La acumulación frentista y las debilidades del sistema político
La nitidez bipartidista que quedó eclipsada partir de la crisis de 2001 desembocó en una “reconstrucción” posible (y precaria) del orden partidario: el pan-radicalismo y el pan-peronismo como los arcos políticos fragmentados que reflejaban esa mayor “liquidez” a la que arribaba la representación política luego del “que se vayan todos”. En ese sentido, la “vuelta de la política” mentada por el kirchnerismo como instancia fundante de su propio dispositivo de poder estuvo menguada, en la práctica, por los condicionamientos de una sociedad que aceptaba la nueva representación existente pero la sometía a constantes “peajes electorales” de impronta dosmilunista que terminaban horadando la piedra dorada de cualquier hegemonía. Quizás la volatilidad del 54% obtenido por Cristina en 2011 sea el ejemplo más significativo de este proceso.
Esa reformulación de la representación implicó también un quiebre de los criterios de construcción política hacia el interior orgánico del “partido radical” y del “partido peronista”: si la autenticidad partidaria había sido relativizada por la sociedad a la hora de votar, entonces el “eje partidario” no era ya lo que ordenaba el perfil de los candidatosni de la competitividad política, y tampoco de la acumulación territorial. Se produce una fractura conceptual interna de la acción política entre quienes optan por el “partido” y quienes optan por el “gobierno”.
Este quiebre se ve con claridad en el esquema panradical por su menor dominancia electoral frente al panperonismo: existe un radicalismo de gestión (gobernadores, intendentes) que colisiona con el radicalismo partidario a la hora de fijar estrategias y alianzas de acumulación territorial y de viabilizar un proyecto de poder. En la Argentina pos-2001 volvió el Estado, pero los partidos no, y esa contraseña define -haciendo un corte transversal sobre toda institución partidaria- como se construye representación.
En el arcopanperonista esa debilidad estuvo disimulada porque el peronismo se adaptó mejor a esa representación más resbaladiza y compleja que arroja el 2001 y supo ser un eficaz partido de Estado con Menem y Kirchner, pero existe.En este aspecto...
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