Tenembaum con "T" de Tigre

De las múltiples encuestas que se difundieron entre ayer y hoy, todas ellas coincidentes en que Massa supera a Insaurralde por cinco puntos, algo así como 33 a 28 por ciento, y que Insuarralde viene recortando, como se esperaba, la ventaja, se me ocurren destacar tres o cuatro rasgos centrale:

1. Si uno se para dos años atrás, la perfomance k es sorprendentemente baja. No es casualidad que los medios oficialistas no publiquen encuestas. Pensar en el 2011, cuando el kirchnerismo ganó por cuarenta puntos la provincia de Buenos Aires, que hoy el mejor resultado posible sería una victoria por un suspiro de diferencia, era un delirio. Y, sin embargo, ese es el panorama actual. 

2. Por supuesto, el clima político será distinto si el oficialismo gana o pierde la provincia, aun cuando una u otra cosa se de por un voto de diferencia. ¿De qué depende eso? Basicamente, de un solo factor: la relación que Sergio Massa logre establecer con, al menos, una parte de los 25 puntos que hoy eligen a Francisco De Narvaez o a Margarita Stolbizer. Si no logra convocar a parte de ese sector, perderá. Si los convence, va a ganar. Los antik más duros se enojan con estos análisis, pese a que son prácticamente matemáticos y no expresan ningún deseo por parte del autor. Seguramente, luego del escenario parejo que surgirá el 11 de agosto, Massa hará campaña con una frase que ya pronunció: "Somos los únicos que le podemos ganar". Tiendo a pensar que entre agosto y octubre el kirchnerismo crecerá un poco más porque está poniendo mucha plata en la calle.

3. Gane o pierda el kirchnerismo en la provincia, será primera minoría a nivel nacional. En ese escenario, hay dos deseos cuyo cumplimiento es altamente improbable. Uno, el de la re-reelección. Ninguna fuerza política que tenga apenas el 30 o 35 por ciento de la provincia de Buenos Aires puede imponer un proyecto así. El otro deseo que no se cumplirá es el de un país sin kirchnerismo. CFK sigue siendo una líder potente y, como mínimo, será árbitro de muchas situaciones. Más aun, si desarrolla cierto talento político, una posibilidad de poder en el futuro.

4. La hegemonía del peronista será abrumadora en el principal distrito del país. Habrá conflictos serios entre los distintos sectores de aquí al 2015. Pero, luego de esa fecha, el nuevo "jefe" tiene una enorme posibilidad de quedarse con todo ese poder inmenso.

5. La evolución de todas estas variables en los dos años que quedan de mandato será muy influida por la situación económica. En general, los que saben, aun los más optimistas, pronostican --una vez más-- una escenario intermedio:  no habrá bonanza, pero tampoco catástrofe.

http://ertenembaum.blogspot.com.ar/2013/07/las-encuestas-y-el-futuro.html