miércoles, 11 de noviembre de 2015

Política, una mirada mas humana

Fotografía de Sebastiao Salgado.
Sebastião Salgado, Serra Pelada, 1986
Tomada en la mina de Serra Pelada, al sur del estado de Pará en Brasil, la que fue la mayor explotación de oro a cielo abierto del mundo y que en la actualidad está sumergida bajo el agua. 

Política: una mirada humana
Los datos ayudan a dar dimensión de los problemas y sirven para ver dónde estamos parados. Cuando se habla de pobreza, cuando se discute el nivel de reservas del Banco Central o cuando se analiza el avance del narcotráfico, queda claro que los datos nos muestran la dimensión de lo que tenemos que resolver.
Nuestro país tiene 28% de pobreza, 34% de informalidad laboral y 1.500.000 jóvenes que ni estudian ni trabajan; la inflación va camino a ser del 25% este año; el gobierno destina más de $ 102.000 millones en asistencia social; el déficit habitacional es de más de 2 millones de viviendas, etc, etc, etc.
Todos datos preocupantes que nos dan idea de los desafíos pero, también, nos pueden hacer caer en el error de creer que porque conocemos los datos entendemos la realidad.
El debate político en la TV tampoco ayuda mucho porque cada uno tira las cifras que más le conviene y, así, terminamos en un diálogo de sordos en el que se intenta decir que el otro tiene la culpa y que el espacio político contrario es el portador de todos los males.
Pero, detrás de las cifras y de los debates hay personas de carne y hueso que la sufren todos los días:
* El pibe que se esfuerza y trabaja y que cuando baja del colectivo y va caminando a su casa pasa por la puerta del que vende droga y se pregunta “cómo puede ser que yo labure todo el día por $ 5.000 y esta gente hace eso en pocos días”.
* La maestra que pone toda su vocación y esfuerzo para ayudar a que sus alumnos aprendan y tengan un camino por delante y duda cuando tiene que citar a algunos padres porque teme ser ella la que sufra un hecho de violencia.
* La mamá con un chico con problemas de adicción que se encierra a la noche a llorar desconsolada en su pieza porque no tiene quien la ayude y está cansada de rebotar en todos lados sin que nadie le de una respuesta.
* El joven policía que ha tenido sólo seis meses de formación y está preocupado porque tiene que ponerle el pecho a hechos de inseguridad cada vez más violentos.
* El abuelo que cobra $ 4.300 por mes de jubilación y que anda amargado porque no quiere ser una carga para sus hijos pero tampoco está en condiciones de sostenerse solo.
Los datos, las cifras, las discusiones pierden sentido si no nos damos cuenta de lo básico: la política tiene que recuperar sensibilidad, tiene que ver el corazón de las personas, tiene que sentir y entender que nuestra misión es acompañar y resolver los sufrimientos que hoy padecen ese pibe, esa maestra, el abuelo y todos los que miran atónitos como la política está en otra cosa.
Yo, modestamente, trato de poner mi granito de arena para ir hacia ese lado, para que el árbol no me tape el bosque y para no perder lo esencial: la política debe recuperar la mirada humana.
Daniel Arroyo en http://danielarroyo.blogspot.com.ar/2015/09/politica-una-mirada-humana.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente.Abrazo.