viernes, 28 de septiembre de 2012

Cuadernos del Delta (VI) -cultura de massa's-

(FAVOR DE NO DIFUNDIR)

Culturalmente hablando el bombardeo al que se sometió la presidenta ante un grupete de estudiantes de jarvar y yoryentoun -al que no se si no le hubiese gustado pertenecer en su momento de estudiantina- es un llamado a la interpretación jauretchiana que seguramente el secretario Coscia no va a hacer.

Mas allá de si el grupo estaba o no infiltrado no fue lo mas importante en terminos culturales, esto es si se acepta que la comunicacion oficial hace a la cultura,  al menos para quienes no se situan ni dentro ni enfrente del kirchnerismo. La para-sociología peronista ha escrito demasiado sobre el embelesamiento de ciertos sectores medios hacia las academias europeas y ahora las yanquis como para ser originales en ese punto. Aquí ya tomamos posición y dijimos que en este gobierno la dirección cuenta con demasiada academia y poca política y no me refiero a que no haya que enriquecer la funcion con el aporte de pensadores, intelectuales pero de alli a ser punto de ellos... hay una bocha.
Lo autenticamente grosso no fue esta rueda de señoragordismos contestados en la misma sintonía con universitarios privilegiados, tampoco pasó por la programación del Colón, en las AUH (léase subsidios) a películas  libros, etc, etc, sino en una misiva que el productor Rottemberg le dirigió al conductor Marcelo Tinelli, ambos en el ojo mismo de la rentabilidad empresaria mediática en estado puro, es decir el "minuto a minuto" que deja de lado todo atisbo de ética  y parece liberar de responsabilidad a quienes operan en esas condiciones.
Hace unos días viví una circunstancia que me encontró guardando cama. La televisión en cualquier momento de las jornadas diurnas o nocturnas se transformó en mi "siempre disponible" acompañante. Pensaba, mientras veía, en los diversos mensajes que me llegaban desde ese aparato. Pero hubo uno en especial, en la noche del jueves 13, que me provocó el “click” que da origen a estas líneas. Un "click" que tengo ganas de compartir, aún sabiendo del riesgo a correr. Sé que mis palabras pueden ser manipuladas en mi contra. Ya me pasó otras veces.

Soy un empresario privado y deseo el bienestar de todas aquellas empresas que se desarrollan en su quehacer cotidiano. Por el crecimiento de ellas y de aquellas fuentes de trabajo que las mismas generan.


Por otra parte, considero que la actividad del espectáculo debe ser amplia y heterogénea en propuestas para conformar gustos de todo tipo de espectador (sin olvidar, claro, que fabricar contenidos masivos no es lo mismo que fabricar broches). Diferente resulta el comportamiento del público pagante, que debe movilizarse y cumplir requisitos de costos y restricciones por edad para presenciar un espectáculo, al de la televisión que ingresa sin filtros a todos los hogares. Por eso, creo que entre los medios, éste es el que más debemos observar, sin olvidar que todas sus ondas pertenecen al Estado y que se otorgan a empresas privadas como beneficiarias por períodos definidos y con pautas a cumplir. La propiedad no es en ningún caso indefinida.
En tantas horas de cama me pregunté por qué los licenciatarios de la tele eligen contenidos que evitarían para sus familias. Para ser más claro, estoy seguro que no expondrían a sus seres queridos a los tormentos del rating a cualquier costo como lo hacen con otros. Evitarían con seguridad, por ejemplo, que sus propios hijos jóvenes mendiguen de famosos en realities varios, tirados sin hacer nada, paveando en tiempo real, con una valentía reducida a mostrarse de cualquier modo sin pudor alguno.
Tinellización. Sin dudas, esa denominación da cuenta de quién es el máximo exponente en la materia, incluyendo el término cuando nos referimos a la política, al tratarla como mero espectáculo, regida por sus mismas leyes frívolas y faranduleras. También, bajo pretexto de entretenimiento, hemos visto en un combo perfecto, cómo se transformaron por pantalla “minuto a minuto” enfermedades privadas en públicas, golpes, traiciones o insultos en moneda corriente, personas de poco talento en famosos por el hecho de tener dinero. Vimos nacer íconos de la juventud por jactarse de ignorantes, violencias familiares expuestas, personas con discapacidades (incluyendo las que no se notan en lo físico) y siguen las firmas… La colaboración con instituciones o el “interés desinteresado” en exponer el talento no alcanzan como argumentos para quienes disponemos de las herramientas culturales que nos permiten comprender los contenidos que nos transmiten. Unos mensajes amplificados a más canales propios y ajenos, y a demasiadas horas de lo mismo. Una vez más, y como en tantas otras cosas, se juega el partido con(tra) los más indefensos.
El "click" me llegó el viernes de madrugada, cuando escuché en el repiqueteo mediático diferido que también intentaban subestimarme como ciudadano. En medio del show bizarro del todo vale y a cualquier precio, la voz del conductor, uno de los mejores en su oficio, advirtió, al término de manifestaciones públicas sucedidas esa noche, sobre la importancia de que "los argentinos evitemos la violencia" y tantos otros conceptos que comparto.
Sólo que para ser coherente, sería oportuno verlo salir de ese ring permanente de impunidades y agresiones, generadas de antemano a partir de una digitada selección de un elenco que garantice, justamente, lo que su discurso del jueves 13 manifiesta querer evitar. Asumo entonces aquí mi derecho y responsabilidad ciudadana de responder a ese llamado público manifestando lo que me provocó. 
 http://teleshow.infobae.com/notas/672712-Rottemberg-hablo-de-la-dura-carta-que-escribio-sobre-Tinelli.html

Ruptura y Continuidad

Si queremos avanzar debemos asumir que hay tiempos históricos y métodos de lectura de la realidad que una vez que se agotan ya no regresan ni tienen vigencia o eficacia, se impone decir adiós a los nostálgicos jauretchianos y a gramscianos para descifrar el contenido de la carta.

La política cultural del +ismo -o de cualquier fuerza que apunte a gobernar algo mas que un municipio- debe empezar a hacerse ciertas preguntas incomodas. Tinelli divierte, pocos lo hacen, pero... ¿a  que costo?. Es fuerte la opinión de que hay que  reemplazar su impronta, cuanto antes melhor,  con productos culturales de masas  para que  la carga de contras que agregan al acervo popular no sigan superando al unico pro que acredita que es el entretenimiento asegurado.
Con el peronismo en Argentina murió la cultura de minorías por intensas que fueran, el tiempo y nuestra paciencia terminaron con todos los intentos de reponerlas al frente de las decisiones, somos por definición lo antagónico del elitismo, para bien o mal.

Rogamos Absoluta Reserva, material solo para circulación interna

Yo quise subir al cielo para ver
y bajar hasta el infierno
para comprender
qué motivo es
que nos impide ver
dentro de tí
dentro de mí.

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