martes, 21 de diciembre de 2010

La teoria de las ventanas rotas

Ley y orden dicen por ahi, y arengan: basta de resignarnos a exclamar " y nadie hace nada". Dicen que hay que reordenar todo haciendo cumplir la ley desde los pequeños detalles y buena parte de los delitos desparece como por arte de magia.

Al respecto Gustavo Arballo dixit
El argumento de la teoría de las ventanas rotas ( de Wilson y Kelling, versión original acá en PDF), es el monumento a la escuela de pensamiento "pendiente resbaladiza". En que consiste?: Supongamos un edificio con una ventana rota. Si al lado empieza a ver una, dos, tres más, seguro que los que pasen por al lado van a tirar piedras para romper más ventanas (la escena transcurre en Saavedra). Una vez que haya muchas ventanas rotas, alguien va a entrar al edificio, luego otro más se va a meter adentro, y en poco tiempo todo el edificio va a ser un aguantadero de delincuentes y fumadores de paco. Todo lo cual podría evitarse si cambiábamos la ventana la primera vez que se rompía, y castigábamos debidamente al vándalo tirapiedra.

Por qué seduce la teoría.

No es tan dificil comprenderlo: aquí van algunas razones.

1. Tiene la ventaja inicial de la simplificación: todo el fenómeno del delito es uno solo y está todo relacionado. Del mismo modo se pontifica sobre moralidad: como dijo Barone una vez, el cadete que se queda con un diskette usado es equiparado al funcionario/empresario entongado en coimas y fraudes, con el argumento de que están haciendo ilicitudes análogas, sólo distinguibles por la diferente escala de oportunidades de la que dispone. La imbecilidad, en fin, de suponer que el gerente y el ministro van a dejar de robar el día en que el cadete deje de quedarse con los diskettes.

2. Otra gran ventaja: tranquiliza conciencias. "Pone el acento no en la pobreza, sino en el ´contagio´ de conductas inmorales y antisociales; en el poderoso motor de la imitación alentado por la impunidad".

3. Es una teoría moralista y nosotros somos moralistas. La teoría supone que en el desorden y la suciedad hay algo intrínsecamente malo, que es el huevo de la serpiente: genera delito.

4. Parece contradictorio con lo anterior, pero no lo es: la teoría es apolítica, aséptica, no genera controversia alguna. Dicho de otro modo: ¿a usted le parece bien que se rompa un vidrio, que se estacione en la vereda, que se tire la basura en la calle?.

5. Se puede indizar y manipular con facilidad. Sirve fenomenalmente a los efectos de mostrar estadísticas de altos guarismos.

6. Cuando la aplicamos, es un fast food, podemos mostrar ejemplos concretos cada diez minutos: pibes que van a la comisaría por tomar cerveza en la calle, autos remolcados con la grúa. Podemos, tal vez debemos, exhibir todo eso públicamente, para que el escarnio multiplique el efecto disuasivo.

Los problemas de la "teoría"

No voy a ver en particular los ejemplos "empíricos", con Giuliani a la cabeza, que supuestamente avalan aplicaciones exitosas de esta teoría. No vale la pena porque se trata de casos donde efectivamente hubo disminución en tasas de criminalidad al mismo tiempo que se aplicaban políticas de "tolerancia cero" con pequeñas transgresiones. Pero eso no demuestra nada: simultaneidad no quiere decir causalidad (el razonar del cabulero: River mete un gol en la final de la Libertadores cuando estoy con las piernas cruzadas, eso demuestra que mi posición fue la causa del gol, y no la insólita posición del arquero Córdoba que sale a buscar una pelota al corner y ha rechazado torpemente a 30 metros de su arco). En todos los "casos exitosos" hay causas más estructurales -y más eficientes como explicación- que acompañan la reducción del delito: reformas penales, reestructuraciones administrativas policiales, aumentos de presupuesto, mejoras económicas, cambios demográficos.

