Peronismo moronense (1ª parte)

Mi amigo el Ing. Juan "gallego" Nogueira me alcanza un escrito que creí perdido, es del año 2000 y evalúa la situación de nuestro peronismo moronense, dentro de otro encuadre nacional y provincial. No fue ayer pero tampoco ha pasado mucho tiempo, es bueno comparar, ahí va...

"CARTA ABIERTA A LOS JUSTICIALISTAS DE MORÓN / SETIEMBRE DEL AÑO 2000"

Los sectores del peronismo que compartieron la responsabilidad de las últimas derrotas lograron ser otra vez ser noticia de interés.

Fieles a su estilo de dirimir disputas personales en forma estridente, ventilaron sus viejos rencores y sus mutuas traiciones ante las cámaras de televisión nacional, sin importarles el daño que continúan causándonos. Con tanta exposición pública han reabierto un nuevo y triste capítulo de la guerra sin cuartel en la que se consumieron las energías que debían ser puestas al servicio de la gente de Morón.

El rousselotismo explotó y está herido de muerte, sus partes tomaron infinidad de caminos, unos pocos todavía sueñan con la hegemonía propia, llevando como mascaron de proa a la primer figura del espectáculo que se anime a hacerles el juego, tienen la mira puesta en Carlín Calvo. Otros menos preocupados por los comentarios se han pasado a las filas de los que antes pregonaban eran sus enemigos irreconciliables como es el caso de Yachinto, Penem; Cristina Cortina, Nestor Achinelli y Oscar Alvarez, quienes después de dar vueltas terminaron su periplo allí donde habían jurado nunca llegar y siempre combatir: La Lista Verde.

Del otro lado las cosas no parecen estar mejor: La Lista Verde se debate en la que es tal vez la más fuerte de las crisis de sus 20 años de existencia.

Fue seriamente cuestionada la autoridad de Horacio Roman, el hombre que trazo el derrotero de esta agrupación, que supo ser la conducción partidaria antes de la era Rousselot y luego fue refugio de los opositores al chaqueño. Parte de su tropa ya no acepta que los conduzca con mano de hierro , piensan ser los artífices de la jubilación anticipada del hombre que los hizo dirigentes; el mismo que mantuvo enemistada a su tropa con los que eran en realidad compañeros del mismo partido sólo por pertenecer a la estructura política del que pregonaba era su enemigo y trataba de traidores a los que de alguna manera intentaban conciliar posiciones, el mismo que no dudo en olvidar esa enemistad y sellar una alianza en nombre de la unidad del peronismo cuando el bote amenazaba con hacer agua y hundir a los dos aparatos: el mismo que decidió desconocer el interés de su partido, abandonando el barco de la unidad cuando era imposible disimular que se hundía por culpa de haber agotado las energías, irresponsablemente, en una lucha fratricida haciéndole el caldo gordo a la otra alianza, destituyendo y encarcelando al ex intendente en lugar de imponerse como oposición constructiva y encaminar al desprolijo jefe comunal para ayudarlo a construir políticas beneficiosas para la gente.

Aunque desautorizados por su propia historia personal (En su mayoría los dirigentes verdes deben sus cargos al dedo de Roman ) cuestionan las actuales preferencias del Senador, en primer término a los que consideran malas compañías provenientes del rousselotismo como Bonicalzi, Nestor Achinelli y Oscar Alvarez ( lo peor del caso es que dicen esto rodeados de primeras líneas de esa procedencia como Yachinto, Cortina y Penem) y luego al ex intendente Crespo.

En los últimos tiempos los disidentes perdieron oportunidades irrepetibles de ganarse la conducción, no se animaron a darle batalla el 19 de diciembre de 1999, cuando tuvieron que aceptar que Roman jamás daría un paso al costado y sería presidente del Justicialismo de Morón hasta el año 2003 y, como si esto fuera poco, tuvieron que hacerle campaña al lado del derrotado Crespo y de algunos de los indeseables del rousselotismo , bajo la poco humilde denominación de “Los Mejores” debieron resignarse a perder la minoría y dejaron sentadas las bases para la consolidación de un espacio opositor que organizado bajo una nueva y única conducción puede dejarlos fuera del juego. Luego de aquel mal momento fueron el blanco de las exhibiciones públicas de fuerza con las que él, su antiguo jefe intento disciplinar a los suyos y demostrarles quien ejerce el poder; les dijo, una y otra vez, que el no conoce un cuerpo con más de una cabeza y les recordó el camino de los que pensaron distinto a el.

