El bonapartismo fue una maquinaria generadora de propaganda política que no estuvo exenta de las exageraciones propias de la disciplina.
A Napoleón Bonaparte la sanción de lo que consideró "su" Código civil, le permitió compararse con los grandes soberanos conquistadores y legisladores de la Antigüedad, como Hammurabi, rey de Babilonia, o Justiniano, Emperador romano de Oriente.
El artista plástico que mejor tradujo la gloria y la grandeza de Napoleón fue el pintor militante Jean-Baptiste Mauzaisse (1784-1844). En una de sus obras retrata al Gran Corso, escribiendo el Código Civil mientras el padre tiempo se apresta a colocarle una corona de laureles.
Cuando, en su exilio de Santa Elena, Bonaparte contemplaba lo que había sido su fabuloso destino, supo decir: "Mi verdadera gloria no consiste en haber ganado cuarenta batallas: Waterloo borrará el recuerdo de tantas victorias; lo que no será borrado por nada, lo que vivirá eternamente, es mi Código civil".
En Argentina, una abogada platense acaba de confirmarnos que el "Modelo" de acumulación de matriz diversificada con inclusión social, acaba de ser sepultado. El Waterloo del ajuste de facto del salario, vía inflación+devaluación, de la perdida incesante de puestos de trabajo, el crecimiento de la desocupación y la precarización laboral de los indices de pobreza e indigencia que mas pronto que tarde saldrá a la luz borrarán el recuerdo de su existencia, por eso apuró el tramite de "su" Código Civil.
La Nueva linea histórica será Hammurabi, Justiniano, Napoleón; CFK... (sin remate).
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