lunes, 18 de agosto de 2014

¡chapeau, Wainfeld!!

"El universo conspira contra nos" y poner al país como paladín de la lucha contra los malos del universo es la síntesis del "increíble" (por exagerado) relato del presente en boca del oficialismo. 

Sergio Crivelli en La Prensa tituló hier “El problema es económico, pero el gobierno busca terroristas”.

Cruel en el cartel, la propaganda manda cruel en el cartel, y en el fetiche de un afiche de papel 
Lucas Carrasco (que escribe estos posteos) diluye la ilusión: "Recuerden que (CFK) dijo en cadena obligatoria que Argentina está como la Franja de Gaza, pero con misiles financieros. Y que los periodistas le tiran balas de tinta. Y que Clarín había secuestrado los goles. Y que Sábat le hizo una caricatura cuasimafiosa. Y que los Generales Mediáticos y todo ese delirio megalómano que tiene...". A la saga del combate de los fondos buitres contra el modelo nac&pop ahora se agrega el cierre de  Donnelley presentado como acción sinárquica que busca presionar al Gobierno a pagarles a los holdouts.

Jorge Fernández Díaz (desde La Nación) nos cuenta que “La borrachera nacionalista duró menos de lo esperado y las amargas consecuencias de esa alegría delirante y de esa temeridad vacía llegaron como un calambre en el estómago y como un devastador dolor de cabeza”. “Hoy casi el 80% de los encuestados quiere “seguir negociando” o directamente “pagar la deuda”. Sólo el 13% coincide con el Gobierno". “El kirchnerismo venía como bombero y corre el riesgo de terminar como pirómano”. 

Se desde donde escribo, vivo de un sueldo, me subo al Sarmiento, cuando entrás al barrio donde crecí el que el GPS del auto te avisa "está ingresando a zona peligrosa". No me confundo, se lo que soy y lo que los demás creen que soy. Creo en lo que quiero creer, al igual que mis vecinos y amigos, aunque algunos peronistas y no peronistas interpreten que eso equivale a asumir que soy engañado permanentemente por los peronistas. El antiimperialismo abstracto no pega tanto en algunos sectores de la sociedad como la conciencia de que nos estamos enfrentando al desempleo y la poda del salario para los que aún lo conservan junto al temor de ser suspendido. Tratar de direccionar ambas  percepciones, por ejemplo, midiendo imagen de CFK después de aumento anual y medio aguinaldo, para que concluyamos una "recuperación" por el acierto en enfrentar a los culpabilizados y luego creérselo puede quitar la mascara popular del gobierno en menos que canta un gallo.

El cierre de la imprenta Donnelley es un buen ejemplo de como un lock out (en este caso bajo la forma de una quiebra a todas luces fraudulenta) puede convierte en el  en la pirotecnia verbal  presidencial en un atentado terrorista.

El abogado laboralista Mario Wainfeld sabe de lo que se está hablando y decide, por primera vez en meses, no ser de la partida: “la oratoria oficial mencionó la ley antiterrorista, abriéndose un flanco criticable que será mejor evitar con buenos recursos”. Esa sola oración, en el marco de un extenso escrito laudatorio para el gobierno, vale un ¡ chapeau, Mario!!.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El problema de todo es comerse la propia propaganda o no distinguir el discurso "para afuera" y el "para adentro". Los trenes fueron un ariete en el 54% pero una parabola entre la realidad y el discurso. Entró en juego, o llego el momento del balance, los resultados concretos de esta década. "El palermo k" y la militancia de calle de tierra. Soy abitué del 3 cordón, ja, que vio como la gente muy relegada festejaba el asfalto, cloacas, agua corriente, gas, accedía al trabajo y la asistencia social. Y hablamos en pasado desde la centralización en nación.