silencio stampa y soberanía sudamericana

Hace añares cada tanto íbamos (peronistas) a almorzar a un batallón en Palomar, comidas pesadas tipo locro. Los inicios de los conversaciones eran fríos en cuanto a las relaciones, después el vino y las calorías empezaban a romper el hielo que nunca se terminaba de cortar, el recelo era mutuo y en algunos casos -de los dos bandos- mal disimulados.

Nos sentaban un uniformado frente a cada uno de nosotros, costaba arrancar pero arrancábamos y a pesar de la tirantez se armaban lindas charlas. Esas reuniones de los ochenta con "civilachos" los obligaba a abrirse a una sociedad civil que es amplia y diversa por naturaleza y a intercambiar ideas en igualdad d egrados, para un tipo que está formado en el mando-obediencia es muy difícil pero hay que imponérselo, así de buenas maneras y si no entiende entonces hay que ordenarle "proceda".

Lo cierto es que pasado algún tiempo de aquellas reuniones me quedaron relaciones a las que encuentro de vez en cuando. En un asadito me reencontré con uno que estaba meta hablar de estrategia, hipótesis de conflicto y pipiripí, pipiripí y que cataplín y cataplán, que suenan siempre a los mil modos en que se puede presentar la doctrina del enemigo interno (siempre con ese vocabulario CNN canchero, onda el colorado de Narvaez cuando habla de "el taliban", "el narco", etc) hasta que la perorata me superó y le tiré sin preámbulo: ¿es posible repeler una invasión militar de los estados unidos? ¿como organizarías vos la resistencia?, por que a juzgar las veces que invaden estos cosos esa sería una hipótesis que habría que prever, ¿no?

Silencio stampa del militar, o no lo pensó nunca o no conviene decir que se piensa aun como remota posibilidad o simple ejercicio.

Noto en las contadas veces en las que me encuentro con aquellos conocidos que están más abiertos, menos armados, menos arrogantes y resentidos y con más naipes en la baraja.

En este blog decíamos en agosto de agosto de 2009

Entretenidos con los chismes de conventillo del país chico, pasa inadvertido lo más importante de este bicentenario: el destino del proyecto independentista latinoamericano se juega también ahora.
U.S.A. viene armando un bardo bélico por década. Acaba de retirarse de Iraq, su última contienda y se ve que no quiere cortar la racha. Ahora tienen tiempo de dedicarse a nosotros (los latinoamericanos).

El mediterráneo norte nos advierte que ya no es un bardo por década, los tiempos imperiales se aceleran.

Mientras tanto en Sudamérica, una nueva hora comienza

Venimos de hacerle el aguante a un esquema unipolar y una arquitectura de seguridad del periodo de la "guerra fría", subordinada a USA y basada en el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) y los tratados bilaterales de cooperación militar. Pero en el periodo postguerra fría la región pasó a un escenario más multipolar (en el que entraron a tallar otros actores globales: la Rusia capitalista mantiene los viejos lazos militares con Cuba y acuerda con Venezuela y Brasil, acuerdos con la Unión Europea, con China y su poder blando económicos) y esta complejidad debe asumirse como tal.

Los desafíos estratégicos de seguridad y defensa, incluyendo el debate sobre las "amenazas" de la región, deben ser consensuadas en este lustro que se avecina. Algo dijo Rafael Follonier estos días respecto a que

“hoy las Fuerzas Armadas tienen la misión de custodiar la nueva forma de soberanía sudamericana basada en la democracia, la paz y el cuidado de los recursos propios” (artículo imperdible en pagina 12 de hoy)

El viejo nacionalismo -decía socarronamente Perón- creía que Argentina era un punto suspendido en el espacio y no es asi, Argentina es sudamericana o no es.

Vaaamos todavía, me gustó esa de "soberanía sudamericana".