Fernando LabordaLA NACION“La Presidenta ahora se compara con Perón” es el título de la columna de Laborda, en la que señala que mientras Insaurralde y Scioli “se desviven por brindar desesperadas señales de que el oficialismo ha escuchado el reclamo emitido mediante las urnas en las primarias”, Cristina Kirchner “parece haber optado por refugiarse en el pasado”, insistiendo en profundizar su estrategia de victimización y comparándose con Juan Domingo Perón “por la demonización que sufrió”. Sostiene más adelante que el mensaje que quiere dar la Presidenta “es que si hay una izquierda nacional en la Argentina, es el kirchnerismo y que su gran competidor del momento, Sergio Massa, terminará funcionando como una herramienta de la derecha”, un argumento que hace poco esgrimió Laclau. La pregunta es si la Presidenta está dispuesta a garantizar una transición ordenada. La respuesta sería que “no tiene pensado corregir el rumbo económico y la fiesta deberá pagarla el próximo gobierno”.
Mario WainfeldPAGINA 12Al Presupuesto 2014 y a su “belicoso periplo” iniciado en el Congreso alude Wainfeld en su columna. La intención del oficialismo, señala, es que quede aprobado antes de las elecciones de octubre. “No la tiene sencilla: deberá caminar y negociar los votos, recolectarlos de a uno. Es verosímil (nada es seguro en este planeta ni estas pampas) que lo consiga con mayorías ajustadas”. El oficialismo “no acepta dócilmente la tesis de fin de ciclo”. De modo que intentará mantener un elevado gasto social “manteniendo la vasta cobertura que va desde las jubilaciones hasta la Asignación Universal por Hijo. Pago de la deuda externa con recursos del Banco Central. Negativa a endeudarse para cubrir dificultades financieras. O sea, no se gestionará con el programa de los otros” y sostiene que “el oficialismo no se moverá”. En cambio, “Scioli se ha anticipado con cambios al veredicto de las urnas, que presume crecientemente adverso. Es una táctica, opinable como todas. El gobierno nacional, da la impresión, elegirá otra: no moverá ficha hasta noviembre”.
Eduardo Van Der KooyCLARIN“Quizás la Presidenta –dice Van Der Kooy- se proponga para los años de la transición un tono público más amable”. Pero no existe constancia de que reconsidere algunas de las políticas que divorciaron a su Gobierno con una mayoría de la sociedad”. Asegura que la debilidad de Cristina “se fue incubando en varios frentes” y que ha mermado su liderazgo y carisma, aunque la dosis que todavía conserva “le permiten continuar siendo eje de la escena nacional”. En cuanto a la situación actual, añade, “Cristina se olvidó, de pronto, del supuesto desfinanciamiento del Estado que endilgó a la oposición por aquellas propuestas. También archivó los principios garantistas y concedió vía libre al pragmatismo de Daniel Scioli y del candidato bonaerense, Martín Insaurralde” . Sin embargo, consigna, tanto Scioli como Insaurralde perciben que es imposible percibir cambios de seguridad en estos cinco meses y que será la inflación la que más influya en el sentir de la gente.
Jorge Fernández DíazLA NACIONEl columnista reseña declaraciones televisivas de Cristina Kirchner, cuando cayó el menemismo. Es interesante, sostiene, “porque muestra cómo era la jefa del Estado antes de configurar su relato del poder”. Allí dijo que la culpa de la caída no había sido de Cavallo, sostiene Fernández Díaz. Ahora habló de la izquierda: Reveló que en 1973 había votado a Perón a través del partido de Jorge Abelardo Ramos. “La admisión tardía de que su matriz fue la izquierda nacional y no el corpus pejotista, denota evidente despecho contra el peronismo actual, ahora que a ella le resulta tan adverso, traidor e ingrato”. Recuerda que, sin embargo, Ramos cuestionó a los jóvenes setentistas. El relato de Ramos “pone en jaque toda la épica ficcional que crearon los setentistas y también al relato idílico, el gran puchero ideológico que inventó y cocinó el kirchnerismo para usarlos como fuerza intelectual”. Ahora, “por decisión presidencial, Insaurralde, Berni, Randazzo, Marambio, Granados y Curto (disfrazado con un chaleco antibalas) quedaron a la derecha de Massa”. Pasaron, agrega, “de la sensación a la desesperación”.
Sergio CrivelliLA PRENSA“Al deterioro económico se suma la falta de conducción política”, define el columnista, quien agrega: “ Aunque perdió por la economía, la Presidenta no ataca problemas básicos como la inflación”. Señala luego que “hoy los cambios más elementales en economía siguen en lista de espera y apareció un nuevo problema: una ostensible confusión en cuestiones de primera importancia electoral como la seguridad pública y pone en el tapete la polémica que se desató en el propio oficialismo sobre la imputabilidad de los menores.
2 comentarios:
Que bárbaro y Camau perdió nomás.... Los comentaristas k, van a ser tan raros de encontrar como un trebol de 4 hojas......
Lamentablemente para la democracia, estan implosionando las contradicciones una tras otra. Sin ir mas lejos, las matufias de Moyano y su cria, que la Ocaña le destapo en su momento. Ahora sale todo a la luz y el costo lo va a pagar el gobierno por haberlo tenido de socio y protegido tanto tiempo. No hay solucion, porque la corte de chupaculos y aduladores no se va a animar a decirle a nuestra Presidenta que cierre el orto y se deje de decir inconveniencias (boludeces bochornosas, bah!). Es una hemorragia con la que se esta yendo la credibilidad y la respetabilidad de la investidura. La democracia es de todos y ella no es la emperatri Teodora que puede largar lo que le viene a la cabeza, mas en un pais donde la derecha franquista y revanchista esta al acecho esperando cobrarse todo lo que se la hizo retroceder estos años.
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