En clave delaruista

El analisis de El Dia sobre las editoriales del fin de semana nos permite un pantallazo de la bajada de linea de los distintos medios. Dicen en ese medio sobre el articulo de Sergio Crivelli en LA PRENSA

“Paro de docentes bonaerenses: primer acto de la campaña K”, es el título de la columna de Crivelli, que sostiene: “La ofensiva gubernamental contra Scioli es el primer paso para sacar de carrera al dirigente con más chances de poner fin al largo imperio kirchnerista y quedarse con el aparato electoral del PJ”. Añade el columnista que la “manera de terminar” con Scioli es “quitarle recursos para la campaña y someterlo electoralmente. No hay un plan para ‘incendiarle’ la Provincia, sino para exhibirlo como un administrador inepto y emascularlo políticamente”. Menciona, de “fuentes coincidentes”, que el Gobernador acordó en “secreto” apoyar la candidatura de De Narváez. Y que la ayuda del Gobierno ahora va directo a los intendentes.

http://www.eldia.com.ar/edis/20130401/Otros-analisis-fin-semana-opinion2.htm

En Ámbito Pablo Ibañez vuelve sobre el refrito del "Plebiscito" que fue la estrella polar en el enfrentamiento Menem- Duhalde y que terminó de sepultar electoralmente al entonces "candidato natural"  a presidente por el pejota, que a partir de allí recurrió al Plan "B" para llegar al mismo destino como "Piloto de Tormentas generadas" al decir del capo-cómico Oberdan Rocamora. 

Para este bloguero el plan Plebiscito 2013/4/5 en esta oportunidad termina con el mismo resultado que  el de 1999. 

Scioli, en zigzag: dualidades, silencios y el plan plebiscito
Último recurso y antecedente bonaerense que involucró al PJ y al radicalismo
La idea del plebiscito habita, por ahora, en ese territorio que el gobernador no exploró y difícilmente vaya a explorar este año: el continente del antikirchnerismo, que se expresaría en un enfrentamiento abierto con la Casa Rosada. No ocurrirá, al menos en octubre.

Juega, sin embargo, casi como un desafío formal, con sus dualidades: los mensajes considerados a Francisco de Narváez, espacio que se convirtió sobre todo a través de José "Pepe" Scioli en una de las trincheras desde la que reaccionan con más virulencia por el modo en que la Casa Rosada trata al gobernador.

El otro es La Juan Domingo, la tribu política peronista que, vía Osvaldo Goicochea, acusó al Gobierno de pretender tener un "delegado" en vez de un gobernador. Pícaro, el senador jugó con el lenguaje porque delegados o comisionados eran los funcionarios que se hacían cargo de la provincia durante gobiernos dictatoriales.

En simultáneo, el gobernador insiste en atribuir los enojos de dirigentes K a cuestiones propias de esos dirigentes pero no a lo que piensa o dice Cristina de Kirchner. Una ironía, porque hace más de tres meses que el gobernador no tiene una reunión mano a mano con la Presidente. Por lo tanto, en términos prácticos, no puede decir qué es lo que realmente piensa. 

http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=681992

Mientras tanto en Ciudad Gotica el porteño gobernador de los bonaerenses recita el manual del interventor que no quiere romper con quien lo digitó:

"En este momento veo una brecha que a veces se agranda más entre algunos fanáticos que buscan sobreactuar en todo momento, agradar de cualquier manera".  "Yo no soy hipócrita y no voy buscando cambiar de opinión para agradar más o menos a la Presidenta sino que mantengo una coherencia". 

Ufff esto se pone aburrido...