Cuando se fueron los milicos en 1983 nos dejaron un decreto ley de autoamnistia, algo asi me suena la pretensión efepeviana -que encabezan algunos gobernadores que motorizan la candidatura de Daniel Sciolli- de continuar con el matiz paternalista en la que el nivel nacional acude -no ya subsidiariamente sino- en forma crónica en auxilio de las provincias ya sean inviables (que es de esperar) o viables.
Periodista — La reforma (constitucional de 1994) establecía y obligaba, vía su artículo 75, que en el plazo de dos años de ser sancionada se dictara una ley de Coparticipación que -digamos- dignificara la relación Nación-provincias en materia de recursos. Pero no se ha sancionado. Existe consenso en que las exigencias que se establecen para sancionarla anulan en sí mismo esa posibilidad. ¿Cuál es su opinión?Anahí Tappatá — Sí, es cierto: existen requisitos que tornan dificultosa esa sanción, contradicciones concretas de intereses provinciales en materia de recursos a percibir, a ceder, etcétera. Pero todas estas dificultades no son ajenas a una cultura, un tramado de conductas e imaginarios que vienen de muy lejos en nuestra historia: la imposibilidad de debatir racionalmente políticas nacionales, o sea para el conjunto. Si ahora, a 20 años de ser reformada, ponemos en términos de fracaso mucho de la Constitución surgida en Santa Fe, esa imposibilidad está en el ajo del problema. Pero esa imposibilidad no es neutra: la fogonean intereses concretos. No digo nada nuevo al señalar que las palabras siempre expresan algo. Pero en la relación Nación-provincias, hay términos que ya forman parte de una cultura en la que mucho del poder político se siente cómoda: "auxilio", "acuerdo"… Mire, a lo largo de estos 20 años a los gobiernos provinciales -salvo honrosas excepciones- no les preocupó ser eficientes en el manejo financiero de sus gestiones. ¿Para qué meterse en ese trámite que obliga a leer realidades, a pensar, a manejar criteriosamente convergencias de realidades, a decir "no"… para qué ir por ese camino si está papá y mamá -Nación- que nos "auxilia", "acuerda"… ¿Para qué ser eficiente en la recaudación interna de impuestos provinciales si, para pagar los sueldos estatales, tengo a papá y mamá?http://www.rionegro.com.ar/diario/tenemos-un-federalismo-de-papa-y-mama-2775822-9539-nota.aspx
Si alguien pudo mantenerse a flote y hasta hace poco en el tope de popularidad con nada de gestión y recurriendo a la Nación para lavarle la cara a su administración y a las cuentas provincialessin encauzar problemas hacia soluciones de fondo, ese fue Daniel Scioli.
El Club de Federalismo Menesteroso encuentra en Daniel Scioli el arquetipo al que recurrir para darle continuidad a la única forma que encontraron de gobernar y sobrevivir con y en el poder.
3 comentarios:
a juntar los puchos y las copas
a bajar las persianas
Omix,
usted sabe perfectamente que la Provincia de Buenos Aires es -por muy lejos- la más perjudicada por la coparticipación, ya que es en términos relativos la que más pone y menos recibe. Y si Scioli va a mendigar, es porque el sistema lo está depredando. De lo que sí es culpable Scioli es de no haber procedido con Buenos Aires como Mas en Cataluña. Si Scioli hubiera amenzado en serio con escindir a la Provincia de Buenos Aires de la Argentina, ya hubiera visto muy rápido sentarse a todos a firmar la coparticipación, ante la huída de la gallina de los huevos de oro. Huída que por otra parte a la Nación le resultaría imposible impedir, ante la ausencia de FF.AA. operativas.
El estado nacional le viene pidiendo hace años a
Scioli que recaude. Decisión politica mas que administrar un presupuesto. Scioli parece comodo en un rol de obediencia en el que no genera ni fuerza politica propia. No rompe ni se alinéa mientras va cambiando el mapa politico.
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