domingo, 2 de septiembre de 2012

sobre planes de viviendas y cortinas de humo

“El obispo guardó un momento de silencio y luego se volvió bruscamente hacia el director del hospital y le preguntó: 

- Dígame, señor, ¿cuántas camas cree usted que cabrían sólo en esta sala? 

- ¡En su comedor monseñor?! –exclamó el director estupefacto. 

El obispo recorrió la sala con la mirada y pareció hacer en ella con los ojos mediciones y cálculos.

- Cabrían bien veinte camas – dijo, como si se hablara a sí mismo; luego añadió, elevando la voz-. 

Escuche bien Ud. señor director del hospitallo que voy a decirleHay, evidentemente, un error. Ustedes, entre enfermos y quienes los atienden, son veintiséis personas hacinadas en cinco  pequeñas habitaciones. Nosotros somos aquí tres y tenemos lugar para sesenta. 
Hay un error, le digo. 
Usted ocupa mi alojamiento y yo ocupo el suyo. 
Devuélvame mi casa. 
Ésta es la de usted. 

Al día siguiente los veintiséis miserables se hallaban instalados en el palacio del obispo y el obispo en el hospital.

                                                                   Víctor Hugo, Los Miserables, 1862

2 comentarios:

Pablo L dijo...

En algunas ocasiones pareciera que faltasen recursos, cuando en realidad hay recursos y la cuestión está en asignarlos correctamente.

guille dijo...

Expropiamos.