No voy a chicanear diciendo que en Enron no había ventanas rotas, que tampoco las había en las mansiones de Madoff.

Mas allá de ello, los problemas conceptuales son claros:

- Es una premisa criminológica falsa la de que el delito pequeño se comunica con el grande. Se teoriza: "al no sancionarse las "pequeñas faltas", como estacionar mal, exceder el límite de velocidad o violar una luz roja, se van estimulando faltas mayores y luego delitos cada vez más graves". No es verdad: el que estaciona el auto tiene motivaciones distintas del que maneja a 120 en una calle urbana y por ahí pasa por arriba a otro. Son problemas distintos, de otra dimensión. Lo más probable es que el que maneja a 120 sea super cuidadoso para estacionar. Y es injusto que sancionemos al que estacionó mal con la idea de que debemos cuidarnos de él, porque en su acto hay un asesino al volante en potencia.

- Es una forma irracional de gestión: desperdiciar recursos escasos de la estructura policial y judicial en bagatelas. El eje Blumberg suele burlarse de la expresión "sensación de inseguridad". Pues bien: la mayor parte de lo que se haga con base en esta teoría será meramente cosmético, una "sensación de actividad", tranquilizadora a corto plazo, pero frustrante a la larga. Uno de los chistes que más gracia me causa es el del tipo que una noche ve a un borracho en una esquina, agachado abajo de un farol, mirando el piso. Le pregunta qué está haciendo. El borracho le dice: - "Busco las llaves que se me cayeron". El tipo pregunta: "¿Se le cayeron por acá?". - "No, se me cayeron en el baldío que está al lado de las vías, ese que está re oscuro". - "¿Y entonces, por qué las busca acá?". - "Y, porque acá hay luz...".

- Es una forma irracional de asignación del poder punitivo, cuyo resultado más probable será la pérdida de proporcionalidad en la atribución de imputaciones y penas a las contravenciones menos ofensivas (que tienen menores garantías y son, por ende, más propensas a arbitrariedades y sesgos ambientales inducidos por la autoridad).

- Es infalsable, en el sentido popperiano. Si fracasa, se puede decir que no se ha sido lo suficientemente estricto. Y entonces, llegar a la fase superior de la teoría de las ventanas rotas: la teoría de las ventanas sucias.
Original de Gustavo Arballo cliquear aqui, a esta copia que subo la retoqué a fin de descontextualizarla y darle un caracter mas general y también por que es algo que se venía anunciando como respuesta al residual del viejo pacto entre zapatitos blancos y el armenio.

Ventanas rotas por Daniel Eskibel, muy bueno, se extiende en la teoria y se entiende perfectamente.

2 comentarios:

Otro dijo...

Muy interesante desarrollo. Encuentro coincidencias y algunas diferencias. No creo que quienes reclamamos aplicación de la ley pretendamos equiparar todos los delitos y a todos los que delinquen. Aplicación de la ley significa considerar todo. Existen los atenuantes y agravantes. Existen diferencias de condenas para cada tipo de delito. La ley es el mejor instrumento que disponemos. No será perfecto, pero en tanto sea resultado de un proceso legislativo con intervención de los representantes de una sociedad, será mejor que cualquier otra forma de solución de conflictos y disputas.
Evadir la ley es muchísimo más sencillo aquí que en Holanda. Para ser empíricos. No voy a decir que por eso Holanda es Holanda y nosotros somos nosotros, pero te aseguro que la eliminación en el mundial fue porque cambié de marca de cerveza.

Mariano T. dijo...

Si hablamos de delito, hay una línea divisoria, que es el uso de armas.
No importa siquiera si el delito se consumó (hay que eliminar el grado de tentativa cuando se usa un arma), o el monto que se robó. Es más grave robarle a mano armada (aunque sea un cuchillo) una bicicleta a un pibe, que hacer un boquete y saquear 2000 cajas de seguridad.