Menem es un hombre de Estado. Punto. Habrá que prescindir de cierto folklore avejentado: dejar de decir Méndez, M***m, dejar de hablar de “genocidio económico” o de menemato (como si no hubiera habido consenso democrático), habrá que decir que Pizza con champán fue un librito tremendamente gorila y racista, habrá que reconocer que Menem permitió que se hicieran los juicios por apropiación de bebés, que la masa técnica cavallista sirvió como amortiguador (para) estatal contra los corporativismos que minaban la más básica capacidad administrativa de un Estado exangüe y que al menos pudo empezar a cobrar impuestos para no ponerse la economía de gorro, que hubo un consejo nacional de la mujer montonero que funcionaba bien, que Menem y Kirchner le dieron estabilidad a la economía. Que Menem terminó con el golpe de estado, y Kirchner con el de mercado. ¿Con qué va a terminar el peronismo en este nuevo ciclo?Para poder responder como llego a esa conclusión, hay que leerlo completo (cliquear aqui)
Todo lo que aquí se diga no tiene la intención de echar tierra sobre hombres y mujeres que de alguna manera llevan sobre sus espaldas el peso de haber sido protagonistas en los últimos tiempos; por el contrario ser nombrado significa que ha estado, y el protagonista es el que cuenta, en el peronismo el que se preservó o se borró carece de la consideración de sus compañeros. Todo lo expresado en este blog puede ser reproducido con la sola condición de citar la fuente.
jueves, 9 de junio de 2011
al vino, vino
Me quieren explicar como llegó hasta aquí este tipo
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1 comentario:
Y, no sé. Parece que se llega por abuso de identidad peronista.
Sin volver con las cuestiones de peronómetro, Menem no fue peronista en su presidencia...
Yo perdí esa identidad con los Luder-Bittel y Menem. Mantenerla me parecía abusivo de mi parte.
Pero reivindico la historia y la permanencia del pensamiento peronista como germen de nuestro presente y futuro más feliz.
Saludos,
Eduardo.
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