Leemos a Gerardo Aboy Carles sobre el discurso de la Presidenta ante la Asamblea Legislativa
El combate contra el agio, convertido en empresa de la hora, siguió ocupando el lugar central en tanto prosopopeya que reduce a suicidas avaricias personales aquellos desórdenes sistémicos que se evita mencionar por su nombre.
Como en años anteriores, el énfasis estuvo puesto en comparar los logros de la última década respecto del camino que derivó en el derrumbe de 2001. En este balance, como era de esperar, se combinaron datos certeros como la ampliación del sistema previsional y de la protección social, la expansión del sistema científico y tecnológico o la consideración presupuestaria de la educación, junto con groseras manipulaciones de aumentos nominales en rubros diversos. Si el lector reprodujera este último mecanismo de lectura, llegaría a la extravagante conclusión de que la fuerte caída del salario real de los años 1989-1990, en el marco de una inflación de 5400% en el bienio, habría representado el mayor aumento salarial de la historia argentina.
http://www.lanacion.com.ar/1668861-cambio-el-tono-pero-no-hubo-autocritica
3 comentarios:
Entre el 40 y el 70% contando desde antes de la crisis de la Alianza, dependiendo el índice que utilices y con mucha variación según la rama de actividad.
Lo dije mil veces y sigo.
Contar indicie salarial desde 2001 es comprar con el manual del buen comprador escrito por el almacenero.
Es, sencillamente, antiobrero.
No significa otra cosa que sostener que el fin último que moviliza a los empresarios argentinos es la filantropía.
ANTES de la crisis de la Alianza. Es decir el mejor momento durante la vigencia de la convertibilidad.
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