Sergio "el refundador"

Estuve ahí, en el cierre de campaña de Sergio Massa. Sentí que no podía faltar. 

El tipo le da en el clavo a la estética y las inquietudes clasemedieras (aun las de sectores medios altos) sin oponerla a aquellos de menores ingresos, más típicos del peronismo. 

Supo hacerse de una fama de gestor eficiente en la Anses y luego quemó una buena parte de ese capital político acumulado en la jefatura de gabinete de un periodo por demás complicado, aunque es posible que no se haya desgastado tanto, al menos es lo que se aprecia en las encuestas y en mas de un análisis que lo señala como un gran ausente de la puja electoral en la Provincia de Buenos Aires.

Pelea hoy su territorio, ese lugar en el mundo desde donde uno asienta sus pies para saltar a nuevos escenarios.

Como todo gobierno Municipal, el suyo en Tigre tiene luces y sombras. El 14 de agosto delata que el vecino del lugar, que lo reelige abrumadoramente, evaluó que supo colocar muchas luces disminuyendo el cono de sombras a una mínima expresión.

Quizás por eso se da el lujo de prescindir de la idea de la refundación en el orden local, al extremo de declararse continuidad de aquellos que tuvo que batir para llegar:   "Supimos cuidar el legado de Ricardo Ubieto y supimos avanzar en mas".

La idea de refundación, me decía un viejo medico, que vino a la Argentina después de la segunda guerra mundial, es nefasta para algunas cosas, especialmente para un país,  "en 1955 vi como se quemaban las sabanas y frazadas en los hospitales por que llevaban inscritas el nombre de la unidad ("Hospital Evita" "Presidente Perón", etc,) sin reponerlas y exigiéndole al enfermo que se traiga de la casa una". Un país así tiene que volver a empezar cada mañana,   pierde tiempo, recursos y  el impulso que se imprime es en dirección al estancamiento. 

Juegan detrás de esta idea (re fundacional) la de conservadurismo y progresismo, especialmente las de raíces europeas que distorsionan la correcta lectura de la realidad argentina. Partida en mil pedazos, por nuestra cultura,  la simplista y absurda división entre izquierdas y derechas  y políticamente por el fruto maduro de ella:  la bestia peronista.

Puede resumirse la postura en la afirmación "todo antecesor fue nefasto", nada de lo que hizo sirve por eso es necesario derribar todo lo hecho y construir algo nuevo. 

Esta acepción del termino "refundacion" que quizás en un tiempo tuvo asidero ha trocado en maña entre nosotros y es tiempo de ir liberándonos de ella, para conjurar el peligro del "volver a empezar" todos los días sin solución de continuidad.

Sin embargo hay otra visión de refundación en la que el concepto no aparece como una fuerza negativa 

 El Diccionario del Español Actual define de la siguiente manera: “Transformar radicalmente [una institución u organización, especialmente un partido político] adaptándo[los] a las nuevas circunstancias.” Así que, primera aclaración: refundar no es romper ni refundación equivale a ruptura. Por supuesto, refundar no significa salir de un partido para crear otro; refundar significa transformar una organización para adaptarla a una nueva situación. Por tanto, segunda aclaración, la refundación entraña una continuidad del mismo partido, o sea, del partido refundado con el objetivo de hacer frente a las nuevas circunstancias. (sobre la refundación del PSOE en los 70, cliquear aquí)

Sergio Massa pertenece a ese tipo de hombres y mujeres que brotan de la arena política después de 1983. Con beneficio de inventario respecto de viejas luchas y enormes errores que nos llevaban a derrumbar un edificio nuevo todos los días para empezar a construir otro pero nunca iba a ser utilizado por que antes de inaugurarlo venía un sucesor a tumbarlo sin mas solo por ser símbolo de lo viejo.


Su pertenencia es a un tipo de dirigentes (en su mayoría peronistas, aunque no en su totalidad, de mediana edad, con gestión más que mostrable y llegada masiva a la cada vez más compleja población) que encarna esta idea de refundación política como continuidad, a la que le agregan los atributos personalísimos de exitosa comunicación con el presente y de buen dialogo con el futuro. 

El acto me dio la pauta de lo que viene. Massa es uno de esos jóvenes coroneles de futuro promisorio, que no anda obligando a cantar la marcha peronista a las mayorías, ni escondiendo su condición  peronista, por el contrario -en su caso- desde una base insospechada de tomar el 17 de octubre como un día festivo encontró la forma de que la otredad le respete sus convicciones y que la ignore al momento de elegir gobernante. 


Definitivamente, ha preferido ser uno de los primeros de lo nuevo y no estar entre los últimos de lo viejo.

cobertura de "El Argentino"

cobertura de "Infobae"