miércoles, 6 de junio de 2012

parte de guerra del General Felipe Varela

Campamento en marcha, diciembre 6 de 1866

MANIFIESTO DEL GENERAL FELIPE VARELA A LOS PUEBLOS AMERICANOS

... Desde que Aquel (Bartolome Mitre), usurpó el gobierno de la Nación, el monopolio de los tesoros públicos y la absorción de las rentas provinciales vinieron a ser el patrimonio de los porteños, condenando al provinciano a cederles hasta el pan que reservara para sus hijos. Ser porteño es ser ciudadano exclusivista y ser provinciano, es ser mendigo sin patria, sin libertad, sin derechos. Esta es la política del gobierno de Mitre.
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La Nación Argentina goza de una renta de diez millones de duros, que producen las provincias con el sudor de su frente. Y sin embargo, desde la epoca en que el gobierno libre se organizó en el país, Buenos Aires, a titulo de Capital es la Provincia única que ha gozado del enorme producto del país entero, mientras en los demás pueblos, pobres y arruinados, se hacía posible el buen quicio de las administraciones provinciales, por falta de recursos y por la pequeñez de sus entradas municipales para subvenir los gastos indispensables de su gobierno local.
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En esta verdad está el origen de la guerra de cincuenta años en que las provincias han estado en lucha abierta con Buenos Aires, dando por resultado esta contienda, la preponderancia despótica del porteño sobre el provinciano, al punto de tratarlo como a un ser de escala inferior.
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Sin embargo esta guerra eterna dio a fines de 1859 por resultado la victoria de los pueblos argentinos sobre el poder dominante de la capital. Sus diez millones de renta estaban, por consiguiente recobrados, pero como no era posible despojar a Buenos Aires de un solo golpe de tan ingente cantidad, arreglado a la cual había creado sus necesidades, pues eso hubiera sido sepultarla en una ruina completa, tuvieron todavía la generosidad los provincianos, de celebrar un pacto, por el cual concedían a buenos Aires el goce por cinco años más de las entradas locales para llenar su pomposo presupuesto.
Fue entonces que los porteños invocaron la hidalguía del que hoy llaman bárbaro, del presidente actual del Paraguay Mariscal Don Francisco Solano Lopez, para que con respetabilidad y talento interviniese en el pacto que celebraban las provincias argentinas con Buenos Aires vencida.
El Máriscal Lopez accedió generoso, garantiendo el cumplimiento del tratado por ambas partes con su propio poder.
En noviembre de 1865 debían expirar estos tratados... Mitre revolucionó a la Provincia de Buenos Aires contra las demás provincias argentinas, cuyos dos poderes se batieron en Pavón.
La suerte estuvo del lado de aquel porteño malvado que se sentó Presidente sobre un trono de sangre, de cadáveres y de lágrimas argentinas.
Entre tanto los tratados garantidos por Paraguay vivían y podía esta nación exigir su cumplimiento. He aquí otra de las causas fundamentales de la guerra llevada  por Mitre a la república del Paraguay, desarmando así a las provincias  del poder aliado que garantía su felicidad, contra la infamia de un usurpador.
Después de este golpe maestro, el general Mitre desfiguró la carta democrática... Esta reforma dio por fruto el regalo eterno de las rentas nacionales a la ciudad bonaerense, el despojo para siempre de la propiedad de los pobres provincianos, y aun algo más, el empeño de las desgraciadas provincias en mas de cien millones, para sostener una guerra contra sus propios intereses, contra el poder combatido por tener el crimen de haber garantizado la paz argentina y la felicidad de todos los pueblos, en noviembre de 1859.
Es por estas incontestables razones que los argentinos de corazón, y sobre todo los que no somos hijos de la Capital, hemos estado siempre del lado del Paraguay en la guerra que, por debilitarnos, por desarmarnos, por arruinarnos le ha llevado Mitre a fuerza de intrigas e infamia contra la voluntad de la Nación entera, a excepción de la egoísta Buenos Aires.





2 comentarios:

Udi dijo...

Le falló el link al editorial de La Nación, estimado.
Saludos !

Mariano T. dijo...

Pasó un siglo y medio, pero muchas cosas permanecen.
El cambio más grande es que el gobierno nacional se independizó de la provincia de buenos Aires, que pasó a ser una provincia expoliada más.