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En 2003, quien hubiera imaginado que comenzaba un gobierno que a pesar de su debilidad de origen, iba a poner en marcha una política económica que en exactos 5 años consiguiera cuestionar seriamente las bondades de uno de los pilares que sostenía la Argentina neoliberal: el proceso de privatizaciones y la desnacionalización de las empresas.
Enumero los pasos -pocos pero contundentes- hacia esa dirección.
Durante los primeros 4 años:
1.- a) El estado recuperó la acción de oro de Ypf, b)aumentó el porcentaje accionario del estado en esa empresa e hizo posible que c) empresarios nacionales redujeran el porcentaje accionario en poder de empresarios y empresas extranjeras.
2.- Estatizó Aguas Argentinas para convertirlas en AYSA.
En pocos meses el gobierno continuista de estas políticas, en manos de Cristina Fernández:
3.- Re-estatizó la aerolínea de bandera, Aerolíneas Argentinas.
4.- anunció la Estatización de las A.F.J.P. y la consecuente nacionalización de las jubilaciones.
El peronista clásico, aún con la memoria de experiencias más profundas, debería ver en ellas un inicio de algo que no debe detenerse. Es el triunfo de un nuevo tipo de voluntad, digamos mas realista, criteriosa. Permítanme llamarla: la voluntad posible. Una variante volitiva que consiste en la vocación –u obcecación- de seguir gobernando y no ser gobernado por el establishment.
Es el tiempo de subir la escalera, escalón tras escalón, y no pensar en saltos que nos terminan empujando al vacío. Hasta el setentismo cambió y es más prudente, le exige planes concretos y le impone condiciones y plazos a la voluntad.
Estas medidas eran impensables en 2003!!!… dan la impresión de estar aisladas del resto de la administración, a algunos les deja un gustito a insuficientes, a otros les parece que están destinadas a una caja cuyos fondos van directamente al bolsillo de un matrimonio de Río gallegos e inquilinos de Balcarce 50. Pero se hacen realidad, en una relación de fuerzas totalmente desfavorable.
Como déficits, seguimos arrastrando la ausencia de construcción política, en términos de apoyatura popular para emprender embestidas contra estos gigan-tes, y además una elaboración teórica que es necesaria para ir amasando una épica que es muy difícil que se vuelva a incubar en nuestros corazones. Estas carencias suponen dudas acerca del éxito final de este proyecto..
• ¿Querrá Néstor K darle forma y contenido a un relato que bien podría insuflarnos la mística necesaria para continuar y profundizar estos sueños desde ahora y por varias décadas como lo hizo Perón a partir de aquel 17 de octubre?
• Es el proyecto del peronismo gobernante la respuesta a los reclamos de una sociedad democrática que requiere la no perpetuación de sus lideres o tenemos que resignarnos que el proyecto se ponga solo en peligro por bancar a rajatabla la persistencia de sus fundadores?
• ¿Que cambia para el proyecto “16añosK”, si Néstor se perfila como el fundador de un proceso que lo trasciende?
• ¿Que gana el proyecto de país que queremos alcanzar y que pierde, si pierde la partida que le quieren hacer jugar algunos que están alrede-dor de NK y CFK, motivados por la certeza que solo “cobran” si las lla-ves de Balcarce 50 las sigue teniendo un Kirchner?.
• O en el fondo son sus íntimos deseos los que alientan las incomodida-des y faltas de contención necesarias para evitar que vaya tomando cuerpo la idea de empezar el pos kirchnerismo.
• Si la sociedad no reclama recambios, metámosle para adelante, pero no tomemos como un dogma que este proyecto solo continúa y se pro-fundiza si se garantiza la continuidad en Balcarce 50 de determinado apellido.
• No será posible sostener un proyecto político popular en la Argentina del siglo XXI por mucho tiempo, si nos encaprichamos en personalizar-lo. Perón lo hizo en 1949, estableció la reelección indefinida, y eso sirvió de impresionante excusa para instalar la acusación del peronismo como régimen autoritario, y eso –repito- fue en 1949.
Los interrogantes, observo que es un proceso que ha iniciado y es promete-dor.
Lo dicho no significa que NK y CFK se autoexcluyan, pues admitir que tu tiem-po está terminado es como cavarse uno mismo su propia fosa.
Si el kirchnerismo quiere seguir siendo el protagonista principal de esta nueva etapa del peronismo que apunta a quedarse por mucho tiempo (y 16 años lo son), tiene que abrir el juego para que aparezcan otras figuras que no sean Néstor y Cristina, pero que están en sintonía con el cambio que ellos pretenden. Hay que promover cuadros urgente, sino se puede caer en un desgaste nocivo que el arco opositor en algún momento podrá capitalizar.
Una buena manera de promover cuadros, empezar a lanzar algunos nombres como posibles sucesores.
Acá van algunos nombres: Picchetto, Carlos Soria (intendente de Gral Roca), el salteño Juan Urtubey, Uribarri, Alperovich, Scioli, Balestrini, Sergio Massa, Das Neves, Gioja, Obeid, Fellner, Capitanich, Ginés G.G.