fernando de la Rua en 2001 con quien lo antecede,  Carlos Menem, que cumplió dos periodos completos en ejercicio de la Presidencia del país.
Ana Maria Mustapic  afirma que “Menem lograría las reformas neoliberales a través de una tradición preexistente de un fuerte liderazgo presidencial, concretamente a través del ejercicio de poderes institucionales del ejecutivo, hegemonía tradicional en la cultura política y la dominación del partido Justicialista.”. (1)
A la indiscutida autoridad de un presidente “fuerte” le sucede un gobierno de concertación, que desde su  asunción, se vio afectado por luchas intestinas  entre les múltiples fracciones de la coalición que formaran dos años antes la UCR y el FrePaSo. De la Rua aparece a simple vista más débil que Menem, teniendo que rendir permanentemente cuentas hacia afuera y hacia dentro de la Alianza, como fruto de la composición y circunstancias que hicieron posible conseguir la mayoría electoral evitando la dispersión de los votos opositores. Esa situación se resuelve en el peor de los momentos para el gobierno.
Entre los realineamientos hacia el interior de la Alianza el que más nítido pudo observarse fue el parteaguas  progresismo/conservadores, grieta que incrementó su profundidad en marzo de 2001 con la llegada del ex Ministro, de cuño neoliberal, Domingo Cavallo al gabinete. Momento en que los sectores conservadores que sostenían al presidente de la Rúa, le ganaron la pulseada del poder a quienes ubicados al centro-izquierda del mapa ideológico resultaban socios incómodos, personificados en el alfonsinismo y el FrePaSo. (2)
Así De la Rua fue minando la base de sustentación de su gobierno, alejando a las fuerzas progresistas. A la vez con sucesivas medidas económicas, como la incautación de los depósitos bancarios -el “corralito”- en el que el Presidente puesto a elegir entre los pequeños ahorristas y los bancos opta por sostener al sistema financiero-, el Jefe de Estado logra aislarse por completo de importantes franjas de sectores medios, tradicional anclaje de su partido. El tiro de gracia es la derrota electoral de octubre en la que el partido de gobierno resulta derrotado.
En el diario Clarín de Buenos Aires, el periodista Luis Sartor nos deja su impresión de los resultados de la jornada  comicial:  “Apenas rondando el 30 por ciento en todo el país, el PJ se siente renacer más rápido de lo que había imaginado, y el Presidente es una sombra todavía más difusa de la promesa que fue. Pero aún las luces de los ganadores no son del todo potentes: el otro dato central es la dura sanción a la clase política, porque jamás había habido un voto bronca tan impactante. Los nulos y en blanco fueron siete veces más altos que el promedio de las cinco legislativas que hubo desde la restauración democrática, en 1983.”. Titulo y subtitulo de la nota resultan datos relevantes para el presente trabajo: “Con un amplio triunfo en todo el país, el peronismo dominará el Congreso, “Por eso, seguirá controlando el Senado y será primera minoría en Diputados”. (3)
En diciembre de 2001, con motivo de las sesiones preparatorias de ambas cámaras del parlamento nacional el peronista Ramón Puerta es nombrado Presidente Provisional del Senado y, a su vez, el también peronista Eduardo Camaño es designado Presidente de la Cámara de Diputados quebrando una constante desde 1983 que consistía en que la línea de sucesión presidencial quedaba en manos del partido que respondía directamente al Poder Ejecutivo nacional. Dato sumamente relevante teniendo en cuenta que el VicePresidente Carlos Alvarez había renunciado al cargo en octubre del año 2000. (4)

