No son buenos tiempos para esperanzas naranjas o amarillas en la PBA

Morales Solá y Verbitsky quedaron al margen este año que pasó junto a toda la significación maniquea setentista que tuvo en nuestro país una vigencia inusitada. Con ellos se van -por fin- las viejas profecías y sus respectivas demonizaciones

y si viene un río gris

que separe al mundo en dos

quisiera quedar del mismo lado, nena, 

que vos....

Carlos Pagni y Jorge Asís, en cambio, fueron dos de  las plumas que mejor describieron el derrotero kirchnerista desde 2009 hasta la fecha, sin quedar exentos del todo de errores de apreciación. Para este escriba, hoy por hoy, son los top del metier periodístico.

Paradójicamente necesitan (Pagni y Asis) estirar lo mas que se pueda la pervivencia virtual del kirchnerismo porque el grueso de sus conclusiones corre el riesgo de caer en anacronía frente a una realidad que se muestra dinámica por demás. Desaparecido el kirchnerismo tendrán que esforzarse por re-atrapar la cotidianidad política y correrán el riesgo -de no acertar- de dejar de ser imprescindible lectura al momento de formarse una opinión.

Quizás este último sea el motivo de mayor peso que lleva a ambos  a advertirnos que no hay que dar por muerto al kirchnerismo. Si el kirchnerismo pierde definitivamente el centro del ring  deberán empezar de nuevo y eso es algo que le cuesta a cualquiera. O quizás sea porque aquellos que están en condiciones de pararse de manos en el centro del ring no son los que ellos hubiesen deseado que fueran. Por lo que fuere optan por advertirnos de la existencia de un kirchnerismo muleto de Freddy Krueger, el personaje que es muerto diez veces y se las arregla para revivir en once oportunidades.
 

Ante el cambio el todo se reordena imperceptiblemente bajo otros ejes que tendremos que descifrar.  El mismo río y, sin embargo, tan distintas sus aguas, Heráclito dixit. 

A contrapelo del apercibimiento de Pagni y Asís en la sesera del político de a pie se refuerza la certeza de que la hegemonía kirchnerista llegó a su fin, esto se traduce en sigilosos movimientos de mas de un leal oficialista.

El fundamentalismo cristinista por si solo, si no consigue un candidato con expertise militante y con territorio no puede mas que repetir la performance que el marciano Moreau consiguió para los radicales, será el candidato del 2%. Un candidato propia tropa de peso ayudaría a mantener la fantasía un tiempo mas, pero no aparece y es posible que nunca vea la luz. Las construcciones personalistas y centralizadas suelen no dejar sucesores.

¡Con ella, todo; sin ella, nada!
Para qué viajes,
cielos, paisajes,
¡Qué importan soles en la jornada!
Qué más me da
la ciudad loca, la mar rizada,
el valle plácido, la cima helada,
¡si ya conmigo mi amor no está!
Que más me da...

El análisis del costo beneficio de la alianzas de cara a 2015 indica que hoy el kirchnerismo es mas fuerza de gravedad que arrastre hacia arriba.

El principal perjudicado es quien quiso ser el candidato natural de una década que de antemano balanceó "ganada".

Daniel Scioli, aquel que remedó a los empleados de Enron que apostaron a las acciones de la compañía a la que servían, parece ser el candidato obligado de la coalición efepeveista aunque esta -y el con ella- se devalúa mas rápido que el peso. Al gobernador no le queda otra que pararse en el kirchnerismo supérstite y al kirchnerismo a lo que quede de Scioli.

Scioli es de hecho el nuevo jefe del kirchnerismo y es mejor que los kirchneristas pongan ya mismo sus fichas en ese casillero antes de quedar en Pampa y la Vía. Si Scioli no se diferencia del Scioli sumiso y si los kirchneristas no le muestran respeto como ha sucedido hasta ahora, pierde Scioli y pierde el kirchnerismo la continuidad con posibilidades.

El massismo ya se diferenció de ambos proyectos. No tiene que rendir cuentas a la sociedad por ello.

El panorama es incierto desde el oficialismo,

Insaurralde se despega de la suerte del kirchnerismo y parece dispuesto a sumarse al también a las PASO mas prometedoras del 2015, la de la gobernación de la Provincia de Buenos Aires por el Frente Renovador compitiendo con candidatos como los que ya se anotan: Darío Giustozzi, Gustavo Posse, Joaquín De la Torre, Gilberto Alegre y Jesús Cariglino.

Julian Dominguez se despega de Scioli con un "no me representa y no es mi candidato. Prefiero a un candidato que tenga unidad básica, militancia política y experiencia en la pelea política". Tira y afloje de los que no quieren entregarse a precio vil pero que llena de polvo el vestido inmaculado que piensa calzarse Scioli candidato.

En la rutas bonaerenses alguien bajó los carteles de Massa y los que decían "Julian (Domínguez)2015", los de Vidal quedaron. No caben dudas, el sciolismo es continuador de la construcción adversarial K: el sobre valorado macrismo. Un contrincante electoral conveniente, por lo muy pichi, que llegado el momento extrañarán.

El PRO, ese viejo socio del kirchnerismo en el negocio del país dividido, se dispone al abordaje del acorazado bonaerense. Jugada obligada porque saben que no hay chances sin mojar un 20% en las secciones electorales conurbanas 1ra y 3ra. El único que va a salir ganando en la movida es Duran Barba que engordará su billetera. Congratulation Jaime.

Desde el Macrismo  avizoran que Macu Vidal no alcanza ni para asustar un ratito, por eso suman a del Sel en verano y el resto del año le brindará apoyo espiritual Sergio Bergman. Celosos custodios de sus nombramientos, dietas y demás emolumentos en CABA no pueden decir en voz alta aquello que se ve desde el espacio.  El problema no es el lugarteniente sino el mismísimo Maurizio que no alcanza a ser visto por las y los bonaerenses mas que como un buen ex presidente de Boca Jrs. Esto no cambiará de aquí a 2015 por mas marketing y globos amarillos que suelten al viento. Fin del intento y para peor con el kirchnerismo agotado que ya no tendrá fuerzas para subirlo al escenario nacional.

El increíble (por lo poco creible) presidenciable Macri es una apuesta del cualunquismo porteño tan fantasiosa como desesperada, equivalente a apostar por un seleccionado asiático como campeón del mundial de futbol.

El problema es Maurizio y su impronta: la sumisión de la política a los publicistas contratados por el en combinación con las técnicas de supervivencia de los cabecitas negras del conurbano que "tiene un electorado posmodernamente castigador, amortizador, que conoce la identidad hacia la cual replegarse, pero que ya hace rato que no canta la marchita" al decir de Luciano Chiconi.

El macrismo de la PBA sabe que tiene dos salidas o se funde en el massimo o se toma un avión en Ezeiza y se raja del pais. Eso explica los roces entre los dirigentes porteños y los que tendrían que fogonear la candidatura imposible de jefe de gobierno porteño. Sin ir mas lejos previo al clásico River -Boca se putearon de lo lindo los primos via celular (ver http://www.lanacion.com.ar/1660790-pelea-entre-primos-mauricio-y-jorge-macri-a-los-gritos)

Desde el massismo al PRO no podemos mas que tratarlo con dulzura, en el fondo lo queremos. Pensamos tanto en esa fuerza que le hicimos este pasacalles

Me despido hasta mañana.
Los quiero a todos