viernes, 29 de agosto de 2014

El otoño del bruerismo

¿Está permitido a todo el mundo saltar al catch all FR como si tal cosa?.

¿La Renovación es un rotulo tan permeable que permite el ingreso de aquellos sectores y figuras que le quitan dimensión simbólica a la patriada del año pasado?

¿En que momento se vació la audaz consigna fundacional expresada en el prudente: "a algunos vamos a tener que renovar".

¿Ha llegado el momento de apostar en la entrada sendos patovicas para evitar que se cuelen los que suman poco y espantan mucho?. Y si esta respuesta fuese si, ¿en base a que criterios?

Para el caso de la Provincia de Buenos Aires, ¿es tan grande el caudal que se necesita para asegurar la victoria nacional que nos condenamos a amontonar, haciéndole perder coherencia al discurso que hasta aquí veníamos construyendo?.

Da vueltas por los mentideros el rumor de que el Intendente de La Plata está en posición "garrocha en mano" y se apresta a usarla.

Los hermanitos Bruera, epítome platense de la no política disfrazada de "vecinalismo", cultores  del "de la suerte de los demás se ocupa Dio's, ocupemonos de la nuestra",  mas de una vez se han cobijado cómodos en la re-interpretación mezquina del mandato platense de prestarle mayor atención a La Plata, torciendolo hasta darle prioridad al interés de los Bruera, después los Bruera y por ultimo el del bruerismo.
En realidad los Bruera que se dedican a no-administrar La Plata son tres, Pablo, Gabriel y  Raúl Kraiselburd, el director del diario El Día que ya es considerado "como de la familia". El secreto mejor guardado es aquel que esconde el vehiculo desde donde cada dos años renace y se difunde la "brueramanía". El diario local es una pagina experta en invisibilzación dirigencial a costa del presupuesto municipal y forma parte esencial del aparato que mantuvo a flote a la singular experiencia.

¿Porque le digo NO a los Bruera y a los otros SI?
Ensayemos una respuesta rápida, tomando el ejemplo de Pablo, que es el prototipo del argentino chanta, el criollo pícaro, es la imagen que ha instalado de el mismo, un tipo que no descansa hasta derribar, sin principios ni piedad, al que se le pone enfrente. Un personaje a lo Frank Underwood , preocupado mas por la subsistencia propia que por la previsión del reflujo de las aguas y sin compromiso verdadero con la lucha anticorrupción, allí donde el manda. 
 
Pablo es, también, el tipo que sirve de pretexto para poner sobre la mesa el viejo interrogante sobre los limites  de la construcción política, en nuestro caso de la renovación.

Como no abrirle las puertas  al joven intendente capitalino? que además de "joven" tiene gestión (pongamosle que  "preferible a la de Scioli" al menos, sino esto se convierte en ejecución sumaria).

La juventud medida en "escasez de años calendario" es una virtud que suele perderse con el transcurso del tiempo. "Lo joven" para un renovador, ya lo tratamos, es atrapar el espíritu de lo que -inexorablemente- viene y dejarse llevar por el. Y lo que viene en el plano de la competencia política, en el sistema político es lo plural, la tolerancia, el respeto, la moral, el desalambre, el espiritu competitivo, el asumir el riesgo de perder, el abrirse al debate... Y Bruera está lejos de aceptar las nuevas reglas por mas "joven" en edad que sea, quizás hasta firme un compromiso publico pero será, no por convencido, sino para ver si sobrevive a la oleada de jubilaciones anticipadas que se avecina.

Dicen por ahí que la desidia, la corrupción y la imprevisión de la inundación causaron el declive que llevó al bruerismo a la derrota del 2013. Una derrota electoral no es sinonimo de "Fin de Ciclo", las razones de nuestro No al bruerismo tendrán que estar en otro lado. 

Alguna vez Sergio Massa sugirió que "el limite de la costrucción del FR es la moral". Y en el imaginario Bruera no es inmoral, sino pre-moral, que está antes de lo moral o lo in-moral. Se fija el objetivo - a menudo no muy elevado- y corre presuroso tras los medios para conseguirlo sin abrirles juicios de valor.

Creo que  la contradicción de colocar palmas y ramas de olivos a su llegada y lo que se predica desde el FR no es secundaria por lo tanto no puede resolverse solo con buena voluntad y un "hacete el boludo".

La formula "combinar lo útil con lo agradable" sirve para el "armado" pero solo funciona cuando lo útil es útil, mas cuando se sabe que agradable no es.

El problema es que la fama del bruerismo lo antecede y el "Compre Bruera" es cargarse esa fama pre-moral (de fines discutibles y medios que avergüenzan) que han sido el secreto del derrumbe de lo viejo y su superación la gran promesa de la renovación. ¿Tiene el massismo en formación la capacidad para asimilar el tóxico sin descomponerse a los ojos de sus electores?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Recuerdo antes de la muerte de NK, las fotos de la supuesta renovación. Masa, Urtubey, Bruera, y otros. Después se acallaron, pero no entiendo por qué ahora lo rechazarían si antes eran el sub 50 o 40?
Son las encuestas? Liliana,

OMIX dijo...

No, no son las encuestas. Hemos evolucionado