Protocolo legal en caso de acefalia
Convencionalmente aceptamos que formar gobierno no sería una tarea propia de las legislaturas en los regímenes presidencialistas. Las  funciones básicas de las legislaturas democráticas que responden a esta tipología se reducen a tres: representar, legislar y controlar. Cuando se trata de regímenes parlamentarios, se agrega una tarea adicional: formar gobierno.
Existen sin embargo algunas excepciones, por ejemplo, la Constitución de la Argentina en su artículo 88 determina que "En caso de destitución, muerte, dimisión o inhabilidad del presidente y vicepresidente de la Nación, el Congreso determinará qué funcionario público ha de desempeñar la presidencia, hasta que haya cesado la causa de inhabilidad o un nuevo presidente sea electo".
En línea con el precepto aludido en el párrafo precedente, el artículo 75 inciso 21de la Constitución concede al Congreso la atribución de "aprobar o desechar los motivos de dimisión del presidente de la República y declarar el caso de proceder a nueva elección".
La elección del reemplazo presidencial que menciona el articulo 88 de la constitución, es decir la determinación del funcionario público que “ha de desempeñar la presidencia, hasta que… un nuevo presidente sea electo" deberá recaer en un/a ciudadano/a que reúna los requisitos del artículo 76 de la Constitución Nacional y desempeñe algunos de los siguientes mandatos populares electivos: senador nacional, diputado nacional o gobernador de provincia
A la norma de jerarquía suprema de nuestro ordenamiento jurídico se le agrega la ley llamada de Acefalía -Ley 20.972-, que es especifica de estos casos, y que ordena "en caso de acefalía por falta de presidente y vicepresidente de la Nación, el Poder Ejecutivo será desempeñado transitoriamente en primer lugar por el presidente provisional del Senado, en segundo lugar por el presidente de la Cámara de Diputados y a falta de éstos, por el presidente de la Corte Suprema de Justicia hasta tanto el Congreso, reunido en Asamblea, haga la elección a que se refiere el artículo 75 de la Constitución".
Continua la ley reglamentando el procedimiento de la siguiente manera: "La elección, en tal caso, se efectuará por el Congreso de la Nación en asamblea que convocará y presidirá quien ejerza la presidencia del Senado y que se reunirá por imperio de esta ley dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes al hecho de la acefalía. Si no se logra ese quórum, se reunirá nuevamente a las cuarenta y ocho horas siguientes constituyéndose en tal caso con simple mayoría de los miembros de cada Cámara".
Para mayor precisión y claridad la norma agrega que "la elección se hará por mayoría absoluta de los presentes. Si no se obtuviera esa mayoría en la primera votación, se hará por segunda vez limitándose a las dos personas que en la primera hubiesen obtenido mayor número de sufragios. En caso de empate, se repetirá la votación y si resultase nuevo empate, decidirá el presidente de la Asamblea votando por segunda vez. El voto será siempre nominal. La elección deberá quedar concluida en una sola reunión de la Asamblea".
Es decir que se agrega al Congreso Nacional en caso de vacancia del Ejecutivo, en los casos de Alfonsin/Martinez y de de la Rúa/Alvarez y Rodriguez Saa la función de formar gobierno. Tarea  que constituye por si misma un puntal democrático y constitucional suficientemente firme para la continuidad de los asuntos de Estado cuando la conducción política queda temporariamente vacante.

