domingo, 24 de enero de 2016

Mutatis Mutandis Manolete Barge

Solía llamarse "extremadura" a aquellos lugares en los que el fiel cristiano convivía con el infiel o -viceversa- donde el musulmán convivía con los "hombres del libro" (cristianos y judíos). La Extremadura por excelencia fue la península ibérica, alli las religiones convivieron en forma estable durante siglos y mas pacíficamente que en otras "fronteras". La convivencia naturalizada tuvo argumentos a favor de las mas variadas calidades, algunos como el proverbio castellano "a mas moros mas ganancia" tomaron un cariz cercano a la complicidad con aquello que no se debía y, en cambio, algunos espíritus brillantes concibieron los versos de la  épica de frontera.

Entre los cantares épicos de frontera de los que se tienen fragmentario registro pero que aparecen perdidos en toda su extensión, por tratarse de tradición oral, está el de los Siete Infantes de Lara (también conocido como  "Salas" pero desde que la milagrito está encanada mejor no menear la soga en casa del ahorcado). Este conjunto de poemas ha sido protagonista de un debate encendido entre historiadores y hombres de letras. Es que el fundador de la filología española, Ramón Menéndez Pidal, hizo tanto hincapié en la historicidad del poema que, al final, terminó condicionando la lectura. A partir de que el irrefutable catedrático hiciera estas afirmaciones nadie discutió ya que la historia estuviese basada en hechos reales y si guardaban rigor histórico. 

La creación literaria en ocasiones es más importante para la sociedad que los propios hechos históricos, al menos es sabido que los poetas movilizan a los pueblos mucho mas que lo que lo hacen los historiadores. 

Hoy se acepta que si bien la leyenda (de los Infantes de Lara) puede ser realista, los hechos a los que se refiere nunca sucedieron y los personajes que la encarnan pueden no haber existido. 

Historia y relato pueden no ir de la mano. Si eso sucede suele el político, sea de izquierda o derecha, echar mano de frases tales como "lo siento por la historia". Algo parecido sucede en la diáspora peronista. A los pejotistas del FPV no les caen simpáticos los refutadores de leyendas, ejemplo el amigo Manolo Barge que se encula con el massismo digital toda vez que les hacemos calzón chino a la dirigencia de sus amores que es la misma que ahora se enfrenta a su mayor desafío, ganar una interna entre ellos para después ponerse a las ordenes del centroizquierda urbana, en fin...

Manolete... amigo, a vos que te gusta ser críptico, te mando un texto para que reinterpretes el sentido a piacere.  Pero como soy cruel tiro pistas, a- las divisiones maniqueas -sean peronismo-antiPeronismo- explican poco y a veces confunden los verdaderos conflictos, b- se trata de lo que pensamos muchos perucas que militamos en el FR respecto a la función que cumple el aparato pejotista que se obstina en seguir siendo chirolita en el FPV (tienen el enemigo cambiado) y c- esto, a nuestro parecer, queda expuesto en las ocasiones cruciales donde la unidad de concepción la establece el centroizquierda no peronista urbano, muchas veces anticipadas en las Asambleas Pop de las plazas turquesas y que luego replican las reuniones como Saint Jean o Sta Cervecita.
Periodista: Permítame “enfrentar” el Poema de Los Siete Intantes de Lara con otro de los grandes cantares de gesta, el Cantar de mío Cid. Las diferencias entre ambos pueden ser más o menos fáciles de detectar pero ¿encontramos alguna similitud?
Entrevistado: Sí, más de las que pudieran parecer a simple vista. Cuando uno se detiene en los argumentos da la sensación de que no tienen nada que ver pero en realidad tienen más puntos en contacto de lo que parece porque en ambos casos estamos ante manifestaciones de la épica de frontera, de una poesía épica que se compone en ese entorno fronterizo donde, en aparente paradoja aunque en realidad es lógico, resulta que los enemigos no son los moros sino los propios cristianos. Es cierto que en el Cantar de mío Cid hay bastantes enfrentamientos con los musulmanes pero también es cierto que esos enfrentamientos son efectos secundarios del enfrentamiento fundamental. Como dice Minaya en el Cantar “De Castilla la gentil hemos salido hasta acá / si con moros no lidiamos, nadie nos dará el pan”  es decir no es que estén luchando contra los moros, es que es su profesión, son guerreros, los han echado de su tierra y se tienen que buscar la vida. Desde ese punto de vista la guerra contra el musulmán en el Cantar de mío Cid es instrumental y en cambio el enfrentamiento con los cristianos es estructural. Responde a tensiones internas dentro de la propia comunidad del reino cristiano. En los Siete Infantes de Lara pasa lo mismo, salvo en la batalla de Almenar que a fin de cuentas es una trampa que organiza Ruy Velázquez, el conflicto es un conflicto entre cristianos.
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bs

Pd
Manolo, te invito un asado pero de batatas y berenjenas




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