La interna del Pejota, fin de la crisis y oportunidad

Dos listas competiran con posibilidades en la interna del pejota de Morón.
Una encabezada por el gastronómico Domingo Bruno y seguida por el dirigente “K”, a Quino Duyhailo como vice y con el gastronómico Walter Abalos como primer congresal.
Otra lista encabezada por el “K” Luis Pereyra, y un hombre del riñon de la anti "K" Marina Cassesse como secretario general y Porto Lema (rector de la U. de Morón y Diputado Nacional) como primer congresal, seguida de otros hombres de innegable relación con el peronismo antiK.
Un primer vistazo me dice que estaríamos con respecto a lo que cada referente decía estar parado hace unas semanas nomás, en un verdadero cambalache (adelanto que pienso que no es así).
Pero todos aparecen mezclados respecto a alineamientos nacionales o líneas superestructurales.
Ejemplo 1: si la intención de Domingo Bruno fue instalarse como un an-tikirchnerista puro, de entrada diría que fracasó.
Ejemplo 2: Si Luis Pereyra -quien se precia de ser un “K” de paladar negro- planteara que su lucha es en contra de los que no comparten el proceso de cambio que encabezan Néstor y Cristina Kirchner, se arriesga a que algún malintencionado le pregunte que hace al lado de Marina Cassesse.
A Bruno le alcanzó su antikirchnerismo visceral para aglutinar a la mili-tancia no K. El dia después del cierre de listas empezó a encontrar las muchas coincidencias que tiene con el gobierno nacional y que hasta ahora no había descubierto.
Los dueños del sello Frente para la Victoria en lo local no pudieron hacer valer la enorme ventaja que tenían para forzar la conformación de una única lista encabezada por un militante que si bien no iba a conformar a su parcialidad al menos no dejara al descubierto la orfandad en que lo dejó la jugada del 2004 cuando recurrieron a un candidato “alfombra” (el prestigioso Mario Oporto) cuya función era ocultar las imperfecciones, disimular la inexistencia de affectio maritalis, esa voluntad necesaria para constituir un vinculo permanente. Al final de su mandato como presidente del partido y como era de esperar las carencias, las desviaciones quedaron intactas por que no hubo un equipo que trabajara en el territorio y se ocupara seriamente de co-rregirlas.
Quien podría decirme en cual de los 2 frentes electorales, no programáticos se encuentra el peronismo K y en cual está el peronismo no K?.
¿Cual de los 2 candidatos a Presidente podrá anunciar una postura sin ser inmediatamente desmentido por alguno de sus compañeros de fórmula?, cundirá seguramente el ejemplo de Cleto Cobos y su voto “no positivo”.
Supongo que cada miembro de consejo de Partido hablará en su nombre y en el del grupo al que pertenece, y así probaran la convivencia tratando cada uno de que el otro no diluya su identidad.
No habrá correlatos nacionales, ni líneas superestructurales que domi-nen el partido en el orden local.
En el primer párrafo dije que no pienso que esta interna sea un cambalache, al menos no si la comparamos a como venía planteada.
Confieso que al leer unas entrevistas en el diario de Javier Romero temblé, además de parecer escritas por la misma pluma que a manera de malvado guionista confronta a 2 personajes solo para demostrar lo ridículo de sus posturas, pero al final esto no se dio y nos ahorraron el bochorno de ver como dos nostálgicos continuaban tratando de resolver un enfrentamiento que se dio hace treinta años.
http://eldiariodemoron.com.ar/detalles.php?id=1387
http://eldiariodemoron.com.ar/detalles.php?id=1386
El escenario cambió. El actual planteo es el triunfo de la lógica local, por sobre las lógicas de superestructura. Y es de esperar que este proceso se profundice, por que el peronismo de Morón debe tener criterio propio por que en esto arriesga el poco caudal político que aún le queda y sus posibilidades de crecimiento en el futuro.
Ambos grupos son acuerdos políticos de grupos heterogéneos.
Este fin de semana me reí mucho de los cumpas de mi zona que me dijeron desde la lista de Bruno que había que ganarles a los K, y mucho más me reí a los de la lista de Pereyra que me decían que no había que darle un distrito al antikirchnerismo.
