miércoles, 27 de abril de 2011

Acerca de la elección de los vices (1ra parte)

Hace un tiempito la página Web del Departamento de Estado de U.S.A. publicó una nota de Michelle Austein -Redactora del Servicio Noticioso-, titulada: “El Proceso para seleccionar a un Vicepresidente ha evolucionado con los siglos”.

La nota está fechada dos dias antes de la polémica decisión del vicePresidente argentino de contrariar a la Presidenta Dra. Cristina Fernández en una medida cuya suerte final debía definir el Congreso.

La Sra. Austein también publicó otra nota fechada 3 días antes (14/julio/2008) de aquella noche triste para la Concertación argentina. El escrito se titula: Escoger al nominado a Vicepresidente es decisión política y personal del candidato a presidente”.

Omixmoron, en un esfuerzo sin precedentes en los anales del copy-paste, presenta hoy las notas completas en dos posteos que nos llevan a reflexionar sobre los modos y maneras de dale forma a un formula de un ejecutivo (nacional o provincial) para ir reuniendo elementos para hablar sin que se nos tilde de "chantas", habrase visto che.

He aqui el primero (el segundo a 13 hs)

Proceso para seleccionar a un vicepresidente ha evolucionado con los siglos

Antes un vicepresidente solía ser un adversario y no un aliado del presidente

Washington – Imagine si en las elecciones de 2008 los estadounidenses eligieran a un presidente demócrata y a un vicepresidente republicano.

Si los ejecutivos principales fueran de dos partidos distintos, para la Casa Blanca sería difícil presentar un mensaje unificado y las batallas políticas podrían causar retrasos en el proceso de gobernabilidad. Los fundadores del país aprendieron esta lección tras comprobarlo con la propia experiencia.

Originalmente, el candidato que terminaba segundo por la cantidad de votos en los colegios electorales era nombrado vicepresidente. Los fundadores del país parecían creer que esto aseguraba una vicepresidencia con credibilidad y del agrado de la gente y que quizá ayudaría en una sucesión ordenada.

Pero los creadores de la Constitución no anticiparon la creación de partidos políticos. En 1796, el federalista John Adams se convirtió en presidente y Thomas Jefferson, del entonces partido demócrata-republicano, obtuvo la vicepresidencia. En el cargo Jefferson asumió el papel de líder de la oposición y dedicó gran parte de su tiempo a planificar su campaña contra Adams para la próxima elección.

En la elección de 1800 Jefferson y su compañero de fórmula Aaron Burr pertenecían al mismo partido político. Sin embargo, Burr y Jefferson recibieron cada uno la misma cantidad de votos en el colegio electoral y las reglas indicaban que para romper el empate tenía que votar la Cámara de Representantes. Esto despertó animosidad entre ambos ya que la Cámara de Representantes votó más de 30 veces antes de elegir ganador a Jefferson.

Uno de los pocos deberes constitucionales del vicepresidente es emitir votos para romper empates en el Senado. Burr se enfadó con Jefferson y se dedicó a votar en el Senado para romper empates em contra de las decisiones del presidente.

Para evitar este tipo de problemas en el futuro, Jefferson se dedicó a lograr la aprobación de la 12ª enmienda de la Constitución de Estados Unidos en 1804. La enmienda determina que los candidatos presidencial y vicepresidencial deben presentarse juntos en una boleta electoral. La enmienda también especifica que las calificaciones para ser vicepresidente son las mismas que para el presidente, ser ciudadano estadounidense de nacimiento, tener al menos 35 años de edad y catorce años de residencia en Estados Unidos como mínimo. Además los candidatos presidenciales y vicepresidenciales no pueden ser del mismo estado.

Ensamblar la boleta se ha convertido en una difícil empresa política. Los líderes de los partidos se reúnen en convenciones para nominar a sus candidatos, escuchan las preferencias de los miembros del partido al seleccionar un nominado presidencial de una sección del partido y a un nominado vicepresidencial de otra facción. Como resultado, los nominados suelen estar en desacuerdo y los vicepresidentes suelen ser relegados a papeles minoritarios. También suelen ser reemplazados cuando un presidente se presenta a la reelección.

CAMBIOS DEL SIGLO XX

La era moderna en la selección de vicepresidentes comenzó en 1940, cuando el presidente Franklin D. Roosevelt rechazó presentarse para un tercer término a menos que el vicepresidente John Nance Garner fuera reemplazado por el secretario de Agricultura Henry Wallace. Los líderes del partido estuvieron de acuerdo y votaron por Wallace en la convención nacional demócrata.

Sólo una vez desde entonces un nominado presidencial ha dejado en manos de la convención nacional del partido elegiar al candidato a vicepresidente. En 1956 el candidato demócrata Adlai Stevenson dejó a los delegados decidir entre los senadores Estes Kefauver y John F. Kennedy. Aunque ganó Kefauver, Kennedy obtuvo una visibilidad importante que le ayudó a ganar la presidencia cuatro años más tarde.

Hoy el nominado presidencial toma la decisión de seleccionar un compañero de fórmula con el que se sienta a gusto. Los líderes del partido intentan influir la elección al sugerir candidatos que ayuden a equilibrar la fórmula y atraigan a votantes de distintas regiones del país o con diferentes antecedentes ideológicos. En principio, candidatos como el republicano Dwight Eisenhower en 1952, permitieron que los líderes del partido dieran una lista de candidatos adecuados de entre los que hacían su selección final.

Después de 1952, los candidatos tendieron a elegir a sus compañeros por su cuenta, invitando discretamente a posibles nominados a vicepresidente a reuniones informales y eligiendo la persona con la que se sintieran más a gusto. En 1968, el candidato republicano Richard Nixon dejó perplejos a sus colaboraldes cuando les anunció que le pediría a Spiro Agnew, entonces gobernador de Maryland, que fuera su compañero de fórmula, pocos minutos antes de dar la noticia al país.

El que un candidato presidencial tenga discreción única para elegir a su compañero de fórmula ha dado algunos resultados negativos. Por ejemplo, en 1972, el demócrata George McGovern seleccionó al senador Thomas Eagleton, para enterarse luego de haber hecho su anuncio que Eagleton había sido tratado con terapia de electrochoque para la depresión. Dos semanas más tarde, Eagleton fue eliminado de la boleta electoral.

Para evitar situaciones similares, los candidatos presidenciales Barack Obama y John McCain tienen la ayuda de un equipo encargado de hacer una lista de pre-candidatos, que hace entrevistas preliminares y completa exhaustivas investigaciones sobre los posibles seleccionados para identificar debilidades que puedan perjudicar a la campaña.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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