La continuidad de la institución presidencial
La caída de F. de la Rúa produjo de hecho la disolución de la Alianza, ya debilitada tras la salida del VicePresidente Carlos “Chacho” Álvarez tras un escándalo de corrupción en el senado que presidía y deja al país en acefalia, y cruzado por la amenaza del inicio de un período de inestabilidad con el peligro siempre latente de enfrentamientos entre facciones. Las movilizaciones populares ganaron las calles de las principales ciudades y por sobre todo de Buenos Aires, asiento físico del Poder Ejecutivo Nacional, el Congreso Nacional y la Corte Suprema de Justicia de la Nación que a diario soportaba el reclamo de que “se vayan todos” que reflejaba el hartazgo de la población a la dirigencia política.
En medio de esa dramática situación, el Parlamento asumió la misión de elegir en el marco de los preceptos constitucionales y la ley de Acefalia a quien iba a completar el mandato presidencial originario de Fernando de la Rúa.
Desde el inicio de la democracia el Congreso no tuvo un rol tan protagónico como el alcanzado durante la crisis política, social y económica del 2001 cuando el gobierno de la Alianza terminó abruptamente con la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa.
Argentina comenzó el mes de diciembre con Fernando de la Rúa como presidente. Un mes después, está al frente de la Casa Rosada Eduardo Duhalde, quien había sido derrotado por el anterior mandatario en los comicios presidenciales de 1999.
Las anomalías sucedieron sin solución de continuidad, un mes de saqueos, estado de sitio y cacerolazos, una protesta social que dejó 27 muertos y más de 100 heridos, cinco presidentes contando desde De la Rúa hasta llegar a Duhalde
Para la cobertura de los hechos en que el Congreso aseguró la continuidad de la institución presidencial, apelo a la cronología: El 20 de diciembre, a dos años de mandato, Fernando de la Rúa levanta el estado de sitio como última acción de su mandato y  presenta su renuncia.
El día 21 de diciembre se hacía cargo del Poder Ejecutivo el Senador por la Provincia de Misiones y Presidente Provisional  Ramón Puerta, miembro del Partido Justicialista, quién convocó a la Asamblea Legislativa para elegir un nuevo presidente.
Durante las 48 horas que marca la Constitución que debía ser electo un funcionario que culmine el mandato del Presidente renunciante el parlamento discute quien será esa persona. Las discusión va delineando la base de sustentabilidad del nuevo mandatario, se descarta sea de la coalición  radicl-frepasista victoriosa en los comicios de 1999 cuyo Poder Ejecutivo ha renunciado y ya no cuenta con mayoría parlamentaria. El próximo Presidente surgirá del seno del Partido Justicialista e hilando más fino de un acuerdo entre los gobernadores de ese signo pero con la promesa de llamar a elecciones para de marzo de 2002. Con la mayoría parlamentaria y el control de ambas cámaras parece suficiente a los gobernadores peronistas poder capear el temporal de una crisis que a esas alturas tomaba dimensiones colosales.
El Partido Justicialista finalmente  propone como presidente interino al gobernador de la provincia de San Luis, Adolfo Rodríguez Saá que asume el 23 de diciembre.
Entre las medidas que adopta dispuso la suspensión del pago de la deuda externa, asegura  que no devaluará el peso ni dolarizará por completo la economía, promete además que sería reintegrado el dinero sustraído a los ahorristas, recibe a representantes de las Madres de la Plaza de Mayo y promete revocar el decreto que bloquea la extradición de acusados de violaciones a los derechos humanos durante el gobierno militar de 1976-83.
Mientras tanto se desata en el seno del “mayoritario” peronismo un intenso debate sobre la duración del mandato del presidente interino Rodríguez Saá. Sus partidarios promueven que complete el mandato de De la Rúa pero se encuentra con la férrea oposición de varios de sus pares peronistas, por caso el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota, quien lo desafía manifestando abiertamente su oposición.
El 28 de diciembre la Corte Suprema de Justicia de la Nación avala la restricción al retiro de fondos de los bancos, tras lo cual se inician protestas callejeras, que también piden la dimisión de funcionarios del nuevo gobierno sospechosos de corrupción. Las protestas continúan el dia 29 y el gabinete de ministros presenta su renuncia.
Al día siguiente el presidente Rodriguez Saá convoca una cumbre de gobernadores de su partido en la residencia veraniega de Chapadmalal, al sur de la Provincia de Buenos Aires, donde esperaba obtener consenso para relanzar su mandato. Al encuentro no concurren varios gobernadores clave como el mencionado De la Sota, y el gobernador de Santa Fe, Carlos Reutemann.
Rodríguez Saá entiende que su gobierno ha perdido la base en que pretendió fundarlo y hacerlo duradero y presenta su renuncia. Momentos después dimite también quien debiera ocupar interinamente su lugar, el Presidente Provisional Ramón Puerta, con lo que, siguiendo estrictamente la línea sucesoria, lo hace Eduardo Oscar Camaño, el Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación. Camaño es llamado a ejercer interinamente el Poder Ejecutivo y convocar a la Asamblea Legislativa para que designe un nuevo titular del Poder Ejecutivo.
El 1° de enero,  el senador peronista Eduardo Duhalde, es elegido por amplia mayoría para terminar el mandato del ex presidente radical, en diciembre de 2003.
Es decir que se agrega al Congreso Nacional en caso de vacancia del Ejecutivo, tras la renuncia de de la Rúa y, antes, de su vicepresidente Carlos Alvarez la función de formar gobierno. Tarea  que constituye por si misma un puntal democrático y constitucional suficientemente firme para la continuidad de los asuntos de Estado cuando la conducción política queda temporariamente vacante.

