El sexo de los angeles

Posteo dedicado a aquellas almas sensibles que camuflados de kirchneristas siguen defendiendo al padrecito Stalin, a los que profesan una adoración vergonzante y rosa del stalinismo y a la política porteña.

El trotskismo, que no nació para la diplomacia, entra en una discusión que, entre otros, entabla Edgardo Mocca, periodista del ahora progresismo capitalino y la fuerza metropolitana  que confronta con ellos (el PRO), en la voz de Federico Pinedo disgustado por la comparación entre el poeta Ho Chi Minh y el guerrero José de San Martin

Sí, Mocca: Stalin ganó la guerra, pero impidió las revoluciones que se sucedieron (y, años después, dejó todo listo para que se restaurara el capitalismo en el propio Estado obrero ruso). Las impidió, como hizo en importantes países como Italia, Grecia y Francia (de hecho, el general De Gaulle más de una vez recordó cómo el PC francés, que ingresó a su gobierno al finalizar la guerra, hizo que los trabajadores dejaran las armas y tomaran las palas, para reconstruir a Francia… para el capitalismo). E incluso antes en España.

Los acuerdos de Yalta y Potsdam finalizando la guerra, el reparto del mundo en “zonas de influencia” (que llevarían al “equilibrio” de la guerra fría –y en verdad, a una coexistencia pacífica entre la burocracia de Moscú y los imperialismos), son algunas –para no ir más atrás en el tiempo, recordando los Juicios de Moscú y el gulag– de las hazañas del “padrecito de los pueblos”. (Un “padrecito” combatido por el trotskismo como auténtica alternativa revolucionaria antes, durante y después de la guerra.)

¿Y qué decir de la burocracia gobernante de Vietnam hoy? (ver por ejemplo acá y acá) Son, ni más ni menos –como la burocracia de China– un aparato restaurador del capitalismo, que provee de mano de obra barata a las transnacionales de Europa y Norteamérica. Entonces, ¿de qué “cooperación sur-sur” habla Cristina Kirchner?

En este caso, con o sin estalinos, los K y P demuestran que ellos (también) son “realistas” (pragmáticos), y que, como la banda de Mauricio, están para hacer negocios, más allá de toda historia, de toda política e ideología…

http://eldiablosellama.wordpress.com/2013/01/22/el-padrecito-de-un-periodista-k/

En el mismo posteo el blogger's Udi comenta

Mocca, según su transcripción, lo que hizo fue llevar al extremo el argumento de Pinedo, para desenmascararlo.
Es como si, hablando de la coherencia e integridad de Trotzky alguien lo descalificara por haber ordenado la sangrienta represión de Konstandt.
¿Eso fue Trotzky? ¿Sólo eso? ¿Eso alcanza para definirlo? ¿Fue, acaso, su única expresión política?
Su afirmación de que el trotzkysmo combatió al padrecito Stalin “durante la guerra” no es novedosa, pero creo que – por pudor – debería olvidar, o – mejor aún – hacer una autocrítica de esta posición. No hay vacío en política, combatir a Stalin – en Europa – fue apoyar el esfuerzo de guerra de Hitler.

Me pregunto hasta donde pueden llegar las patrullas perdidas que comandan a estas fuerzas comunales en su extravío. Pinedo sale por una tangente, Mocca sale por otra, el trotskismo trata de terciar llevando la discusión mas lejos aún, pero la discusión se plantea y alli, azorados, el resto de la sociedad contemplando la disputa medieval sobre el sexo de los ángeles.

Esta intelectualización de las frases sueltas de la Presidenta CFK enmarcadas en la obvia cortesía que debe mostrarse para con el pueblo, el gobierno y sobre todo el mercado vietnamita es solo un ejemplo de los debates en los que se meten estos tipos y tipas que en su mayoría a nada conducen aqui y ahora.