a horas del 11 de marzo

Hace tiempo dijimos que el peronismo debía recuperar su condición de tal, no mostrarse con ambages y menos avergonzado de si mismo, para desde allí empezar el proselitismo, entendiendo que este es hacia afuera.

Después de rociar con defoliante el tercer movimiento histórico o la superación del peronismo se hace un poco difícil el pararse ante la sociedad y decir "acá estoy, este soy yo, miren mi foto soy el de la berruga en la punta de la nariz", "siganme, no los voy a defraudar", bué, no, esto último mejor no pero el resto es algo que indefectiblemente había que hacer y se está haciendo bien, hay que reconocerlo.

Ahora es cuestión de mirar para adelante y hacer caso omiso a las provocaciones.

También dije (la convalecencia me tiene más vanidoso que nunca) que no es posible que otro gane, lo que no es imposible es que por acumulación de errores propios el FPV-PJ pierda.

Morales Solá hoy apela a la identidad peronista justamente para provocar la fisura interna y como consecuencia de ello inducir el error propio. Si nos devuelven al punto de largada habrá que empezar de nuevo o pensar en otra cosa.

Dice

"Cámpora es un mártir sólo porque su partido y su jefe, Perón, lo despidieron de la presidencia de la Nación, que había ganado legítimamente, como a una secretaria indolente. Tampoco él se resistió, debe aclararse, a ese maltrato. Perón y el peronismo despreciaron ostensiblemente la fórmula que la sociedad había votado apenas tres meses antes. Cámpora se dejó llevar por el espíritu de la época, creyendo que cumplía con su jefe, pero éste ya estaba en otra cosa: quería disolver a sangre y fuego a las organizaciones guerrilleras a las que les había dado aire desde Madrid. Esas confusiones de la historia terminaron por beatificar a Cámpora en tiempos kirchneristas y por condenar a Perón al silencio." (JM Solá, La Nación)

Mucho se ha dicho sobre el tema del "despido" de Cámpora, la derecha setentista (de la que Morales Solá es botón de muestra) y la izquierda setentista (metámosle a H. Verbitsky como boton de muestra) se encargaron de fabular y tergiversaron los hechos al extremo que lo único que podemos afirmar es que la primer desaparecida fue la verdad.

El motivo del reemplazo de la copia por el original siempre preferido a aquella lo explica la misma dinámica política. Pasados 18 años de lucha, bombardeos, derrocamiento, exilio, proscripciones, persecuciones, torturas, presos, exonerados, fusilados, separados de sus cargos los compañeros querían a Perón en el poder y a Perón en el gobierno, era mucho esfuerzo pelearse con los de afuera y a la vez ser un Tupac Amaru tironeado por todas las sectas internas solo para sostener a un compañero por más leal y disciplinado que este fuera, y aclaro que el tío Campora lo fue.

Claro, todos querían a Perón en el gobierno menos algunos grupúsculos de derecha e izquierda, que coincidencia.

Y del 1973 de sus años mozos tucumanos Morales Solá pasa abruptamente al hoy para meter púa desembozadamente

La Presidenta no quiere acercarse a dirigentes como Hugo Curto, un ex metalúrgico que gobierna Tres de Febrero con avalanchas de votos, o a Jesús Cariglino, intendente peronista de Malvinas Argentinas, porque son representantes de la "vieja política". Pero ¿son mejores que ellos Emilio Pérsico, Edgardo Depetri o Carlos "Cuto" Moreno, organizadores del acto del viernes, cultores incansables del setentismo gobernante?. Hay una sola diferencia: Curto y Cariglino no recurren a los escraches para resolver la política; los otros tres lo hacen con mucha frecuencia, aunque no ponen la cara, pero aportan la logística de los escraches y los escrachadores.

Sus operaciones duran horas, pero ni siquiera así surten efecto.

A 24 horas del 11 de marzo espero que la consigna sea hacer caso omiso a las provocaciones y cerrar filas. Por que ese cerrar filas de cara a las elecciones de octubre ayudará a construir una base de sustentación monolítica que apuntale la próxima administración para profundizar lo hecho hasta aquí.

O.b