Excepcional y extraña función del Congreso
El regreso de la democracia en Argentina y la región marcó el inicio de un debate acerca de la relación e influencia de los diseños institucionales sobre los procesos democráticos. En otras palabras cuál es la mejor forma de gobierno para la democracia, si el parlamentarismo al que se volcaron buena parte de los estados europeos o el presidencialismo de las democracias americanas, llevadas al borde del hiperpresidencialismo en SudAmerica.
A partir de trabajos del español Juan José Linz la discusión apuntó a definir cuál es la forma de gobierno que asegura mayor margen de estabilidad. (5)
El debate sobre la estabilidad democrática es uno de los puntos centrales de la discusión teórica en el marco de la discusión acerca de bondades e inconveniencia del presidencialismo y el parlamentarismo, aunque debe tenerse en cuenta que presidencialismo y parlamentarismo son sistemas ideales, por lo que no existen en la realidad tales constructos en estado de pureza sino formas concretas alejadas en más o menos de tales modelos y a menudo unos cuentan con elementos del otro.
En la memoria colectiva latinoamericana la estabilidad democrática aparece  asociada a los quiebres constitucionales provocados por un Rosario de golpes de Estado que asolaron la región. Empero desde década de los 80 del siglo XX se vieron forzados a dimitir presidentes elegidos democráticamente no necesariamente por medio de un golpe de Estado, sino por otros factores y que fueron reemplazados por vía democrática siguiendo las recetas vigentes en el derecho de cada país sin quebrar así el orden constitucional. El alejamiento del titular del Ejecutivo se produce sin la caída del sistema democrático como acontecía anteriormente.
En este sentido, llamaremos estabilidad democrática a la continuidad de las instituciones independientemente de la continuidad estricta de sus actores y la permanencia de las reglas del juego democrático, sin tener en cuenta la finalización de los mandatos presidenciales originales. La interrupción del mandato presidencial no genera como en otras épocas un cambio de régimen.
El sistema democrático se caracteriza principalmente por contar con elecciones libres, el respeto por la pluralidad y diversidad de ideas, la participación política, la regla de la mayoría, entre otros aspectos. La estabilidad democrática depende por lo tanto de varios factores, uno de ellos y que me permito explorar en este breve trabajo es la perdida por parte del Presidente de la Nación de una mayoría “leal” en el poder legislativo y de cómo las nuevas mayorías parlamentarias son las encargadas  de asegurar la estabilidad del sistema mediante la continuidad de la institución “poder ejecutivo” que se ve, ya no expulsada por un golpe de estado hacia fuera del orden constitucional sino, sacudida por una crisis que se soluciona con el reemplazo legal del ejecutivo.
La primer razón que podría llevar al uso de una función que aparecía dormida en otras crisis está dada por un desencuentro entre el sistema presidencialista en estado puro y una consecuencia del sistema de partidos y del sistema electoral que parece virar a formas más adecuadas a los sistemas parlamentaristas. El parlamento argentino avanzó hacia una representación proporcional que le coloca piedras en el camino al presidencialismo fuerte que suele adjudicarse a los países sudamericanos por  motivos culturales y a, se aduce con frecuencia, una copia hereje del régimen imperante en los Estados Unidos de América.
Al decir de Eugenio Zaffaronni: "El sistema electoral de representación proporcional tiende a fragmentar fuerzas políticas, y eso hace desaparecer los partidos políticos y las lealtades partidarias, con lo cual cada vez se le dificulta más al Poder Ejecutivo la conformación de un bloque propio en el Parlamento"."Si bien es cierto que produce una representación más equitativa, plural y abarcativa del espectro político, tiende a fraccionarla", hecho que socava la fortaleza del ejecutivo quien además de ser Jefe de Gobierno y Jefe de Estado, es Comandante en Jefe de las fuerzas Armadas y suele también ejercer  la jefatura de su partido y de la coalición gobernante.  (6 )  
El presidencialismo argentino se vio sacudido desde 1983 por la remoción de dos presidentes elegidos por el voto popular, piedra basal del sistema. Raúl Alfonsín en 1989, después de haber perdido su partido las elecciones presidenciales y de la Rúa en 2001, después de haber perdido las elecciones legislativas. En rigor debe sumarse una tercer renuncia y es la de Rodriguez Saa que no pertenece al lote de los electos por elección popular.
Ana M. Mustapic separa las salidas de las situaciones de vacancia del poder ejecutivo entre las “presidencialistas” como en el caso de Alfonsín, el que el adelanto a la entrega del mando a quien ganó las elecciones resuelve la situación y las “parlamentaristas” en las que el congreso forma el gobierno y entre ellas, sin duda, ubica a las de de la Rúa y R. Saá y. (7)

