Estatuas de sal

        Entonces la mujer de Lot miró atrás,   a  espaldas de él,  

y se volvió estatua de sal.  Deuteronomio 26

Anoche lo tuve que aguantar a Jorge Lanata en casa de amigos que se mazoquean con el. Arrojo la primer piedra en esto: antes que cualquier otro hice lo que hace la chica del final del spot de Clarín, me saqué los auriculares y dejé de consumir pagina12 durante la administración Lanata ni Clarin/TN, antes y despues de haberlo sumado a su staff.

Aunque es inevitable que me cruce con el. Cada vez que me enveneno con las diatribas del vedetongo entiendo menos a quienes se prestan a su juego.

Ayer nomas decía algo que nos incluye a todos los peronistas respecto de la deuda externa: "aplauden cuando no pagan, aplauden cuando pagan, como es esto?, cual es el juego?", para que explicarle que en este juego en el primer tiempo se patea al arco que está hacia el sur y en el otro hacia el que está en el lado norte del estadio, en el primer alargue al del sur o norte según al sorteo y en el segundo hacia el lado contrario, si la regla de los poderes internacionales y sus adlateres nativos es "siempre gano yo" que es lo mismo que decir: "siempre van a perder ustedes" es necesario patear para el arco de nuestros intereses estén donde estén sin seguridades jurídicas ni el cepo de la camisa de fuerza que suelen ser las ideologías.

 

Estos tipos atrasan, mirarlos a ellos es mirar el pasado y  no sea cosa que por leer de ojito pagina12, Miradas al Sur, Tiempo Argentino, Clarin, La Nación, Perfil nos pase lo que a la mujer de Lot.

ME PUDRE HABLAR DE LANATA, nunca existió algo que me incline a pensar en algo parecido a aquello que sostiene en sus discursos. Quizás todo lo que pueda hablar en contra suyo y en defensa del actual avatar del peronismo es perder mi tiempo. Así que lo posteo nada más porque me ayuda a hacer catarsis y, acto seguido sigo con la única verdad, paso a recomendar la lectura de dos escritos breves, en direcciones no enfrentadas, de amigos de la blogosfera.

... en las tele-democracias post modernas, dormirse en los laureles de los resultados comiciales es un pecado mayúsculo. Porque si bien la “legitimidad” de cualquier gobierno sólo se pone en juego en las elecciones o ante groseras violaciones a la Constitución (y aquí nada de eso ha pasado ni siquiera de cerca), la construcción de consenso social que avale su accionar se debe dar de modo continuo y continuado. Y si bien el campo de la “opinión pública” es un subconjunto menor dentro de la sociedad, no deja de ser el cualitativamente más poderoso y, ojota, contagioso.

Abelardo -Mendieta el renegau- (click aqui)

Hay que discutir el patrón productivo. Vivimos y sufrimos patrones extractivos de explotación y exportación de los recursos naturales, sin transformación alguna en el plano local, con una estructura de transportes de 1950, cara e ineficiente. Y encima, cada vez estamos más primarizados. Lo dice Leyba, lo dice Levi Yeyati. Si no cambiamos ese patrón, no podremos generar nuevos empleos donde más necesarios son. Lo mismo vale para las (inexistentes) políticas de desarrollo territorial, y debo reiterarlo, para la estructura tributaria.  El IVA de la canasta básica no se discute. La tenencia de acciones, medio de atesoramiento especulativo, está en un agujero legal. Lo mismo pasa con los dividendos financieros. El juego, lo mismo. No hay diferenciación sustantiva entre los porcentajes de ganancias de grandes, pequeñas y medianas empresas. Así se complica. La noticia de que Catamarca ha declarado al litio como mineral estratégico es un primer paso. Los nacionalismos populares latinoamericanos históricamente se han definido por el control nacional de los recursos naturales, y la administración estatal de sus beneficios, con miras a la integración de los habitantes en el circuito de agregación de valor. Ese es el camino.

Como parece que nada de esto ocupará las reflexiones de los fans de uno y otro bando el próximo mes, la verdad, sólo me queda concluir que la política que volvió debe ser la hija boba de Martínez de Hoz y de Cavallo. La discusión es cómo salimos de ahí, no cómo nos ponemos más cómodos.

El Zequi Meler (Click aqui)