El despegue de MS, visión desde extramuros

Hoy continuamos con el latrocinio de lecturas y esta que copychoreamos hoy está calentita, es de la fecha y apareció en el blog conurbanos.blogspot.com.

En omixmoron decidimos incorporarlo a nuestra cartelera por que se trata de una visión desde fuera de Morón, un tanto como para empezar a ver el asunto desde otras ópticas. Una vuelta de tuerca que ayuda a convencernos más que la vieja y la nueva política están ahí nomás, como si se tratara de dos puntos de un mismo circulo.
En Morón somos pocos -y cada vez más pocos por que es uno de lsos distritos raros cuya población decrece, en el medio de una región en la que sus habitantes "parecen conejos, che"-, Y cnos conocemos mucho. doy por sabido que este no es un espacio demasiado tolerante con las opiniones que disienten con nuestra linea editorial, asi que les sugerimos , en caso de ser opinadores incontinentes , que si desean hacer comentarios o aclaraciones, lo hagan directamente en el original, al que podrán acceder cliqueando en el siguiente enlace: conurbanos.blogspot.com, ahí seguramente les darán trato preferencial si mencionan este blog, ja.

El lunes entró en funciones el nuevo Intendente de Morón, Lucas Hernán Ghi, de forma interina hasta julio, cuando vence la licencia que pidió Martín Sabbatella.
En tanto que el próximo 10 de diciembre, el hasta la semana pasada Secretario de Gobierno, asumirá en forma definitiva, una vez efectiva la renuncia "indeclinable" que Sabbatella formalizó la semana pasada ante el Concejo Deliberante.
Con esta medida, Sabbatella no solo cumple con la promesa de abandonar su cargo, sino que además:
-Delega su lugar en alguien que no es familiar suyo.
-Deja en el cargo al ahora Intendente más joven de la historia del conurbano (al menos desde 1983 a la fecha): Ghi tiene apenas 28 años.
-De lo anterior, se desprende que Ghi se ha "hecho" políticamente al lado de su antecesor. Es un "Sabbatella boy" de pura cepa.

Hasta acá todo muy lindo, pero en política todo tiene una explicación, y esta movida es nada más que un ladrillo en la pared del proyecto político de Sabbatella: ser, en algún momento, Gobernador de la Provincia de Buenos Aires.
Digámoslo de una buena vez, para que nadie se asuste y mucha gente se vaya acostumbrando: Martín Sabbatella, como el 99,99% de los dirigentes políticos de nuestro país, es un hombre ambicioso, que tiene un proyecto de poder, y está dispuesto a hacer todo lo que esté a su alcance para concretarlo. No está mal, señores. No lo condeno por eso. Para nada.

El problema es cuando uno empieza a ver que es lo que ha construído el bueno de Martín, desde 1999 hasta hoy, se encuentra con algo que se puede medir desde dos perspectivas diferentes: mucho, como cualquiera de los progresistas que ya conocemos; o muy poco, si nos ponemos en administadores de la verdad (algo que a Sabbatella le queda divino).
Después de sobrevivir al incendio de la Alianza, Sabbatella supo llevar a cabo una gestión Municipal bastante ordenada, con inequívocas decisiones tendientes a diferenciarse, no solo de sus antecesores peronistas (la runfla de Rousselot & Cía), sino también de sus ex socios radicales que habían huido en helicóptero de la Casa Rosada.
Con su agrupación vecinal "Nuevo Morón", Sabbatella empezó a darle mucha importancia a la obra pública, dinamizó la relación del vecino con el Municipio y transparentó la gestión, dando a conocer sus actos de gobierno hasta el colmo de la exasperación, según algunos.
Al mismo tiempo que todo eso, Sabbatella cayó en la misma tentación que caen todos los gobernantes supuestamente progresistas: caerle bien a "la gente", y que mejor para eso que utilizar a los medios de comunicación, locales, provinciales y nacionales.
En diciembre del año pasado, El Concejo Deliberante (donde Nuevo Morón tiene la friolera de 17 bancas sobre 24) votó el presupuesto que el Ejecutivo había enviado: casi 303 Millones de pesos para administrar un distrito de poco menos que 330 mil almas.