Hacia la construcción de un nuevo gobierno con origen en un acuerdo entre fuerzas parlamentarias diversas.
Entre las salidas “parlamentaristas”, la de Rodriguez Saá logra sostenerse en el poder apenas una semana, su sucesor Duhalde logra el cometido específico de entregar el poder a un Presidente surgido de la voluntad popular. Surge una duda, ¿por qué razón Duhalde cumple con la manda constitucional y Rodriguez Saá no alcanza a concretarla?.
Se trata de un gobernador en ejercicio y el hombre fuerte del distrito mas caudaloso en cantidad de electores. 
- Mientras que Saa busca su legitimación por acuerdo de sus pares, básicamente del Partido Justicialista, pierde el sillón de Rivadavia cuando estos le aplican una suerte de “moción de censura”, 
- Duhalde amplia la base de sustentación con elementos que disponía en su función de gobierno en la provincia que políticamente comandaba.
Julio Burdman avanza sobre nuestra presunción: “Las instituciones representativas, sin embargo, proporcionaron los caminos para la formación de un nuevo gobierno. La primera solución fue de “componente parlamentario” (Bosoer 2006): el Congreso, en una alianza entre las dos principales bancadas –la justicialista y la radical, esta última nuevamente bajo la jefatura política de Raúl Alfonsín– eligió y proveyó sustentabilidad a la administración de transición de Eduardo Duhalde, que a pesar de su carácter provisorio tomó decisiones importantes que cambiaron la matriz económica de la década.” “La fortaleza particular de Duhalde era, no obstante, el peso relativo de su distrito en la política nacional, que había sido determinante en su ascenso al poder por la vía parlamentaria: su Presidencia de un año y medio nació, como decíamos, de una coalición que tenía su núcleo en la “alianza bonaerense” de peronistas, radicales y el Frepaso residual del distrito.”  (8)
El aporte de Burdman hecha luz a un dato que pasó inadvertido en aquella fragosa hora. Nuestro presidencialismo, no en normalidad sino, en épocas de crisis depende del dominio del partido del presidente en las cámaras parlamentarias y, a juzgar, por dos de los casos expuestos (renuncias de la Rúa/R. Saá) podríamos sostener que nuestra democracia es estable en el caso de acefalía presidencial en la que no hay presidente electo por el voto popular, cuando existe una permanencia de las reglas del proceso democrático y la institución presidencial finaliza en tiempo y forma sus gestiones administrativas aun cuando quien finaliza el mandato no fuese elegido directamente por el voto popular sino por los mecanismos constitucionales y legales vigentes al momento de la vacancia.

