tócate otra, Sam

Algunos no quieren perder su centralidad, por eso niegan la posibilidad de pasar a segundo plano las explicaciones del universo que los colocan ahí en el centrito a ellos, con su insignificancia al aire pero declarados imprescindibles.

Le pasó al curato después de la teocéntrica edad media, tiempos aquellos en los que una cristiandad europea aburrida puso en tela de juicio que la tierra fuera el centro del universo, que el orden sea inmutable, y que Dio's haya mandado a los sotanudos de la inquisición a ser comisarios de las ideas.

Le pasó a los milicos sudacas una vez que el mundo ya no pudo suponer más la hipócrita doctrina de la seguridad nacional que hacía de asesinos seriales unos héroes nacionales derechos y humanos.

En fin, abro pagina12 de hoy y confirmo que la imperfecta condición humana nos lleva a la persistencia en el error. Los compañeros de ruta y algunos compañeros persisten en volver al envejecido -prematura y recientemente- cartabón gramsciano que comunicó (muy bien) la etapa que concluyó con la sanción de la ley de medios de comunicación audiovisual.

Esa batalla no concluye, como tampoco la lucha de clases ni cualquier otro mecanismo que explique como nos movemos como hombres y pueblos en el campo de juego de la historia, pero su utilización por parte de un gobierno peronista es instrumentalización pura, por cuanto solo se gana una batalla con el medio adecuado, entre otros y en el campo de las ideas aquel que explique esa realidad "que es la única verdad aquí y ahora" pormenorizadamente. Una vez dada esa lucha, cualquiera sea, esa cosmovisión se "autodestruirá" como la cinta de Misión Imposible en 5 segundos y como la serpiente en fin de época mudará la pelambre, cambiándola por otra fresca y adecuada a la nueva temporada.

Cualquier fijación en una demanda agotada es esclerosis.

Nunca, pero nunca dar la misma batalla dos veces, menos si en el trazo grueso está ganada.


Al Di Meola y el griego George Dalaras en "Hasta siempre comandante Gramsci"