martes, 15 de enero de 2013

¿Tecnópolis es Mierda de Perro?

La necesidad de otro enemigo (si es que la prioridad es la sociedad, claro) empieza ser un clamor en las mismas filas K, cuanto mas fuera de ellas, siempre que ese afuera no incluye a esa gente tóxica que gusta de llamarse "anti K".

En la vida en twitt dice 

"¿Es lo nacional-popular, aliado a lo masivo, la única cultura peronista o se trata de un prejuicio antiperonista q el peronismo hizo suyo?"
La idea brechtiana de que el palacio de la cultura está hecho de mierda de perro, repetida por una intelectualidad con supuestos posestructuralistas, tiene otro sentido que en la interpretación materialista. Alejandro Rubio lo explica magistralmente con el caso de la literatura argentina[1]. El escritor argentino —dice— no confía (ni como lector ni como autor) en la transparencia del acto comunicativo. El mundo referencial, para él, es una imagen mudable de otra cosa: la voluntad de dominio. Ahora bien, lo que podría ser un exceso de lucidez de su parte termina volviéndose en su contra: al razonar como un “maestro de la sospecha”, cree tanto en la eficacia y omnipotencia de la voluntad de dominio como desconfía de la autoridad. La voluntad de dominio de los otros, apenas enmascarada bajo un simulacro de orden por mera conveniencia, coartaría la suya propia, razón por la cual el escritor argentino siempre vive en guerra.

...

La formación en humanidades crea una diferencia cualitativa entre una persona y otra que no es la misma diferencia cuantitativa que crean las ciencias (inclusive las ciencias sociales) y la tecnología. En las utopías revolucionarias de cuño industrial, la ciencia y la técnica son las encargadas de igualar los conocimientos de las personas de un modo que no pueden hacerlo las humanidades. Así lo vieron Cristina Fernández de Kirchner, Marx, Engels, y Bataille (mientras comentaba el Hegel de Kojéve). La relación de la escuela técnica actual — restaurada por Néstor Kirchner— con la escuela-fábrica que preparaba para la Universidad Obrera Nacional en el primer peronismo (la UTN de hoy) es mucho más remota que su relación a ese arquetipo de la Argentina deseada que es Tecnópolis, con el que se entusiasma a niños y adolescentes que tienen su segunda naturaleza en las redes sociales, mientras se busca mejorar sus promedios en matemáticas y ciencias naturales. La escuela técnica (con Tecnópolis como promesa de felicidad) es la otra mitad, la mitad público-estatal, de la nueva pedagogía materialista para la juventud que practica la crítica. El enemigo del kirchnerismo, hoy, es alguien que cerraría Tecnópolis junto con la escuela técnica, sin enterarse siquiera de que el canon peronista puede haber cambiado. Hay que construir un mejor enemigo. Silvia Schwarzböck.
http://blog.eternacadencia.com.ar/archives/2013/26979

Santa cruz como modelo.

Lo anotado por Silvia Schwarzböck complementa lo que señaló este fin de semana Juan Pablo Feinmann: "El país tiene que salir del empobrecimiento de lo binario. Del odio de lo binario", porque eso marca nuestro techo como sociedad política.

Si como partido del poder, hacemos bosta todo lo que enfrentamos y solo dejamos parados, pero maltrechos, solo al enemigo fácil de ridiculizar, podemos caer en el despropósito de no competir con nadie serio y empobrecer nuestras soluciones, cosa que, me temo, puede estar ocurriendo desde hace rato. 

El kirchnerismo en materia de competencia política,  como maquina de ridiculizar al adversario ha sido altamente eficiente, mas cuando el enemigo creyó que le convenía mostrarse como enemigo mortal y se encarnizó en la batalla. En otros rubros y mas que nada en gestión -ejemplo es el tema transporte aunque no el único que pueda darse- deja mucho que desear. 

A estas alturas no solo el enemigo del kirchnerismo es patético, el kirchnerismo empieza peligrosamente a competir  en esa categoría con aquellos a quienes configuró como antagónicos.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

OMIX... ES EL PODER JUDICIAL, ESTUPIDOS... EL RESTO YA FUE...

rayennazareno dijo...

Omar, cómo va? te aviso que el tuit citado es una cita del ensayo publicado en eterna cadencia por Schwarzböck, del que luego bien publicás extractos. saludos.

nazareno.