Notas
(1)  Mustapic,  Ana María en “América Latina: las renuncias presidenciales y el papel del Congreso”   https://www.researchgate.net/publication/272770227
(2) artículo:  “La alianza De la Rúa-Cavallo copó el gabinete y marginó al Frepaso” http://www1.rionegro.com.ar/arch200103/p21g08.html
(3) Sartor, Luis, Diario Clarin, octubre 15, 2001) http://edant.clarin.com/diario/2001/10/15/p-00315
(4) http://www.pagina12.com.ar/2000/00-10/00-10-07/pag03.htm
(5) Linz, J. J. (1990)."Transiciones a la democracia", Revista Española de Investigaciones Sociológicas; y Linz, J. J. & Valenzuela, A. (1997). La crisis del presidencialismo. Madrid: Alianza.
(6) Zaffaroni, Eugenio R., http://argentinainvestiga.edu.ar/noticia.php?titulo=eugenio_zaffaroni_diserto_en_la_unc&id=252#.V9Yjkel942w
(7) Mustapic, Ana M. Op. citada en (1)
(8) Burdman, Julio. http://webcache.googleusercontent.com/search?q=cache:ZbSj_SzkHPEJ:www.ancmyp.org.ar/user/files/01Burdman.pdf+&cd=1&hl=es-419&ct=clnk&gl=ar

domingo, 26 de agosto de 2018

Gobernabilidad, garantías y coso

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Yo veo el futuro repetir el pasado
Veo un museo de grandes novedades 
Y el tiempo no para, no para, no
Disparo contra el sol con la fuerza del ocaso
Mi ametralladora está llena de magia
Pero soy solo un hombre más
Cansado de correr en la dirección contraria




Parafraseando el pensamiento de Robert Musil en  "El hombre sin cualidades" (Der Mann ohne Eigenschaften), la inacabada novela del austriaco, perdemos tiempo en preguntarnos ¿Que es Macri?:
a.- ¿una veleta manejada por el viento?
b.- ¿un ladri que se la va a llevar toda y no va a tener que devolver una moneda?

El politico no es el politologo, la academia va a satisfacer sus propias demandas, su ansia de abordar, abarcar, saber, conocer y el politico tiene que pensar en el poder. Y en virtud de atender esas sutilezas el tiempo corre. 

Si, el tiempo; ese enemigo silencioso común del cristinismo, del peronismo no cristinista y del mismísimo Macri.

Dice Diego Genoud:
Queda poco tiempo para sentarse a mirar el show judicial de Claudio Bonadio, las horas interminables del debate por los allanamientos, las nuevas revelaciones en la saga de los arrepentidos. En la intimidad del poder, en el círculo estrecho de los que gobiernan al lado de Mauricio Macri, ya no hay margen para disfrutar las desventuras ajenas. La escena de la polarización, tan redituable en 2015 y 2017, hoy divide opiniones y -sobre todo- queda muy lejos.
Pensar en la fractura del peronismo y en Cristina Kirchner como adversaria potencial es fabular con elecciones que deberían ser mañana, cuando el camino de cornisa se torna más fino, más resbaladizo y más complejo, según la confesión de Marcos Peña. Ni siquiera el desafuero de la ex presidenta parece captar la atención de los que intentan gobernar en medio de la urgencia. Manda un minuto a minuto que no se televisa y lo más claro es la incertidumbre. Qué más quieren los mercados, la pregunta que domina a Macri y complica su camino de cornisa...
Por: Diego Genoud- Completo en https://elcanciller.com/nota/5734

¿Porque vamos a soportar el malestar económico solo nosotros? es la pregunta que campea en la base de la sociedad,  la mas numerosa, la potencialmente mas levantisca. ¿Cual es el limite que marca la legitimidad de la exigencia de sacrificios?. ¿El pobrerio se va a aguantar calladito la boca el control social y las represalias (esto al menos es lo que se interpreta de las actitudes de comunicadores como Iglesias) de las clases altas representadas por el macrismo que le exigen el sacrificio del plato vacío?.