Al final y en virtud de los acuerdos alcanzados, ambos grupos proponen conducciones colectivas, no personales , que van a tender a consolidar una organización partidaria multipolar, descentralizada o estallar como fue una constante en los consejos de partidos locales en los últimos 20 años, que no duraron más que un par de reuniones en medio de la indiferencia de la militancia, la afiliación y ni que hablar del vecino no peronista.
De ninguna manera, se trata de liderazgos verticales. Eso se vió en figuras tales como Román y Rousselot. Pronto lo veremos quizás antes que termine la interna.
Pero en esta aparente debilidad está la esencia del avance, dejamos atrás las épocas de las conducciones verticales, centralizadas radiales (como la que sacralizó Juan Zabaleta) y vamos hacia una organización más descentralizada. Dejamos atrás la búsqueda de un Mesías que viene a salvarnos, de un candidato alfombra que “emprolije” tapando el espejo hecho añicos que está en el suelo, dejamos atrás los acuerdos de cúpula.
Pero hay un detalle que deberá ser tenido en cuenta: que ningún ganador de la interna piense que con su victoria llegó el fin de la historia para el peronismo de Morón, es apenas el inicio, basta solo pensar en que la inmensa mayoría de nuestros militantes se quedó en su casa, ni se calentó por el cierre de listas y además no piensa ni ir a votar. Pero con la victoria seguramente obtendrá el ganador la legitimidad necesaria para convocar al resto de la militancia (a los perdedores y a los que se hastiaron de las internas en las que suelen aflorar lo peor de nosotros) e ir conformando un ámbito de debate de ideas que tanto necesitamos.
Otra duda me da vueltas por la cabeza. Me pregunto a que conclusión llegará el afiliado y el vecino de Morón al leer las listas sin un programa de acción concreto.
Tengamos en cuenta donde vivimos, nuestros sectores medios son progresistas en lo discursivo y muy conservadores en los hechos, casi, casi como el socialismo chileno o el santafesino sin ir más lejos. Ese vecino nuestro verá por un lado a un ex militante al que referencia con la lucha montonera pero que saben que ya hace más de 20 años es un aparatchik (un hombre del aparato), y un primer congresal Rector de la universidad privada local, al lado de una celosa defensora de los intereses de Luciano Miguens, al menos se paró a su lado varias veces durante el conflicto de la R125.
Un sindicalista barrionuevista de candidato a presidente del pejota y un primer congresal de la misma extracción, será presa fácil para esa pulga molesta que resultó ser el aparatito sabatelista habido de material para seguir separando al peronismo de una buena parte de su histórica base de sustentación, http://criticadigital.com/index.php?secc=nota&nid=11255
No vivamos de ilusiones, el moronense vota al peronismo cuando no le queda otra opción, solo basta preguntarse quienes fueron los intendentes peronistas que se votaron en Morón: en 1946 a un abogado radical, en 1973 a un muchachito rubio de apenas 30 años, de buen hablar, medido, prudente, un gentleman (un calco de Sabbatella) y en 1987 al exitoso Señor Pells de aquel momento, un famoso conductor de noticieros.
Esta interna probablemente –y más allá de cual es la “banda” ganadora- puede ser una oportunidad para todos nosotros de deshacer lo que ha sido una constante del sabatelismo, un ruego casi, que es que perpetuemos con nuestras acciones la percepción que en estos 9 años lograron instalar en la comunidad acerca del peronismo del distrito.
Tenemos que recuperar sensatez, no deben las internas ser la oportunidad para desangrarnos, recordemos el ejemplo de aquellos peronistas moronenses de 1973 que aún después de haber ganado indiscutiblemente, fueron inteligentes y llamaron a los que perdieron a compartir listas en proporción 50%/50% e igual cantidad de lugares en el ejecutivo.
También espero que todos los involucrados en esta interna, el año que viene apoyen una sola lista, la oficial del pejota Morón, por que el que no lo haga tiene que dejar de ser tratado como peronista por el resto.