lunes, 31 de octubre de 2011

"negociación, conflicto, divisiones"

Mientras esperamos la llegada de la noche para ver el final de "El Elegido, el culebrón de Echarri y Krum leemos la entrevista de Natalia Aruguete y Bárbara Schijman al sociólogo Denis Merklen para Pagina12 

P –¿En qué se diferencia el trabajo del empleo?
DM –En la Argentina no hay un déficit mayor de trabajo. Los cartoneros trabajan, la gente que se moviliza en los barrios alrededor de la actividad política trabaja, son actividades que permiten ganarse la vida, pero ninguna de ellas constituye un empleo.
P –En el tipo de relación entre el Estado y las clases populares que describe, ¿cómo define al clientelismo?
DM –No hay que dar por hecho el clientelismo. Este tipo de relación del Estado y las clases populares necesita de intermediarios en el sistema político, como organizaciones sociales, partidos políticos, punteros, ONG, gente que intercede entre la persona, el individuo, la familia y los recursos que son controlados por el Estado. En el sistema político argentino, particularmente, la función de esos intermediarios es, por un lado, identificar quiénes necesitan la ayuda con mayor o menor urgencia y decidir a quién se le da y a quién no. Es un problema estructural que forma parte de las instituciones del sistema político argentino. Son relaciones entre quienes necesitan de los recursos que controla el otro y entre quienes, al mismo tiempo, tienen para dar su acción política. Poseen un capital porque son ciudadanos. Esa decisión política nunca puede ser “comprada” definitivamente. Es un proceso continuo de negociación, conflicto, divisiones, que le da a la relación de las clases populares con la política, y a la relación del Estado con las clases populares, una forma muy distinta de aquella que da la idea de derecho social y de instituciones que no se sirven de mediadores sino que simplemente piensan al otro como un ciudadano y dicen: “Esta persona tiene derecho a esto y punto”. Y alcanza con que la mujer embarazada presente su test de embarazo para tener derecho a su licencia por maternidad.

1 comentario:

rib dijo...

El servicio militar fué el empleo público del bonapartismo hasta su derrota en Yalta. Entonces el Estado de Bienestar del Laborismo inglés de la posguerra hizo del servicio militar - con sus organizaciones, sus hospitales y pensiones - un servicio civil.

Merklen está en lo cierto ya que con el desguace de aquél a fines de los 80 la mediación del servicio civil se privatizó de hecho en una multitud de ONGs.

La pregunta es si los "códigos" de la microplítica conurbana se pueden o no ensamblar con la "seguridad jurídica" de nuestros encumbrados constitucionalistas.

Curiosamente en el esquema corporativo justicialista el que no es sindicalista o cura volvió a ser un "militante" y ya no un trabajador social.