Cuando uno mira ese presupuesto, se encuentra con que el gasto de la tan mentada pauta (disfrazada con el elegante ítem "Promoción y Desarrollo en Comunicación Institucional"), asciende a $ 4.078.862, frente a los $ 5.020.678,74 de Deportes, o los $ 4.959.095,71 de Cultura.
Antes de seguir, quiero aclarar que acá no hay mala leche: simplemente expongo los números que hablan por sí solos del tipo de gestión que se ha desarrollado en Morón en los últimos diez años. Algunos estarán a favor, otros no. Sigamos...

Más allá de como se eligen comunicar los actos de gobierno (que por supuesto, es algo opinable), me quiero detener en algo que no me parece una tontería, y es el negocio de la basura.
Morón le pagará, al final de 2009, a la empresa Urbaser (del Grupo ACS, dueño también de Transportes Olivos) la suma de $ 59.564.858,20, un escándalo si se lo compara, por ejemplo, con Esteban Echeverría, un Partido de similar extensión y cantidad habitantes (350.000), que abona a la empresa Covelia $ 22 Millones por el mismo servicio. El dinero que se la paga a Urbaser es más indignante todavía, cuando uno vuelve a mirar el presupuesto y descubre que en Morón hay para Salud $ 63.854.038,28 anuales, apenas 4 Millones más de lo que se gasta en la basura.

A grandes rasgos, este es el panorama administrativo de quien dice que quiere profundizar el proceso iniciado en mayo de 2003... presentando una lista opositora y sobreactuando sus críticas al Gobierno Nacional.
Si Sabbatella quería "profundizar los cambios", hubiera pedido una colectora, o hubiese apoyado críticamente, o se hubiera quedado callado. Pero no. Su gorilismo hormonal le impide no hablar mal del peronismo.
El marketing de la demonización del peronismo para manipular las conciencias colectivas funcionó de maravillas en Morón. Claro, así cualquiera: el presidente del PJ de Morón es Domingo Bruno, el jefe de los energúmenos que el lunes pasado se enfrentaron a palazos con la Policía Federal en Barrio Norte. Bruno es una de las tantas manos derechas que tiene Luis Barrionuevo, y la verdad que no hay que hacer mucho esfruerzo para no votar al peronismo en Morón.
Pero Sabbatella se equivoca si piensa que con ese discurso puede juntar los votos que necesita: esa estrategia a nivel provincial es un fiasco, sumada a la costumbre progresista (también aplicable a cierto kirchnerismo) de exhumar dirigentes del FREPASO para construir su "Partido Encuentro" a nivel en la Provincia. Táctica que puede traerle más de un dolor de cabeza, según le advierten sus viejos compañeros de ruta (los de antes, no los advenedizos de ahora).
De los aliados que eligió para protagonizar su aventura del 3,5%, ni siquiera vamos a hablar, porque no valen la pena.

En el año 2001, Izquierda Unida (MST + PC) obtuvo 276.571 votos, un 5,21% del total. En 2003, los números fueron parecidos: 263.379 votos y 4,63%, y aún así, las dos veces, el sistema de representación proporcional le impidió llegar a conseguir una banca en el Congreso.
En ambas oportunidades, Izquierda Unida puso a toda su militancia y al por entonces amigo Banco Credicoop, al servicio de la elección. Contaba con fiscales en todo el primer cordón, y en casi todo el segundo. No alcanzó.
Teniendo en cuenta estos antecedentes no tan lejanos, los "sondeos" que hoy por hoy le otorgan a Martín Sabbatella (o a "Encuentro") un 5 % de intención de voto en la PBA, son lisa y llanamente un insulto a mí inteligencia.

La semana que viene vamos a intentar empezar a subir en OMIXMORON entrevistas y opiniones de dirigentes peronistas moronenses y otros no peronistas que acepten el convite, (me comprometo también a publicitar los nombres de los peronistas que se nieguen).