Es noche cerrada en el norte africano, negra del todo, salvo por la presencia de las estrellas y su tenue luz que sirven de linterna y guía.
Y de pronto la noche se hace dia.
Como en cuento de hadas buenas y malvadas brujas hay que resignificar todo.
* Los fuerzas extranjeras que intervienen son tropas de pacificación, asi hay que pensarlas, no nos tienen que importar el medio millón de muertos que dejen tras su paso.
** Las fuerzas nacionales que apoyen al hermano Mwamar son "mercenarios africanos". Que importan sus vidas si se alquilaron al servicio de un dictador como tantos otros que fueron derrocados por los "aliados" como los Aramburu, como los Onganía, como los Videla, como los Somoza, como Batista, como los Stroessner, como los Duvallier, como los Pinochet, como los Banzer, como los Rojas Pinillas, como los Castillo Armas, como los...
En el medio una población libia que necesita ser liberada del horrible ogro que señorea en la comarca.
Y de pronto la noche se hace dia.
Como en cuento de hadas buenas y malvadas brujas hay que resignificar todo.
* Los fuerzas extranjeras que intervienen son tropas de pacificación, asi hay que pensarlas, no nos tienen que importar el medio millón de muertos que dejen tras su paso.
** Las fuerzas nacionales que apoyen al hermano Mwamar son "mercenarios africanos". Que importan sus vidas si se alquilaron al servicio de un dictador como tantos otros que fueron derrocados por los "aliados" como los Aramburu, como los Onganía, como los Videla, como los Somoza, como Batista, como los Stroessner, como los Duvallier, como los Pinochet, como los Banzer, como los Rojas Pinillas, como los Castillo Armas, como los...
En el medio una población libia que necesita ser liberada del horrible ogro que señorea en la comarca.
Odisea del amanecer.
1 comentario:
Comparto rechazo a las intervenciones de las fuerzas impreiales en Libia. No sé cuanto de los dicho contra el "Ogro" es verdad pero no confí de la prensa hegemónica.
Aún a riesgo de equivocarme también para esto cuando no sé bien que pasa leo La Nación y me pongo del otro lado.
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