lunes, 9 de abril de 2012

caperucita (o para que no nos mintamos encima)

El lobo feroz toma a Caperucita Roja de la mano con fines poco honestos y le dice: "vamos atrás de ese árbol". La joven le responde: "a mi Mamá no le gustará...", pero rapido de reflejos el lobo trata de tranquilizarla murmurándole al oido: "...a tu Mamá le encantó". Ydel dicho pasan al hecho, ni que hablar de como disfrutaron ambos dos. Después del affaire, Caperucita sigue caminando rumbo a la casa de la Abuelita sin darse cuenta de que su traje había quedado bastante sucio y lleno de polvo. De momento se encuentra con el leñador que al verla así le pregunta: "Caperucita, Caperucita, ¿Qué te pasó?" y esta le contesta:  "Caperucita no sr. Leñador, a partir de ahora me hace el favor de llamarme: señora de Feroz".
Llegó el momento de admitir que la Caperucita estaba grandecita desde el momento en que empezó el tocuen,  a la vez que el Lobo que se morfaba el mundo en realidad era bastante gil, y asi desangelar (o humanizar) a cada uno de los personajes de los cuentitos de hadas y príncipes azules y princesas encantadas que guardamos en el fichero bajo el eufemismo "relatos"

Dijo el hijo de la Delfina y el Pancho que es de los pocos del otro lado del río interior que tiene los pies en la tierra

"al kirchnerismo no se lo empezó a criticar por lo que decía, sino por lo que hizo. No es “el relato” la causa del enfrentamiento sino la consecuencia de una práctica."

"Somos grandes, mis amores. Uno puede, si tiene ganas, mentirse. ... Pero cuando se pierde, en el análisis social, la visión de conjunto, que no es una acumulación de coyunturas, ni el encadenamiento trágico de todas ellas, sino un olfato para el humor social, entonces, la mentira tiene entidad de metáfora gastada y se hace, la mentira, de patas cortas"


Para aliviar la trama. Con perfectos buenos y perfectos malos que ahora agrega, en la megadenuncia, grises:... Y al poner grises, matices, sutilidades, sí que con un lenguaje patético de novelísimos cachafaces, esbirros y mafiosos; puso también un mojón sobre la nueva etapa: la del fin de Blancanieves, el comienzo de los matices.
La cosa se complejizó.
Es natural."
Aquí estamos machacando (más que a otros a lo amigos progresistas y a las jóvenes generaciones que se incorporan al movimiento nacional) que no se sientan que han caído en una trampa (Manolo Barge suele llamarle: "miedo a perder la virginidad"), por el contrario crecer, madurar en términos políticos es asumir la naturaleza humana de los humanos que hacen política y abandonar el maniqueísmo interpretativo por que es ofensivo a la inteligencia nada más.

Solemos (hablo en plural por que aflojé con las pastillas que me traen a la realidad) cerrar los posteos con la fresecita: "complejo si, confuso... confuso NO".

Señora de Feroz


(Rogelio Botanz)
Érase que se era que una vez
una niña perdió el sueño
le enamoró en la noche una canción
aullidos de desamor.
"El lobo ha de ser mío, ¡oye mamá!
o moriré en el intento,
por conseguir el suyo soy capaz
de ofrecer mi corazón".

Y se plantó frente al lobo

con su mirada bañada en cielo
"No le temo a la bestia
de que presume, señor feroz,
no me espera mi abuela
ni ando perdida, busco a un cordedo,
al que asoma en sus ojos
tras un aullido de desamor"

"Y guárdese para otras el terror

su pose y sus argumentos
siéntese si es valiente a escuchar
mi historia es mucho mejor,
atrévase si es bravo de verdad,
no morirá en el intento
y si no le gusta el cuento al final,
se cena mi corazón"

"¿Dónde se oyó que un lobo, si es de ley

le tuvo miedo a una niña?
Me tragaré tu historia y al final
me trago tu corazón"

Y saca de una tarrita dulce miel

y se la extendió en el pecho,
fue comiéndose a besos, ya la vez,
pezuñas, orgullo y sed,
y el lobo fue dejándose la piel
en brazos de aquel tormento,
de un "te quiero al oído" de un " a ver
si encajas todo este amor".

Y colorín colorado,

entre suspiros acaba el cuento,
esta historia increíble
de un viejo lobo que sucumbió
devorado en los labios
de la boquita de una princesa
que siguió fiel el pulso
firme latir de su corazón.



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