Los  que nos gobiernan, malcriados hijos de dudosos meritocratas, han notado que el tiempo se les acorta y se juegan el todo por el todo, suicida, al marketing y al mero mero prejuicio,-social- sobre clases altas y a la continencia mediática sobre las bajas y le prenden la vela a estas herramientas comunicacionales que suelen manejarse a nivel empresario pero que poco tienen que ver con la política de masas. Si les sale mal le va a pasar lo mismo que al rosismo, van a tardar 50 años en mostrar su cara en los eventos sociales y mas de cien en presentar una oferta apetecible para la sociedad.

Ayer en la mesa de la Señora Mirtha, Jesus el pollero que denunció a Jose "bolsos" Lopez le dijo en la cara a los comensales que antes vendía pollo y ahora no se vende(o sea que pasamos de comer carne de vaca al pollo y ahora ni eso). El cristinismo podrá presentar el asunto como "roban pero distribuimos pollo", pero eso no es atractivo ni allana el camino del peronismo para regresar al poder, aunque muchos se engañen, la agenda del año que viene empieza a llenarse y ya tiene dos puntos irreductibles: anti-corrupción y distribución y trabajo. La seguridad desapareció de los medios, después de todo allí empezó. Parecen ser los puntos dominantes, veremos quien los corporiza.

Hasta el proximo domingo.

Agrego al bebe Righi hablando sobre cuanto afectan la imparcialidad del tribunal y la presunción de inocencia las redefiniciones mediáticas de casos penales.

viernes, 10 de agosto de 2018

Peronismo, el amor que te di.

El amor que te di ya no vuelve, 
no vuelve, no vuelve.
A veces dura un poco mas, 
a veces dura lo que tiene que durar, 
y ni un minuto mas...


La obsesiva búsqueda de pequeñas victorias suele conducir a pequeñas derrotas y es, las mas de las veces, hacedora de la Gran Derrota que contemplamos impotentes.

Dicen unos por ahí: "se robaron todo, se robaron, y estos cosos nos dicen que no sabían lo que pasaba", mientras otros replican: "Viajaron con ellos a Davos, viajaron, y le votaron todo".

Es ahora (o también ahora) que se están robando todo, en negro y en blanco como transferencia de ingreso. Y nos entretienen en la búsqueda de pequeñas victorias. El aparato comunicacional/político funge de irresistible piñata en fiesta de cinco años. Se rompe todos los días y arroja al piso incontables golosinas sabiendo que hay consumidores para cada variedad y varios adictos a la golosinas que no le hacen asco a ninguna. Nos tiramos de cabeza al suelo, compitiendo por juntar mas chupetines y los chupamos gozando porque nos encantan y porque se la arrebatamos a otros y nos apropiamos de ella.

Se suman los debates, las marchas, algunos incidentes, los exaltados, los opinadores seriales y pasa el tiempo. Muchos nos prendemos por mediterráneos calentones (españoles, tanos y semitas de cualquier religión), otros bajo el velo del razonamiento ocultan la jerarquía de valores y objetivos políticos que sostienen y que son incapaces de blanquear, "¿porque desperdiciar esta oportunidad?, es el único paso hacia adelante que nos va a dejar hacer este reaccionario".  A los segundos, les importa menos el hambre -que no sienten en sus entrañas- que las pequeñas victorias que en nombre, muchas veces, de los pobres quieren conseguir para ellos -para los que no son pobres, aclaro para que no se maliterprete-. No está mal que peleen por lo suyo, pero deberían quitarse la mascara ya, porque en este ispa semos pocos y se conocemo muchio.

















