linea editorial

Leemos a Luis Bruschtein hoy en página12 que parece decir: "agua y ajo ahora, esperemos al 2015 y hagamósle caso a la talentosa Maria Esperanza Casullo"

El movimiento pendular del peronismo continuó a pesar de la desaparición física de su líder, el general Perón. Pero no fue una característica solamente del peronismo, porque los radicales también tuvieron sus corrimientos. Las diferencias entre Alfonsín y De la Rúa fueron bastante más pronunciadas que las que había entre Alfonsín y Kirchner o entre Menem y De la Rúa.

Cada vez que el péndulo cambiaba de lado, un sector quedaba a la intemperie. En el peronismo le pasó varias veces a uno y otro sector más a la izquierda o más a la derecha. Si el perdedor de ese momento se armaba de paciencia y esperaba la vuelta del péndulo, lograba una nueva oportunidad. Si se iba, siempre perdía, quedaba fuera de la disputa por el poder. Es una característica incómoda, antipática y hasta políticamente incorrecta porque obliga a la convivencia entre quienes a esta altura de la historia ya tienen muy pocas cosas en común.

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Gran parte de ese futuro se definirá, sin embargo, en esa capacidad de transformación que pueda poner en juego el peronismo, recuperando en primer lugar una organicidad popular y de contenidos que habían sido reemplazados por puro aparato y clientelismo. En ese proceso podrá aspirar a representar una porción de la realidad equivalente a la que representó cuando fue creado. Equivalente y no igual, porque la Argentina de los años ’40 y ’50 era muy diferente de ésta del siglo XXI, que es más compleja en los campos sociales que la componen, en la forma en que se expresan y relacionan y en sus procesos económicos.

Por ese proceso a medias, la incertidumbre se traslada hasta el 2015, cuando Cristina Fernández no tenga re-reelección. La duda es si el peronismo estará en condiciones de ofrecer continuidad al proceso que comenzó en el 2003, o volverá a sorprender con un pendulazo que otra vez deje a muchos a la intemperie y deshaga lo que se hizo.

Bruchstein habla de peronismo y en clave filo peronista (crítica, pero no ofensiva), dificilmente el texto podrá ser traducido como "kirchnerismo: superación del peronismo" o vomitivo pejotismo.

Humildemente nosotros decíamos por ahi que

Para el afuera, y no explicado o peor aún mal explicado, el peronismo queda reducido a una máquina de capturar poder. Sin embargo el ¿para que? importa y es materia de debate constante.

Para más de un lector apresurado de Perón, su pragmatismo a la hora de elegir las soluciones a los problemas que aquejan a la sociedad sin pasar por el cedazo ideológico, sirve para dos cosas: una ser funcional a cualquier ideología y otra para "cobrar" casi siempre a cambio de ser un "Vaso Vacío". Entonces sobreviene la condena a la construcción y a la acumulación de poder.

El kirchnerismo representó (representa aún) una singularidad pensada en lo teórico pero que no tuvo oportunidad de darse en la práctica. Es un peronismo de izquierda real, posible que logró que a su izquierda estuviese solo la pared.

Nestor Kirchner y ahora CFK demostraron en los hechos que izquierda y peronismo podían marchar juntos y dentro de las estructuras peronistas. Ambos presidentes corrieron el fiel de la balanza lo más que se pudo en terminos reales hacia ese punto y crearon un piso mínimo de objetivos a alcanzar en el largo plazo -una "idea de pais"- que es en términos reales el programa que sueña una buena parte de la izquierda lúcida argenta.

Después de años de paciente siembra empiezan a recogerse las primeras cosecha.s Sobrevino con ellos una época de engorde, jóvenes y no tanto adherentes se rotulan "kirchneristas" y pueden ser la renovación de los cuadros de izquierda peronista que en gran medida se habían alejado de la militancia y habían dejado ese espacio -con posibilidades reales de ser poder- vacío hacia el interior del ogro "fagocitador" de la progres, al menos es lo que se desprende de hacer un repaso a vuelo de pájaro de la biografía de los refundadores del ala izquierda del peronismo.

Nestor y Cristina fueron peronistas de izquierda en los setenta, fueron y representaron al peronismo de izquierda durante toda la primer decada del siglo XXI, y lo fueron porque no creyeron esos cuentos de que las estructuras estaban viciadas y que el peronismo de derecha te fagocita. Nunca creyeron que jugarla de afuera ayudaba a los aliados de adentro, ¿para que tomar el puesto de ayudante de campo cuando podés ser mariscal?. No se apresuraron, fueron rebeldes, desprejuiciados, tiempo al tiempo. ¿Habrán pensado que hasta era injusto que rsoldados bisoños pretendieran recién llegados quedarse con todo?.

Se metieron, no jugaron por fuera, se embarraron, no la jugaron a ser los inmaculados, se quedaron, y treinta años después gobernaron la Argentina durante -al menos hasta hoy- dos periodos con una agenda de peronismo de izquierda y demostraron que peronismo e izquierda podían marchar juntos y que nadie fagocita a nadie, en todo caso el peronismo integra.

Falta a los que se incorporan nutrirlos de templanza y esperar a que comprendan que se puede convivir con otras vertientes y que a su turno tendrán que dejarse conducir por los contrarios internos (con autonomía critic, claro). "Tragar sapos" y "el que gana gobierna y el que pierde acompaña" se convierten asi en axiomas que ayudan a que los objetivos se cumplan. no otra cosa es lo que hicieron Nestor y Cristina en su largo peregrinar hasta llegar a Olivos

El lector Federico agregaba algo que se me escapó a mi pero que asumo son notitas de color que debieron haberme hecho presagiar a que arco iban a patear los K una vez llegados a Olivos

"El trabajo de Cristina en la constituyente, el armado del grupo calafate en el 98, la gente que convocaba, la forma en que acompañó a distancia la campaña de Duhalde contra la alianza, eran antecedentes mas que interesantes para entender que no iba a salir con un domingo 7."

Me está gustando este pagina12, por fin está dejando de ser el "peor asesor" del gobierno para convertirse en un aliado prudente, contemplativo y funcional a una idea de pais.

O.b