Dolido por el vacío, que intentaron crear Zabaleta, Pereyra, Penem y Cassese, en el discurso del acto en memoria de Juan Perón hizo mención a una anécdota que escucho de boca del general: quien comentaba que un mariscal ponderaba a una mula que lo había acompañado en todas las batallas durante décadas, decía el mariscal, que en su ejército esta bestia era lo único que estuvo siempre a su lado “en los momentos buenos y en los momentos malos”, pero que a pesar del aprecio que sentía por el animal, el siempre supo darle a la mula el lugar que le correspondía, nunca se le asignó funciones de conducción. Entrelineas dirigió un mensaje al sector que ayer gozaba de privilegios y supo posicionarse con sus inconsultas designaciones, en desmedro del resto de la militancia peronista, y que en ese momento le cuestionaba estos mismos métodos. Convencidos de que Roman jamás se retiraría, tomaron la determinación de alejarse de él después de más de una década de ser sus niños mimados.

El 26 de Julio el peronismo, por especulación de sus dirigentes, mostró una imagen de división , como pocas veces en su historia; tuvo tres misas para recordar a Eva Perón: la de Rousselot en Palomar, la de los ex verdes en Morón Sur y la oficial en la plaza de Morón.
A partir de allí “Juanchi”Zabaleta movió cielo y tierra para impresionar a propios y extraños, tuvo su cuarto de hora de gloria y se despidió de la agrupación que tanto hizo por él; justo en el preciso momento en que Horacio Roman era sometido a una delicada intervención quirúrgica . Nunca una operación política ( de la envergadura de lo que se presumió tenía el despegue de su FRENTE) terminó tan rápido y comenzó a diluirse al ritmo de la recuperación del cacique verde. No obtuvo además la adhesión de la gente como esperaban ( es que cuando el remedio es peor que la enfermedad el paciente prefiere curarse sólo). Y aprendieron que en el futuro no va a ser fácil cautivarlos con tardíos alejamientos o con frases grandilocuentes que suenan a que: “si es verdad yo fui su ahijado político o fui en la misma boleta que él y compartí su gobierno pero ahora me di cuenta que no es bueno”.

Todo parece señalar que inevitablemente toda la dirigencia política ha comenzado a transitar una etapa terminal.

La desaparición del rousselotismo y el proceso de división de la lista verde da inicio a un nuevo momento de la vida del peronismo local, donde viejas y nuevas figuras tratan de dar forma a proyectos políticos diversos.

La prensa local difundió las candidaturas inviables de personajes conocidos como Rousselot – Samid o Carlin Calvo y esto reduce la confianza que históricamente había depositado en un partido que supo ponerles a disposición buenos equipos de gobierno extraídos de los distintos estamentos que componían el “Movimiento Peronista”; es de esperar que todo el P.J. local recapacite y sus dirigentes sean prudentes y reservados en el momento de barajar nombres.

Pues si bien siempre hay un margen para jugadas personales deben entender de una vez por todas que existen también los límites y que aquí los marca el pueblo de Morón que – en su mayoría – sólo recuerda de las administraciones justicialistas lo sucedido en el último decenio y sea cual fuera la causa no tiene buen concepto de lo que aconteció en ese tiempo. Por eso no va tolerar – ni siquiera en la interna peronista - candidaturas irresponsables, ni la renovación de los mandatos de los que ya demostró que no está dispuesto a aceptar bajo ningún aspecto . En esto se arriesga que se amplíe aún más la brecha que hay entre las preferencias del electorado y las propuestas que el P.J. le vaya presentando.

Lo dicho no tiene la intención de echar tierra sobre hombres y mujeres que de alguna manera llevan sobre sus espaldas el peso de haber sido protagonistas en los últimos tiempos; sólo es un aporte al debate que se ha abierto en nuestro movimiento y que esperamos sirva para enriquecerlo. Y si de alguna forma hemos ofendido a alguien, esperamos entienda que en el peronismo ha llegado la hora de llamar las cosas por su nombre y aceptar la responsabilidad que nos cabe a cada uno.

Volvemos a convocar a los militantes Justicialistas a abandonar viejas estructuras y metodologías dejando de lado intereses personales y priorizando la búsqueda de soluciones a los problemas de la gente.

La sociedad está escéptica, pero nunca como hoy su postura fue más política; no quiere promesas, exige de la clase política una tormenta moralizadora y realizaciones, entonces – y solo entonces – piensa volver a renovarnos la confianza