Al macrismo, a esta altura de la soiré, un peronismo de pie y sin la cola sucia puede resultar una topadora que lo empuje hasta la derrota electoral el año que viene. Se nos priva de este acto de justicia, justamente, porque estamos en el piso, juntando una y otra vez los caramelos que tiraron para que nos matemos y, también, porque muchos compañeros tienen la cola muy sucia. Entre los cola enchastrada y los adictos a las pequeñas victorias se nos va la vida.


Ayer Pichetto tiró dos puntas, que no escaparon a la aguda visión de los observadores y, que tienen que ver con aquello que debemos/podemos hacer los peronistas para salir del laberinto en el que nos encontramos:

a- No hay avenida del medio, ni ancha, ni angosta. Muchos peronistas, y muchos mas que no lo son, estamos en una de las veredas y enfrente están el cristinismo y el macrismo. "Ambos han fracasado, se necesitan y se complementan y (por eso) alimentan la brecha  todos los días".

b- Las alianzas que pacientemente se formaron durante el docenio kirchnerista son una piedra en el cuello para el peronismo, nos llevan a discutir y poner el foco en cuestiones (legítimas, ¿por que no concederles legitimidad?) que no solucionan los problemas de nuestra histórica base de sustentación.  Es esa alianza con sectores que no pueden caminar las pequeñas victorias y masticar el chicle de la puja por la distribución del ingreso -que nos lleve a mejoras económicas sustanciales para los sectores populares- a la vez y que no gustan de separar los bandos en pugna en cada lucha, la que nos pone en el sendero de la derrota, una y otra vez. Hay que repensar la coalición con la que tenemos que llegar al poder e hilvanar la otra, la del momento en que tengamos que volver a ejercer el poder y las dos veces tenemos que ser  racionales, realistas, pragmáticos. "Nuestra propuesta no tiene nada que ver con alianzas o inserción de sectores de la izquierda argentina, ligados al viejo PC, aliados de la dictadura militar, o sectores del troskismo que piensan que rompiendo todo existe la posibilidad de volver al poder". 

Resumen pampa: A la vereda de enfrente de la grieta hay que armarla con desprendimiento, grandeza, amplitud pero mucho mas con li-de-raz-go y pragmatismo, así que... están todes invitades a la mesa del Señor y a tirarse a la pileta en un tiempo de escasez de agua, actitud que define a todo aspirante a líder. Pichetto gestualmente invita a los y las demás a animarse. Y si aquel, como Miguel que acompañó el féretro hasta el borde de la fosa, puede desafiar el pasado, como no se van animar los demás.

Lo que para algunos es mala leche y para otros traición, es instinto de supervivencia para los sectores populares y su representación política. No voy a re-discutir el carácter transitorio de las conducciones en el peronismo, pero si poner de resalto el hecho de que estamos en una situación critica, el momento exige definiciones, o nos cargamos la cultura cristinista pronto para poder cargarnos al macrismo después o la grieta se carga al peronismo.



Notas breves sobre lo que me llamó la atención del debate del IVE.

 -Las plazas del "IVE si, IVE no" fueron blancas y a ellas llegaron pocos pobres.

-La saña de TN contra el hermano de Urtubey. El senador se nota es un abogado y empresario que habla mucho mejor que sus colegas pero nada mas, el que es un excelente orador es Juan Manuel, el gobe, a ese no se le cuelan palabras equivocas. Hasta llegaron a publicar una pantalla, tipo placa roja de Crónica, con la frase malhadada y la fotografía de Juan Manuel como si el gobernador fuese el senador. Por supuesto que no es casualidad, es bajada de linea lisa y llana. Me pregunto cual es el transfondo, será el multimedios mas poderoso del país en su voracidad contra uno de los multimedios del norte argentino?; será Clarin/TN prestando servicio al dispositivo duranbarbista, rascando la pintura a un posible oponente peronista de CFK del año que viene para mantener su centralidad?, será el macrismo que enterado de la sinergia Urtubey-Vidal actúa en defensa propia lastimando a los dos gobernadores, por las dudas junten coraje y se animen a enfrentarlos?.